martes, 7 de mayo de 2013

Estados Unidos llega a punto de inflexión en la política energética



Washington y Nueva York.- Actualmente la administración de los Estados Unidos cree que se están reversando cuatro décadas de dependencia del petróleo.
Dentro de la Casa Blanca se está dilucidando la aprobación para la construcción de una nueva terminal de GLP para llevar a cabo exportaciones sin restricción, es decir, para los países más allá de aquellos con los que Estados Unidos ha negociado acuerdos comerciales, está siendo sopesada como un nuevo elemento esencial de la política de seguridad nacional.
El ritmo inicial  que se ha estado sobrellevando para las aprobaciones de nuevas terminales de exportación de GLP, es posible que sea medido, siendo una confirmación de las sensibilidades políticas nacionales sobre cómo manejar la creciente producción energética que ha estado teniendo lugar en el país.
Algunas industrias locales se oponen a las exportaciones por temor a perder el acceso que poseen hacia un gas barato. Las secciones del Congreso están también escépticas en relación a una rápida expansión de las exportaciones.
Pero el Gobierno de Obama ve el crecimiento de la producción petrolera y de gas como un punto de inflexión para las políticas energéticas de EEUU, reversando cuatro décadas de la ya conocida fuerte dependencia de dicha potencia mundial hacia las importaciones de petróleo.
En un discurso poco notado que tuvo lugar en Nueva York el mes pasado, Tom Donilon, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, dijo que la nueva abundancia energética que estaba ocurriendo le daba a EEUU “una mayor fortaleza en lo relativo a la persecución e implementación de nuestros objetivos de seguridad nacional”.
Donilon expresó que la incrementada producción de gas en EEUU y a nivel global podría romper el vínculo entre los precios del gas y los altos precios del  petróleo y que al mismo tiempo podrían “debilitar el control para los tradicionalmente dominantes suplidores de gas natural”.
La Casa Blanca también está promoviendo el gas como una alternativa para el petróleo y el carbón, como una forma de reducir las emisiones de gas de invernadero. Un grupo de presión vocal conformado por manufactureros de energía intensiva, que incluyen a Dow Chemical y Alcoa, ha instado a la administración a limitar los permisos de exportación, argumentando que las ventas sin restricción del GLP hacia el exterior podrían socavar la ventaja del costo energético creada por el gas barato a raíz del boom del esquisto.
No obstante, los oficiales de Estados Unidos creen que ser vistos en la restricción de las exportaciones para el beneficio de la industria nacional enviaría una terrible señal en relación al apoyo del libre comercio del país.
Peter Orszag, exdirector de Presupuesto de la Casa Blanca, actualmente en Citigroup, hizo eco de las preocupaciones, diciendo que Estados Unidos tendría problemas en hacer frente a las restricciones de China sobre las exportaciones de raros minerales de tierra si esta estaba frenando las exportaciones de gas.
“Es muy difícil, como principio general, justificar las restricciones de exportación sobre algo como esto, donde no hay interés sobre la propiedad de tecnología de seguridad nacional”,  dijo Orszag.
Las secciones significativas de las grandes empresas también se oponen a la restricción de las exportaciones. “Estamos firmemente del lado que dice que las exportaciones de GLP deben ser permitidas”, dijo John Rice, vicepresidente de GE.
“Tenemos una gran cantidad de manufacturación además de algunas operaciones de uso de energía intensiva, y nos beneficiaríamos del gas a US$3.00, pero en el largo plazo pensamos que es de nuestro interés y del interés de otras empresas competitivas sobre una escala global, el tener un nivel de campo de juego”. Estados Unidos ya ha aprobado 23 propuestas de proyectos de GLP para vender gas a los países con los cuales haya concretado acuerdos comerciales. Sin embargo, Corea del Sur es el único de esos países que es uno de los grandes importadores de gas.
Bajo la ley de EEUU, a las compañías no se les permite la exportación de gas desde EEUU a menos que tengan una licencia. Para las exportaciones hacia países con los cuales EEUU mantenga un acuerdo comercial, en efecto, las aprobaciones son automáticas.
Los exportadores con la esperanza de vender a países que no tengan un acuerdo comercial con EEUU se les otorgan licencias “a menos que se demuestre que las autorizaciones sean inconsistentes con el interés público”, según ha dicho el Departamento de Energía.
Hasta el momento, solo a un único proyecto de exportación de GLP de EEUU, la planta Sabine Pass de Cheniere Energy de Louisiana, le ha sido otorgada la aprobación para exportar a países tales como Japón, miembros de la Unión Europea, y los mercados asiáticos de rápido crecimiento como China y La India. Por el momento,  han sido presentadas 19 solicitudes para dichas licencias al Departamento de Energía.
El próximo proyecto en turno para la aprobación es el desarrollo de Freeport LNG en Texas, que será el segundo en exportar hacia países que no posean un acuerdo comercial.
La mayor parte de la atención está enfocada hacia las posibles aprobaciones subsiguientes.
Generalmente se espera que la decisión de Freeport se de a conocer por sí sola, pero la industria del GLP espera que otras terminales propuestas para las exportaciones globales se les otorguen licencias muy pronto.
Sarah Ladislaw, una experta en energía del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, dijo: “Creo que veremos que este gobierno aprobará los permisos de exportación, pero muy lentamente”.
Pero además ella expresó que aún no estaba claro si es que Estados Unidos adoptaría una postura proteccionista o no.
Si no se toma en cuenta la implementación de un nuevo sistema para el 2017, EEUU “no lo logrará”,  dijo, por el hecho de que es cuando será reducida la ventana para ejercer presión en Estados Unidos con la finalidad de permitir los proyectos, justo en el momento  que el incremento de suministros y la demanda comienzan a aliviarse.
“Entonces el impulso de las políticas desaparecerá por el momento”,  agregó Ladislaw.
LAS CLAVES
1.   Limitar permisos  
Un grupo de presión vocal conformado por manufactureros de energía intensiva, que incluyen a Dow Chemical y Alcoa, ha instado a la administración a limitar los permisos de exportación.
2.  Restricción
Los oficiales de EEUU creen que ser vistos en la restricción de las exportaciones para el beneficio de la industria nacional enviaría una terrible señal en relación al apoyo del libre comercio del país.
3.  Aprueba proyectos
Estados Unidos  ya ha aprobado 23 propuestas de proyectos de GLP para vender gas a los países con los cuales haya concretado acuerdos comerciales.

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