Santo Domingo,R.D.- El proyecto de la Cementera de Gonzalo es un ejemplo viviente de no
grata recordación para sus defensores. La comisión del PNUD que realizó
la investigación, la cual se hizo con el rigor científico y técnico que
ameritaba el caso, dictaminó que no procedía la explotación de
minerales para la producción de klinkler y Cemento.
La empresa responsable aceptó con gallardía esa determinación y los
opositores al mismo vieron satisfechas sus demandas y aspiraciones, cuya
materialización fue motivo de protestas intensas, cárceles, sacrificios
y atropello. Ante esta indeterminación el gobierno de turno tuvo que
proceder a desestimar el proyecto, evitándole al país la degradación de
unas de las zonas más bella e importante ecológicamente del país.
La toma de decisión en este caso de Loma de Miranda es difícil, y
preocupante, en vista de la visión personal de los actores
involucrados, que podría alcanzar incluso, una dimensión internacional
en el futuro y/o serias protestas en contra del la firma extranjera.
La gran parte de la población, espera que las conclusiones y
recomendaciones del informe de la comisión técnica del PNUD, se hagan
con transparencia y apegada a principios éticos, tomando en cuenta las
variables que conforman el problema y estudio. La situación resulta
altamente difícil, pero al fin y al cabo tendrá que resplandecer la
verdad se aplican estas Herramientas de Gestión Ambiental como debe
ser.
Existen muchas coincidencias entre el proyecto de Loma de Miranda y
el de Gonzalo, porque cuando se trata de proyectos de explotación de
recursos mineros, la zona está expuesta a la destrucción de sus recursos
naturales por erosión de los suelos, eliminación del bosque,
degradación de la biodiversidad, contaminación de las corrientes
hidrográficas y el aire, así como una pérdida de la potencialidad
nutritiva de los suelos.
Al recibir el informe del PNUD, basado en las conclusiones y
recomendaciones a las cuales habría de llegar la Comisión de
Investigación, el Gobierno Dominicano estará frente a un dilema que
deberá asumir con sumo cuidado y responsabilidad, y al mismo tiempo,
tomar una decisión firme y siempre teniendo en cuenta los mejores
intereses de la Nación, visto que, por un lado, está en juego la
condición ecológica de una de las zonas más importantes del país,
debido a su naturaleza y ubicación geografíca. Y por el otro, la
seguridad jurídica la cual viene siendo objetos de criticas interesadas
de sectores empresariales nacionales e internacionales.
Antes de tomar cualquier decisión, el presidente Danilo Medina deberá
estudiar y analizar en su justa dimensión el mencionado informe.
Sopesar sus conclusiones y recomendaciones. Hacer hincapié en la
metodología de trabajo usada. Y valorar las normas ambientales vigentes.
Observar si fueron tomadas en cuentas las medidas que aconsejan las
Herramientas de Gestión Ambiental, sin las cuales es imposible mitigar
los efectos de la contaminación, la degradación medioambiental y la
destrucción de los recursos naturales que ocasionaría el proyecto, la
cuales significan una garantía absoluta para la protección ambiental de
la zona en cuestión.
En caso de que sea desestimada la propuesta del proyecto, el gobierno
tendrá que enfrentarse a los reclamos de la empresa en los tribunales
nacionales e internacionales, demandando daños y perjuicios económicos y
morales. Por el contrario en caso de que la decisión del PNUD favorezca
la posición de lo que se oponen al proyecto, la empresa de manera
inmediata deberá abandonar la idea de explotación del oro de esa zona.
La única forma de garantizar esto último es que se haga una Evaluación
de Impacto Ambiental responsable, creíble, seria y verdaderamente
científica. La suerte está echada. Esperemos…
Por: Dr.Ing.Juan A. González
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