sábado, 22 de febrero de 2020

Si tienes 50 años o más, estas son las vitaminas que necesitas para una vida sana


SANTO DOMINGO,R.D.-Con el envejecimiento incrementa la demanda de micronutrientes, por lo que el organismo se va deteriorando de forma progresiva, por eso en esta etapa los minerales y las vitaminas son muy importantes.
Según Dolores Rodríguez Veintimilla, especialista en nutrición, a partir de los 50 años, el organismo requiere un aporte diario de vitaminas y minerales esenciales para mantener un estilo de vida saludable. La multi farmacéutica Sanofi sugiere una serie de suplementos vitamínicos contribuyendo a mejorar las deficiencias de micronutrientes.


Vitamina B2, que contribuye en la producción de energía y con una excelente capacidad antioxidante para el cuerpo humano, además influye en la prevención de síntomas neurodegenerativos.
vitamina B6, relacionada con el suministro de energía del cuerpo. Este componente tiene un impacto en los neurotransmisores que controlan la depresión, la percepción del dolor y ansiedad. Además, estimula la función cognitiva y promueve la memoria a largo plazo.
Omega-3, son ácidos grasos efectivos para mejorar la función cardíaca, la depresión y la función cognitiva, así como para disminuir la presión arterial.
Ojo, los sumplementos no reemplazan de ninguna manera la alimentación ni el consumo de agua ni ejercicios.
“Los multivitamínicos suplen necesidades en distintas etapas de la vida. Por ejemplo, en los niños se recomienda reforzar el crecimiento con vitaminas A y C, así como el Zinc. Si se trata de mujeres embarazadas, es común que el médico recomiende sumplementos como el ácido fólico, calcio o hierro. En los mayores de 50 años la absorción y la ingesta es insuficiente por lo que el organismo se va deteriorando de forma progresiva, además, hay pérdida de masa muscular y ósea, lo que se asocia con un metabolismo menos efectivo. Por eso en esta etapa los minerales y las vitaminas son muy importantes”, comentó Rodríguez Veintimilla, presidente de la Federación Latinoamericana de Nutrición (Felanpe).

viernes, 21 de febrero de 2020

Salud adultos mayores mejora al ejercitarse


SANTO DOMINGO.- Ante la amenaza del coronavirus, influenza y otras enfermedades que atacan más la salud de las personas vulnerables, el especialista en fitness Juan Carlos Vargas destaca que el ejercicio en las personas mayores de setenta años previene la aparición de esos males.
El experto señala que el ejercicio monitoreado incide en el aumento de masa muscular y evita la llegada y mitigación de problemas cardiovasculares, renales o hepáticos.
“Según nos vamos haciendo mayores, la masa muscular sufre una reducción de entre un uno y dos por ciento anual”, indicó el especialista, quien aprovechó para justificar la necesidad de practicar algún deporte, como pilates, pesas, baile y otros.
*Por ABED-NEGO PAULINO

jueves, 20 de febrero de 2020

Pensionados/Jubilados: La hipocrecía y la mezquindad de la clase política


Desde la creación del régimen de jubilaciones hasta el presente, todos los gobiernos, especialmente aquellos que se dicen “progresistas o populistas”, usurparon los recursos del sistema previsional mediante el uso indiscriminado para distintos fines (préstamos al Tesoro para financiar gastos corrientes, un sinnúmero de planes con miras al clientelismo político, entre otros), menos para mejorar a los beneficiarios del régimen de jubilaciones y pensiones.
Para comprender lo descripto precedentemente, al tema previsional lo podemos estudiar desde distintas ópticas, a través de la narración (como si fuera una novela) en varios capítulos, de la odisea de los fondos.

Hoy encontramos un articulo periodistico :Nueva mezquindad oficial por Arismendi Díaz Santana  donde dice: La recientemente promulgada ley 13-20 que modifica el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) elimina la mora de decenas de miles de empresas y de más de un centenar de los ayuntamientos, lo cual era necesario. Pero también, de facto, libera al oficialismo de la obligación presupuestaria con la DIDA y la TSS. 
Soy el primero en reconocer la necesidad de fortalecer a la TSS, dotándola de personería jurídica para perseguir una evasión y elusión que atenta contra la sostenibilidad financiera del SDSS y le niega el derecho a la protección social de 175,000 trabajadores. También es necesario fortalecer a la DIDA, ante las crecientes críticas, denuncias e inconformidad de los afiliados.
Hasta ahí todo va de lo más bien. Pero lo que no se le ha dicho a los cotizantes y a la opinión pública es que a partir de ahora ese costo saldrá del sudor y las lágrimas de los trabajadores liberando, otra vez más, al Gobierno Nacional de esa responsabilidad, en una nueva versión de la mezquindad gubernamental frente a la seguridad social.
Y HEPEJCODEEE dice que en esa modificacion los pensionados y jubilados como sector de esta sociedad siguen siendo los olvidados y gran ausente y mas en este carnaval electoral.

martes, 18 de febrero de 2020

EL DERECHO A LA VEJEZ DIGNA

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  Entendámonos: la marginación de los viejos en una época en la que el curso histórico es cada vez más acelerado, resulta un dato de hecho, imposible de ignorar. Norberto Bobbio1 La vejez constituye una de las mayores preguntas que el ser humano puede llegar a formularse acerca de sí mismo y de sus circunstancias. Y, digo mayores, en el sentido de que importa todo un desafío hacerla. Significa ni más ni menos que preguntarse, desde el presente, acerca del final de la vida, con toda la carga de un pasado que ya es mayoritario. Significa interrogarse acerca del tiempo que podemos llegar a vivir, en último término. Significa, en suma, proyectar el cierre en base a un balance de conclusión vital. Al Derecho le interesa muy especialmente el desafío que la vejez plantea puesto que, en gran medida, a él le corresponde encontrar una respuesta. A él le corresponde establecer normativamente las condiciones sociales y valorativas que deben ser respetadas en relación con los ancianos. A él le cabe reconocer al viejo en tanto sujeto. Y a él le cabe situar al anciano en un espacio y en un tiempo, comunitarios, fortaleciendo su posición frente al gobernante, frente a los demás ciudadanos, frente a lo demás y aún frente a sí mismo2. Sin embargo, en el Derecho actual el lugar de las personas mayores aparece bastante desdibujado, sobre todo, por el profundo y contradictorio silencio en el que están inmersos. Se dice, por ejemplo, que las personas -en general- cuentan con un importante caudal de derechos que todos los Estados democráticos deben garantizar si quieren ser tales, puesto que son básicos. Se habla de derechos humanos civiles y políticos; de derechos económicos, sociales y culturales; de derechos relativos al medio ambiente, a la paz y al desarrollo; y hasta de derechos de las generaciones futuras. Pero, de otro, ocurre también que todos los días se nos informa impávidamente acerca de la muerte de ancianos en espera de una plaza para ingresar en algún geriátrico. Se nos informa acerca de situaciones de abandono a las que los exponen sus propios familiares o algunos profesionales de la salud. O bien, simplemente, tenemos la "suerte" de ser testigos cotidianos de sus magros salarios, de los abusos y maltratos que reciben las personas mayores en la calle, en sus casas, en su ciudad, y hasta en las instituciones que supuestamente deberían proteger su posición. Por desgracia, estas contradicciones no son fruto de la falta de garantías eficaces o de planteos económicos únicamente. Por desgracia, como veremos, estas contradicciones aparecen también invadiendo lo cotidiano por cuestiones jurídicas de fondo. El principal problema que se presenta en este sentido, al parecer, parte de una tensión cultural, provocada 1 Vid BOBBIO, N.; De senectute, trad. Esther Benítez, Madrid, Taurus, 1997, pág. 27. 2 Vid GOLDSCHMIDT, Werner; Introducción Filosófica al Derecho, 6º ed., 5º reimp., Buenos Aires, Depalma, 1987, págs. 446 y ss.; Justicia y Verdad, Buenos Aires, La Ley, 1978. 
   fundamentalmente por la progresiva desintegración de la idea de comunidad en la consciencia de la vida postmoderna3. En esta tensión, dos son los factores jurídicos en juego: la igualdad y la especificidad de la vejez. La igualdad, en tanto exigencia de homogeneidad, o estandarización, necesaria para el desarrollo de la vida social4 y para el sostenimiento de un sistema jurídico coherente. Mas, de otro, aparece en juego la “especificidad de la vejez”, en cuanto reclamo de diferenciación valiosa y de respeto por la identidad de la persona en esta última etapa de la vida5. En el marco de la cultura globalizada actual, el reto jurídico y social se desprende, precisamente, de este lugar marginal al que se ven relegados los viejos, debido a nuestra incapacidad para resolver una clara contradicción: la posibilidad cierta de vivir más años y el rechazo sistemático –y ancestral– de la vejez. Así, pues, los derechos de las personas mayores se desarrollan y se sostienen en estrecha vinculación con las diversas maneras –sociales, políticas, económicas, afectivas- en que cada cultura comprende, define y asume, finalmente, la vejez. De modo tal que si nuestra cultura admite el fenómeno del envejecimiento global en términos positivos, seguramente podremos asumir que la vejez es una etapa “de vida”. Es, en suma, una nueva oportunidad para proyectarnos y desarrollar nuestra humanidad, en comunicación con los demás y nuestras circunstancias. El Derecho es, sin dudas, una valiosa herramienta para fortalecer esta necesaria mudanza de perspectiva. Sobre todo, cuando brinda instrumentos de fortalecimiento a los sujetos débiles del sistema, entre los cuales, todavía se encuentran las personas de edad avanzada. Este libro se propone mostrar cuáles son, precisamente, las instituciones, derechos y garantías que el Derecho pone a disposición de las personas mayores, para lograr su empoderamiento. Busca desentrañar cuál es la condición jurídica de las personas que están situadas en el último ciclo de la vida, para poder pensar y diseñar sobre esta base, estrategias de integración social en la vejez. Pretende contribuir, en suma, con el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento del año 2002, cuando destaca que: …la promoción y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, es esencial para la creación de una sociedad incluyente para todas las edades, en que las personas de edad participen plenamente y sin discriminación y en condiciones de igualdad. La lucha contra la discriminación por motivos de edad y la promoción de la dignidad de las personas de edad es fundamental para asegurar el respeto que esas personas merecen. La promoción y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, es importante para lograr una sociedad para todas las edades...6 Ahora bien, este libro no hubiese podido concretarse sin el estímulo constante del profesor Dr. Miguel Ángel Ciuro Caldani, de la Universidad Nacional de Rosario, claro precursor del estudio de esta nueva frontera del mundo jurídico. También han sido importantes los aportes doctrinarios de la Dra. María Josefa Méndez Costa, profesora de la Universidad Nacional del Litoral y miembro honoraria de nuestro Centro de Investigaciones. Sin embargo, este texto no hubiese prosperado, sin el valiente compromiso de quienes integran el Centro de Investigaciones en Derecho de la Vejez (CideA) desde el año 1995. Así como tampoco hubiese sido posible, sin el desarrollo de la Cátedra de Derecho de la Vejez, que funciona en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, sin interrupción desde marzo de 2005. Quiero ampliar este agradecimiento, además, al Instituto de Investigaciones en Derecho de la Ancianidad y Derecho de la Discapacidad de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), que funciona desde el año 2007; a las Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de Córdoba, en donde también se desarrollan Cátedras de Derecho de la Vejez, desde el año 2012, y a la Universidad de Morón, por el Observatorio de Derechos Humanos de las Personas Mayores, desde marzo de 2012. Vaya entonces, mi más cálido reconocimiento para todos y cada una de estas Casas de Estudio y sus integrantes. Por último me gustaría destacar que este texto da cuenta del trabajo interdisciplinario que venimos desarrollando desde el año 1995, tanto como del pluralismo ideológico propio del trabajo con tres Universidades distintas del país. Por ello, en este texto se encuentran representadas variadas concepciones filosóficas, al tiempo que también están presentes, las miradas de las distintas disciplinas a las que pertenecen todos los integrantes del Centro. Por eso, cada capítulo ha sido desarrollado ateniendo a los aportes de la Medicina, la Psicología, la Terapia Ocupacional, el Trabajo Social, la Arquitectura, la Economía, la Historia, la Antropología, la Ingeniería, la Comunicación Social, el Género y el Derecho. Sin embargo, por consenso, en conjunto hemos confluido en el paradigma tridimensional del Derecho y la Política, para la concreción de nuestra empresa. Estas teorías, pues, nos han permitido analizar la problemática de la vejez desde su complejidad7 . Razón por la cual, la obra de cuenta sistemáticamente, de los aspectos normativos, sociológicos y valorativos que integran el Derecho de la Vejez y la Política Gerontológica. Esperamos fervientemente entonces, que este texto sirva para reforzar la posición de las personas mayores de manera integral, a través de la promoción de la investigación, de la docencia y de la legítima defensa cotidiana, de sus derechos.

lunes, 17 de febrero de 2020

Presa Pinalito: su futuro y capacidad para producir electricidad dependen del rescate ambiental del Río Tireo


CONSTANZA,LA VEGA,R.D.-Los constanceros esperaban que entre sus bondades, la Presa Pinalito regalara a las montañas un gran lago de agua color azul. Se imaginaban que todos los habitantes de la zona, y sobre todo los turistas, podrían venir para disfrutar del paisaje, navegar en botes y, por supuesto, pescar por distracción y hasta con fines comerciales.
Pero, aunque desde 2009 la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (Egehid) coloca energía en línea con agua captada en Pinalito y otros afluentes de más abajo, ya pocos constanceros esperan el milagro del gran estanque azul.
Hasta el final del año pasado, Félix Suriel, quien trabajó en la presa construida por la firma brasileña Odebrecht, acudía varias veces a la semana –excepto en los meses vedados a la pesca debido a la temporada de desove– a distraerse de su trajín de camionero mientras trataba de atraer los peces al anzuelo. Lanzaba su sedal sin grandes éxitos a un embalse que siempre se mostró sediento, como un pozo costoso condenado a almacenar un agua verdosa y contaminada.
Johnny Tactuk, director municipal de Turismo en Constanza desde hace varios años, plantea que durante su planificación y construcción se pensó que la Presa Pinalito se podía utilizar como un atractivo para visitantes nacionales e internacionales. “Incluso se tiraron (en el embalse) algunas especies de peces y dieron resultados”.
Pero más que en un criadero de peces, el estanque sirve de tumba al agonizante y escaso caudal del Río Tireo. Solo en tiempos de lluvias se despabila y aumenta la cantidad de sedimentos y desperdicios que arrastra, los cuales incluyen miles y miles de potes y fundas de plástico utilizados por las agroquímicas para envasar venenos, pesticidas y fungicidas.
La contaminación y la deforestación de las montañas matan al río y anuncian el fin de la utilidad de la costosa presa. Al inaugurarla, en agosto de 2009, el entonces presidente Leonel Fernández anunció que costó US$300 millones, financiados por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), de Brasil.
El agua del Presa Pinalito permanece de un color verde oscuro.
La Egehid afirma que el proyecto costó US$320.4 millones, de los que US$20.2 millones se destinaron a la presa (compuertas, pórtico grúa de la obra de toma, caseta de operación, caseta y planta de emergencia). El proyecto incluye un túnel de 11 kilómetros que conduce el agua a la central ubicada en Blanco, Monseñor Nouel, así como otras cuatro presas secundarias con sus estructuras de toma y obras de decantación para captaciones ubicadas en Río Blanco y los arroyos Sonador, Caña Amarga y Arroyón.
Pero para la Procuraduría General de la República costó US$361,222,243.49, según la acusación que formuló contra los implicados en el caso de corrupción abierto a raíz de que la firma Odebrecht confesara el pago de sobornos para lograr la adjudicación obras.
El proyecto, ejecutado en los dos períodos de gobierno de Fernández (2004-2012), fue contratado por César Sánchez desde la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) durante la gestión de Hipólito Mejía (2000-2004), por US$229.5 millones menos del monto que aporta la Procuraduría.
El libro “Presas y centrales hidroeléctrica en República Dominicana”, publicado por la propia CDEEE, la Egehid y el Indrhi (Amigo del Hogar, 2004), bajo la firma de Ramón Isidro Rodríguez Taveras, experto en construcción de presas y recursos hidráulicos, plantea que el costo del proyecto de la Presa Pinalito sería “US$131,721,080” e incluía: obras civiles, electromecánicas, suministro e instalación de equipos, subestación, línea de transmisión, ingeniería, supervisión, gastos financieros, repuestos y obras de mitigación.
Consultado sobre la actual operación de Pinalito, Rodríguez Taveras, quien acumula experiencia en la construcción de presas, asegura que “se trató de un proyecto muy mal enfocado”. “La hidroeléctrica que colocaron de 50 megas pudo ser de la tercera parte de esa capacidad, pero la sobredimensionaron; porque no hay agua para abastecerla, ya que la poca agua que se consigue en el trayecto no alcanza para el caudal que se necesita para producir energía a esa capacidad”.
Plantea que la cuenca de Tireo podría aportar a la presa 1.74 metros cúbicos por segundo, “pero no creo que haya el agua suficiente porque se consume en el camino”, dice. La presa necesita 3.72 metros cúbicos por segundo (m3/s) y, en los momentos en que está en operación, requiere del agua de dos arroyos de la provincia Monseñor Nouel que se suman al túnel, dice.
Rodríguez Taveras afirma, en el libro “El agua: recurso que necesita urgente atención” (Editora de Revista, noviembre 2013), que República Dominicana debe parar de ejecutar proyectos sin tomar en cuenta el espacio ambiental donde los desarrolla. En este contexto, plantea que Pinalito, aunque con la mayor caída del país, tiene “problemas importantes por resolver”.
“El caudal total medio a turbinar de 3.72 m3/s no será posible conseguirlo en las condiciones actuales, debido a que el caudal de Tireo (1.74 m3/s) supuesto a extraerse del embalse de la presa es consumido en la explotación de 25,000 tareas de vegetales en la parte de la cuenca del río Tireo aguas arriba a la presa de Pinalito, con la tendencia de que se aumente el área cultivada”.
Plantea que las tierras de los valles Tireo y Constanza, por su calidad y clima carecen de competencia para la producción de hortalizas y otros cultivos que garantizan ingresos por encima de los RD$20,000 por tarea al año, con un mercado nacional e internacional cada vez más atractivo.
“En tiempo de crisis de agua lo que llega al embalse es el agua de retorno, reducida en más de un 50%, después de haber sido usada en el riego agrícola”.
Advierte que no existe garantía de que los aportes de la parte alta del río Blanco y sus afluente Caña Amarga y Arroyón, con sus pequeños caudales sin regulación de 1 m3/s permanezcan estable en un futuro próximo, debido a la fragilidad de sus cuentas impactadas por la deforestación.
Rodríguez Taveras advierte que los sedimentos que arrastra el Río Tireo tienen además un impacto negativo en los embalses de río Blanco y Hatillo.
El ingeniero civil Fabio Herrera Miniño se queja, en su artículo “Engaño con electricidad de Pinalito” (Hoy, octubre 2019), de que la presa, “no ha llenado las expectativas de producción de energía como se vendió para hacerla factible”. Deplora que todavía no se logra generar, con las dos turbinas, 50 mil kilos de energía eléctrica en base a un caudal regulado de 3.5 m3/s. “Si hubiese agua suficiente sería un proyecto muy atractivo y económico”, dice.
Uno de los expertos en energía eléctrica que participó en la planificación del proyecto desde la Egehid, reaccionó al artículo de Herrera Miniño y se quejó de que Pinalito “no está siendo operada como fue diseñada” para operar a máxima capacidad, con una producción de 50 MW, durante cuatro horas al día y utilizando las otras 20 para recibir y acumular agua en el embalse.
Sostiene que el criterio del diseño era maximizar la potencia en las horas picos de demanda de energía, siguiendo el mismo concepto que las centrales de Río Blanco, Jigüey, Valdesia o Tavera. También, que “el ingreso anual promedio en Pinalito está en alrededor de los 15 millones de dólares” y atribuye su falta de rentabilidad al hecho de que “sus costos de construcción se multiplicaron, y la energía no, pues el río (Tireo) no pare agua”.

Un valle que muere de sed

Para el geólogo Osiris de León, quien participó en los estudios de factibilidad de Pinalito, el problema básico de la obra se relaciona con la falta de lluvias. “Es una presa para operar en cuenca alta, bajo condiciones de un régimen pluviométrico histórico medido a 30 años. Sin embargo, en los últimos ocho años ha tenido largos períodos de sequía”.
“La pluviometría promedio en República Dominicana –agrega– es del orden de los 1,500 milímetros por cada metro cuadrado, pero en el año 2019 fue de apenas 700 milímetros de lluvia por metro cuadrado, la mitad de lo normal que debe caer”.

El también asesor científico del Poder Ejecutivo en materia de recursos hídricos plantea que, a partir de datos recabados por la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) en diferentes estaciones pluviométricas de todo el territorio nacional, “queda claro que las precipitaciones bajaron de 1,741.6 milímetros por metro cuadrado en 2018, a menos de la mitad en 2019, cuando sólo se registraron 717.4 milímetros por metro cuadrado”.
Añade que 2019 se convirtió en un año casi tan seco como 2015, cuando las lluvias caídas en el país totalizaron apenas 953.5 milímetros por metro cuadrado, “valores muy inferiores a la media anual de 1,489 milímetros por metro cuadrado, siendo esos dos años, junto a 2013 y 2014, los más secos que hemos tenido en la última década”.
La Presa Pinalito tiene capacidad para almacenar 3,144,000 metros cúbicos de agua y su nivel máximo histórico llegó a 1,180.50 metros sobre el nivel del mar, según la Egehid, cuyos técnicos recuerdan que la obra llegó a verter después de los aguaceros del 7 y 11 de septiembre de 2019.
Pero el breve milagro de las lluvias sobrepasó las plegarias de los sedientos agricultores del valle de Tireo. De repente, vieron inundadas muchas de sus casas y sus parcelas por torrenciales ríos de un agua lodosa cargada de todo tipo de desperdicios que apresuraban su marcha hacia el estanque.
Para noviembre, cuando cesaron los grandes aguaceros que interrumpieron la sequía de Constanza entre septiembre y octubre, los constanceros notaron que el Gobierno cerró otra vez el acceso a la presa. Un ciclista que penetró al área hizo circular, por las redes sociales, imágenes dramáticas en las que se observaban algunos puntos erosionados por las lluvias.
“En la actualidad Pinalito está cerrada al público, por problemas ocasionados por las lluvias del año pasado hubo un deslizamiento de parte de una de las montañas, la cual provocó que se sedimentara gran parte del lago de la presa”, dice Johnny Tactuk, un funcionario muy activo en la vida política y social de Constanza.
“Aquí el año pasado hubo tanta agua… cayó tanta agua que en un solo día equivalía al agua caída en un año”, dice. Descarta que el Ministerio de Turismo se involucre en un plan de rescate de la cuenca de Tireo para conservar los ríos que alimentan a la presa, ya que, según recuerda, se trata de funciones de Medio Ambiente o Agricultura. “No hemos pensado en ningún proyecto que traiga como consecuencia la limpieza del río, pero sí hemos hablado con las asociaciones (de productores de Tireo) para que ellos (sus integrantes) preserven su río”.

domingo, 16 de febrero de 2020

Seguridad social: un derecho humano de los envejecientes

SANTO DOMINGO,R.D.- Los medios de comunicación tienen un papel protagónico para dar los mensajes y contribuir al proceso de toma de conciencia de derechos. Sin embargo, no es suficiente con que existan situaciones que afecten la vida de las personas, para que en una sociedad esos hechos sean reconocidos como un problema social.
Analizar la situación actual de las comunidades permite visualizar el vacío teórico que existe en problemáticas, tales como la Seguridad Social y la falta de implementación de políticas sociales destinadas a la población de envejeciente con un real conocimiento de las condiciones socioculturales de los pueblos originarios.
A partir del año 2001 entra en vigencia el Convenio 169 de OIT y la LEY 87-01, única norma de carácter internacional vinculante que reconoce la especificidad de derechos del  pueblo  y prescribe la obligatoriedad de la consulta a los Pueblos sobre las políticas que los afecten.
Sin embargo, a CASI  20 años de la promulgación de la ley, el tema no ha sido presentado para su tratamiento parlamentario como debe ser sino superficialmente que solo dedienden la parte financiera. A partir del año 2001 entra en vigencia del Convenio 169 de OIT, única norma de carácter internacional vinculante que reconoce la especificidad de derechos de los pueblos  y prescribe la obligatoriedad de la consulta a los Pueblos sobre las políticas que los afecten.
La desprotección que sufren los pueblos originarios incluye más el plano fáctico que el normativo. Consideramos que no es un problema exclusivo del derecho y debe abordarse en una acción conjunta de diversas disciplinas que contribuyan a buscar una respuesta y una solución a tanta discriminación y necesidad que sufren el sector de los envejecientes.
El objetivo de la Seguridad Social es la mejora de las condiciones de vida de la población, su implementación no queda fuera del uso político que le otorga quienes controlan el Estado pues refuerzan las desigualdades existentes en la sociedad cuando, en vez de ser el vehículo de socorro en las contingencias de la vida, es la correa de transmisión de prebendas para los grupos con mayor poder de negociación.
La Seguridad Social es una política social sin características de interculturalidad aplicada, partiendo de un universo teórico uniforme no legisla particularidades culturales. Su filosofía o esencia pertenece al mundo capitalista en el que se desarrolla como política de Estado. Los derechos de los pueblos son por definición derechos que pertenecen a colectividades, no simplemente a individuos.
El Estado tiene un rol claro en la reducción de la pobreza. Su estructura y sus agentes, los gobiernos, tienen la potestad de obtener y redistribuir recursos para amortiguar el impacto de las desventajas sociales. La Seguridad Social como política social básicamente redistributiva debe ser un eje central a la hora de construir una sociedad más justa y para que ello sea posible es necesario trabajar sobre las formas de difusión de los derechos que aún siguen desconocidos por gran parte de la población.
La aplicación de la política de difusión de los derechos de la seguridad social que asisten a los pueblos originarios, tiene las dificultades burocráticas propias de una política social participativa que intenta romper circuitos clientelares de los organismos del Estado y sobre la que necesariamente hay que seguir interviniendo. 
Pensamos que hoy la relación entre seguridad social, derechos humanos y comunicación se centra en la disputa entre los diferentes proyectos sociales. Reiteramos se trata fundamentalmente del debate entre la inclusión y la exclusión. Como pasa actualmente en el sector de los envejecientes pensionados y jubilados.
El desafío que coloca la relación entre seguridad social, derechos humanos y comunicación puede argumentarse a través de varias figuras sociales que hoy condensan los desequilibrios sociales. 
La marginalidad y la exclusión son condiciones que se aprenden, se hacen piel, se hacen conducta y es violación de los derechos humanos. Nos parece imposible plantear el tema de la seguridad social, los derechos humanos y la comunicación, si no se lo acompaña de un previo trabajo que derrumbe los mecanismos legitimadores de la exclusión. Violando la Ley sectorial de esa clase.