SANTO DOMINGO,R.D.- Por "providencia divina". Es la
explicación que los técnicos del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo
Oeste encuentran a la baja tasa de letalidad y de heridos en los fuegos
dentro de carros y guaguas privados y públicos vinculados a mal
funcionamiento de los sistemas de Gas Licuado de Petróleo (GLP).
Los
bomberos tenientes coroneles Jean Luis Yedy y Simeón Cabrera expusieron
una serie de variables que pueden darse para que un automóvil con un
sistema de GLP en mal estado se convierta en un lugar volátil. La
capacidad de esparcimiento del GLP, las malas instalaciones, el pobre o
ningún mantenimiento y las malas prácticas de los usuarios convierten
transitar en un vehículo con el sistema de GLP en mal estado, en un
peligro público.
"El GLP se mueve a quince pies por segundo, para
estallar en la atmósfera se necesita un 35% de saturación. Una chispa y
es casi seguro que ninguna persona pueda salir con vida", sostiene
Simeón Cabrera. Al extrapolar estas condiciones al interior de un carro o
un autobús, el técnico de los bomberos asegura que "es como parpadear.
Es rápido. Imagine que se esté tomando pasajeros, detenido, y hay una
fuga. Se enciende el vehículo y estalla", dice. Lo mismo pudiera ocurrir
en un vehículo privado que va a ser abordado por una familia.
"Si
huele a gas, es porque hay fuga. Dentro de un vehículo en mal estado,
como los de concho puede haber un ramal de cables pelados, un cable de
baterías que haga chispa, el motor, el muffler, en cualquier lugar se
puede crear un fenómeno que inicie el fuego y una desgracia", indica
Jean Luis Yedy, y continúa: "Una fuga de GLP es impredecible".
El
jefe de los Bomberos de Santo Domingo Oeste, coronel José Antonio
Segura, critica el hecho de que "no hay quién revise los sistemas de
GLP, ni a quienes realizan las instalaciones", lo que deja a la
población y a los organismos de socorro en el lado de peligro y los
costos para auxiliar estas unidades.
Añade que "el mantenimiento
es un tema que se discute poco; pero los tanques de gas se deterioran,
se pudren y se dañan". Revela, además, la mala práctica de los
ciudadanos que tapan con jabón, poloshirts y fundas de sacos las averías
en los tanques que están en mal estado y que se sabe tienen fugas.
Entra
en discusión la irresponsabilidad de los llamados técnicos de
instalación de sistemas de GLP "de patio" o informales. "Lo que quieren
es ganarse el dinero. Instalan lo que les lleva el cliente, sin importar
la calidad de los materiales ni del vehículo; esto último tiene que ver
mucho con la calidad de la seguridad del sistema que se está
colocando", sostiene Segura y culpa también a las empresas envasadoras
de gas de ciertas situaciones. "Una distribuidora de gas no debería
llenar un tanque que evidentemente esté en mal estado, y tampoco deben
llenar un tanque totalmente, porque no permitirá el buen funcionamiento
de los mecanismos de seguridad como las válvulas.
El mercaptano previene
El
mal olor que el mercaptano otorga al GLP tiene mucho que ver en la
prevención de desgracias, pero la realidad es que la baja supervisión de
las autoridades impulsa la ocurrencia de accidentes.
Digenor quiere regular
La
Dirección General de Normas y Sistemas de Calidad (Digenor) señaló
que, conociendo estas debilidades en la regulación y la inseguridad de
la ciudadanía expuesta constantemente a los peligros de una incorrecta
instalación de cilindros en los vehículos de motor, trabaja en el
proceso de reglamentación, tanto de los talleres que instalan los
sistemas de GLP, como en la correcta instalación de los sistemas de este
hidrocarburo; tomando como base la norma dominicana NORDOM 643 del
2010, Combustible Gaseoso. Sistema de Instalación para el uso de los
gases del Petróleo (GLP) en automóviles.
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