SANTO DOMINGO,R.D.- Como resultado inmediato de las
licitaciones de la capitalización hubo una inyección global de capital
fresco del orden de los US$643 millones de dólares. Los contratos de
generación eléctrica no excedían los 5 años, por lo que había que
realizar otras licitaciones para nueva compra de energía. Se acordó
implementar una tarifa técnica que cubriera los costos y necesidades de
recaudación de las distribuidoras para ser eficientes financieramente.
Se planteó la reducción de las pérdidas en las EDE, así como una
focalización y desmonte gradual del subsidio cruzado que existía.
La
decisión del gobierno (intervención política) para no ajustar la tarifa
eléctrica en los momentos de alza del combustible en mercados
internacionales y la no entrega del subsidio a la tarifa provocaron que
desde el tercer trimestre de septiembre del 1999 hasta mediados del 2002
las empresas distribuidoras se descapitalizaran.
La situación
prevista anteriormente provocó que en el 2001 el gobierno firmara el
“Acuerdo de Madrid” que propugnó como paliativo obtener electricidad más
barata para las empresas distribuidoras reduciendo los precios de
generación de corto plazo a cambio de una extensión de contratos a largo
plazo manteniendo el mismo valor presente.
La crisis económica
que azotó al país en 2003 impidió que lo acordado pudiese cumplirse. Los
generadores reflejaron los costos de combustible en función del
incremento en los mercados internacionales, pero las distribuidoras no
pudieron traspasarlos a los clientes por imposiciones del gobierno. Ante
el incumplimiento de lo acordado, EDENORTE y EDESUR quebraron y
terminaron siendo adquiridas por el gobierno, y en años posteriores
sucedió lo mismo con EDEESTE. Cabe señalar que las reformas eléctricas
suscitadas en Panamá, El Salvador y Guatemala en el mismo periodo que la
nuestra tuvieron como administradores/propietarias las mismas empresas
distribuidoras que fracasaron aquí, sin embargo, en esos países han
logrado gran parte de sus objetivos.
A partir del año 2007 se
había transformado el esquema de la industria eléctrica dominicana
resultante de la capitalización, quedando el sector privado sólo en el
segmento de generación eléctrica.
La historia nos revela que la
eficiencia y calidad del servicio del sector eléctrico tiene mucho que
ver con las acciones o inacciones llevadas a cabo. Hasta que en el
sector eléctrico la racionalidad económica no tenga mayor peso que la
política, independientemente que el propietario sea el sector público o
privado, será difícil tener un servicio estable, financieramente
sostenible, de calidad y a precios competitivos.
http://www.listindiario.com/economia-and-negocios/2014/9/25/339084/Historia-pendular-sector-electrico