Parecería inusual y hasta insólito que dijéramos que el año recién
pasado fuera considerado como el año del Envejeciente, de los ancianos,
de los viejos, ya que transcurrió sin que se tomaran medidas para
beneficiarlos y atender las precariedades de los más pobres y
sustentar y/o garantizar, a los incluidos en la clase media, sus
ingresos, recursos que representan sus medios de vida.
Hay
que reconocer que la política establecida últimamente por los
gobiernos, para garantizar una seguridad social, favorece a los jóvenes
pero no deja entrever soluciones perentorias y sobre todo favorables
para los envejecientes, personas de edades que superan los 65 años,
puesto que hemos visto que los recursos provenientes y generados por sus
ahorros de toda su vida han sido gravados.
Los ancianos
dentro de precariedades y extrema pobreza que han envejecido sin contar
con posibilidades de contar con medios económicos durante su vejez, son
los mas vapuleados, los mas sufridos. A veces no tienen donde dormir e
ingieren alimentos a cuentas gotas. La inexistencia de una política
firme y categórica que pudiera ser establecida por el Estado Dominicano,
debe proveer alojamientos dignos, alimentación adecuada,
hospitalización y las medicinas necesarias, para atender las necesidades
de la clase social más sufrida y paupérrima de la nación.
Sin
que al gobierno que le corresponda atender las necesidades de los
envejecientes que carecen de recursos, no debe olvidar atender a los
hijos menores engendrados dentro de la pobreza. Lo que no debe ser
motivo de especulación y clientelismo es el otorgamiento de un sinnúmero
de prebendas a hombres y mujeres que dentro de su pobreza y
marginalidad pueden trabajar y lograr el sustento de su familia. No se
puede seguir creando seres parasitarios a costa del erario público para
lograr cierta empatia con estrechas vinculaciones electorales
Por
ora parte, aun así, el gobierno continua apretando mas la cuerda y
estrechando las oportunidades de una clase media de envejecientes que
producto de su trabajo de tantos años, supo dejar en inversiones
inmobiliarias y ahorros bancarios, los recursos que le pudieran generar
los medios de vida dentro de su ancianidad. A esta clase media, de
personas de edad avanzada, viejos, ya en edad improductiva, le han
cargado una serie de impuestos, percibiendo los mismos, la existencia de
una penalización por las nuevas cargas impositivas dispuestas por el
gobierno
La clase media conformada por envejecientes espera
que sea reorientada nueva vez, la modificación a la ley actual que
penaliza las ganancias de sus ahorros, como también el impuesto del uno
(1%) porciento sobre el valor de sus propiedades, para aquellas
personas que hayan sobrepasado los 65 años de edad. Nos cuestionamos
¿Cuando las propiedades para alquiler no estén ocupadas y no estén
generando ingresos a los envejecientes, el Estado Dominicano y el
gobierno de turno, han considerado estos aspectos?
De no ser
cuantificado el problema, ya que el gobierno no ha planteado soluciones
con la equidad requerida, se estarán penalizando y agravando la
situación de los envejecientes. Entendemos que esto debe se estimado a
fin de evitar el agravamiento de la clase media de ancianos
envejecientes y estar mas de acorde con la realidad dominicana. Que no
se posponga una nueva alternativa y solución a los problemas planteados.
El año del ENVEJECIENTE paso sin beneficiar a los ANCIANOS y como
señalan los agraviados, sin pena y sin gloria
Por: Conrado Asencio http://www.lainformacion.com.do/noticias/opinion/columnas/7255/penalizaciones-del-envejeciente
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