viernes, 26 de julio de 2013

Hacia un tren de alta seguridad

EL gravísimo accidente ferroviario que tuvo lugar la noche del miércoles en Santiago, que se ha cobrado 80 vidas humanas y ha dejado cerca de 170 heridos de diversa consideración, ha conmocionado a la sociedad gallega y ha impactado también a toda la opinión pública del Estado español y de Europa. No es fácil de asimilar que en una sociedad moderna y desarrollada que pretende estar al nivel tecnológico y de infraestructuras propio de los países punteros de nuestro entorno en el siglo XXI pueda producirse una tragedia de estas características, con el descarrilamiento de un tren de última generación preparado para la alta velocidad y repleto de pasajeros. Aún bajo el estado de shock que ha producido el conocimiento de las dimensiones del siniestro y, sobre todo, del altísimo número de víctimas mortales, así como la visión de las impactantes imágenes del suceso y con la necesaria prudencia hasta que no se esclarezcan todas las circunstancias, el accidente de Santiago deja inquietantes interrogantes e importantes lecciones de generosidad, solidaridad de toda la sociedad y coordinación, algo no tan habitual. Las incógnitas fundamentales, obviamente, miran hacia las causas del trágico descarrilamiento. Aunque todo apunta al exceso de velocidad del convoy al tomar una curva que ya fue calificada de "difícil" por los técnicos del Ministerio de Fomento para un trazado de alta velocidad, queda aún por saber si se trató de un fallo humano, técnico o, como ocurre en múltiples ocasiones, una letal combinación de ambos. En cualquier caso, urge una rápida investigación que acote de forma clara el origen del accidente, establezca las oportunas responsabilidades y destierre episodios recientes como el vergonzoso caso del accidente del metro de Valencia. Otra de las incógnitas, aunque no se despejará nunca, es saber si, como ha afirmado el Sindicato de Maquinistas, el siniestro "se podía haber evitado" si hubiese estado instalado un sistema de seguridad más moderno y eficaz (ERTMS), capaz de controlar y frenar el tren de forma automática en caso de detectar un exceso de velocidad. En este punto, es exigible no solo una explicación técnica, sino un compromiso firme por parte de Fomento y de Renfe de que están o estarán instalados de forma inmediata todos los sistemas que garanticen la máxima seguridad de los viajeros. 

 http://www.noticiasdenavarra.com/2013/07/26/opinion/editorial/hacia-un-tren-de-alta-seguridad

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