E F E - REPORTAJES.-Según las últimas investigaciones, las
personas que más despiertan nuestra agresividad al volante son aquellas
que realizan adelantamientos y maniobras en zigzag. Los expertos
aconsejan a los conductores que tomen medidas para conservar la calma
mientras conducen, acordándose de “respirar profundo, permanecer calmado
y hacer todo lo que sea necesario para abandonar la ira". Cuando vamos
conduciendo, ¿sabe cuáles son los conductores que más nos irritan y que
más puede sacarnos de nuestras casillas, aumentando el riesgo de
desencadenar un accidente?.
De acuerdo a una investigación de expertos del
Centro de Adicción y Salud Mental , CAMH, de la Universidad de Toronto
(Ontario, Canadá), las personas que más despiertan nuestra agresividad
en la carretera son aquellas que realizan adelantamientos y maniobras en
zigzag.
Ser conscientes de los desencadenantes de la
denominada "ira vial" puede ayudarnos a mantener la calma y prevenir una
conducción peligrosa, tanto si somos los protagonistas como los
testigos de ese tipo de maniobras imprudentes, evitando incurrir en
ellas o en actitudes o conductas vengativas, de acuerdo a los autores de
este estudio.
El trabajo, dirigido por la investigadora
Christine Wickens y publicado en la revista ‘Accident Analysis and
Prevention’, se efectuó analizando más de 5.000 comentarios publicados
entre 1999 y 2007 en un sitio web que recoge las quejas relacionadas con
una conducción vehicular agresiva o insegura.
El estudio del CAMH ha desvelado que el 54 por
ciento de las quejas se referían a conductores que adelantaban o salían
y entraban del tráfico, en tanto que el 29 por ciento de los
comentarios se relacionaban con conducción a altas velocidades, y el 25
por ciento dejaba constancia de su malestar ante la agresividad de otros
conductores.
En opinión de Wickens y su equipo, en los casos
extremos, una acción agresiva por parte de un conductor puede llevar a
que otros conductores tengan conductas hostiles, si bien “se necesita
más investigación para explorar el modo en que los conductores perciben y
reaccionan ante las maniobras agresivas o erráticas”.
La investigadora de la CAMH aconseja a los
conductores que tomen medidas para conservar la calma mientras conducen,
acordándose de “respirar profundo, permanecer calmado y hacer todo lo
que sea necesario para abandonar la ira".
¡CUIDADO CON EL ESTRÉS VIAL!.
Los acontecimientos vitales estresantes duplican
la posibilidad de sufrir un accidente de tráfico y, entre un 15-20 por
ciento de los siniestros, están relacionados con este fenómeno, porque
la gente con estrés tiene una actitud más competitiva al volante y ve
disminuida su percepción del peligro, aseguran desde la Fundación
Española para la Seguridad Vial (FESVIAL).
Para el doctor Luis Montoro, catedrático de
Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (España) "las situaciones
estresantes al volante implican la aceptación de mayores niveles de
riesgo que en situaciones normales y se relacionan con el aumento de la
velocidad, una mayor trasgresión de las normas de tráfico y un menor
respeto de las distancias de seguridad al circular”.
Según el responsable de FESVIAL “un conductor
estresado experimenta un significativo deterioro en la percepción de los
elementos de su entorno, como las señales, los peatones y el resto de
vehículos, lo que lleva aparejado una peor asimilación de la información
que le llega y hace que las maniobras que realice sean más imprecisas”.
Asimismo y según Montoro los riesgos del estrés al
volante pueden entrañar otros peligros como el desajuste de la atención
y la capacidad de concentración que puede provocar distracciones
frecuentes, factor que está implicado aproximadamente en el 40 por
ciento de los accidentes de tráfico.
Según este experto, “el estrés también puede
producirse por el propio entorno”, debido a factores como el torrente
circulatorio o un excesivo número de señales de tráfico, que hacen que
“el conductor, a veces, no es capaz de procesar en su mente tantos
estímulos”, a los que se añade el impacto de otros elementos
perturbadores como una carretera peligrosa, unas malas condiciones
Para reducir el nivel estrés al volante, desde
FESVIAL recomiendan a los conductores usar ropas holgadas, ventilar el
vehículo, utilizar la radio para evadirse de los problemas, con un
volumen moderado, sobre todo en el caso de la música, y evitar hacer
otras tareas además de conducir, como usar el teléfono móvil, que reduce
la percepción de las señales de tráfico.
Si la densidad del tráfico es muy alta, el doctor
Montoro aconseja “no mirar insistentemente el reloj, ni los controles de
los coches, no fijarse una hora de llegada y evitar las manifestaciones
impulsivas como tocar el claxon o realizar gestos hostiles a los
ocupantes de otros vehículos o peatones, ya que incrementan
considerablemente la tensión nerviosa".
EMOCIONES Y RIESGOS.
Por su parte, investigadores de la Universidad de
Granada, UGR, en España, han observado que la carga mental de tener
demasiadas cosas en las que pensar o las emociones como el miedo, el
enfado, la tristeza o la alegría, pueden hacer perder la concentración y
afectan también a la toma de decisiones en situaciones que pueden tener
un riesgo al conducir ciclomotores y motocicletas.
“Hemos comprobado que las personas pueden evaluar
una situación de riesgo de la misma manera sin que les influyan mucho
las emociones, pero a la hora de tomar la decisión de actuar frenando o
acelerando, sí existe una influencia de factores internos y externos”,
ha declarado a la Fundación Descubre, el profesor Antonio Cándido, de la
Facultad de Psicología de la UGR y coordinador de esta investigación.
Según los expertos de la GR se denomina carga
mental a la cantidad de esfuerzo deliberado que se debe realizar para
conseguir un resultado concreto, en este caso, conducir.
“Si estás conduciendo y tienes que realizar varias
tareas, como por ejemplo conducir y hablar por el móvil al mismo
tiempo, la demanda está aumentando y esto conlleva un aumento de la
carga mental, disminuyendo los recursos que tendrían que estar dedicados
a gestionar el contexto vial”, ha señalado Cándido.
“Esa conversación por el móvil puede ser
intrascendente pero también puede ser una discusión. Esto conllevaría
una carga y una demanda, pero también un aspecto emocional que influye
en la toma de decisiones ante una conducta de riesgo”, añade.
Para el profesor de la UGR, los anuncios de las
direcciones generales de tráfico a veces utilizan “emociones como el
miedo, con una noción negativa, pero no buscan provocar el enfado con
sus campañas, porque si te enfadas aumenta la probabilidad de una
situación de riesgo”.
Mediante el registro de los movimientos oculares
del motorista en simuladores de conducción de estos vehículos, el grupo
de la UGR ha comprobado que las personas más arriesgadas al volante
sienten más estrés, derivado del esfuerzo que ponen al conducir, y no se
fijan en los puntos claves para la conducción, pudiendo provocar un
aumento del número de accidentes o conductas arriesgadas.
Con los simuladores han constatado que los sonidos
“cargados emocionalmente, positivos o negativos, conllevan una peor
respuesta a la hora, por ejemplo, de frenar, que un sonido más neutral”,
según Leandro Di Stasi, responsable del experimento.
Según Di Stasi, “los sonidos emocionales, como
la risa de un niño o un grito, distraen más”, pero “cuando el sonido es
neutral, por ejemplo un bip electrónico, se produce una focalización de
la mirada en la parte relevante de la carretera, por lo que el conductor
está más atento ante un posible accidente”.
María Jesús Ribas.
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