martes, 8 de julio de 2014

Los subsidios cobran factura

En un artículo anterior, comentábamos sobre lo perversos que resultaban los subsidios prolongados a los energéticos en varios países de América Latina. Los gobiernos de nuestra región crean o mantienen subsidios algunas veces con muy buenas intenciones, y las más de las veces para ganar votos y mantenerse en el poder.  Empero, los subsidios pasan la factura tarde o temprano.
Los subsidios a los energéticos, lastimosamente, van contra toda tendencia hacia conseguir eficiencia y competitividad.  Cuando los energéticos tienen muy bajos precios, nadie los valora o cuida y el consumo es generalmente desmesurado.  Además, no dan ninguna señal para tomar la eficiencia energética con seriedad. El derroche resulta el derrotero.
Queda claro que los que más se benefician de los subsidios son aquellos que más tienen. Aquellos con dos o tres vehículos, los que viajan constantemente, que tienen yates, piscinas calefaccionadas y muchos otros placeres con alto consumo energético. Por lo tanto, el que menos tiene, el que anda en bus, en metro, que vive en modestamente, termina subsidiando al que más ti ene. Del mismo cuero salen las correas, dice el adagio.
Fuertes subsidios a la energía por prolongados periodos también llevan al desabasto. Las recientes experiencias en la región son contundentes. Brasil, Chile y Perú, por ejemplo, son países que no subsidian sus energéticos y es muy extraño escuchar hablar de cortes de energía eléctrica, racionamiento o desabasto.
Fuertes subsidios también ahuyentan inversiones en generación de energía eléctrica y exploración de hidrocarburos. Países con tradición productora y exportadora terminan importando energía o hidrocarburos.
El caso de Venezuela es patético, que tiene una de las reservas más grandes de gas natural del mundo, pero ya importa por años de Colombia y de no dar un muy fuerte golpe de timón en relación a los subsidios al gas natural, terminará importando GNL de Estados Unidos que está mirando exportaciones para subir los bajos precios por la excesiva oferta de shale gas.
Los efectos antes citados generalmente no conmueven a los gobiernos para cambiar la situación de los subsidios. Lo que si conmueve es cuando duele en las arcas públicas y fruto del efecto combinado de subsidios y excesivo gasto público. No importa si son gobiernos neoliberales, socialistas, derechistas o izquierdista, cuando la factura llega y pega en el balance fiscal, algo hay que empezar a hacer.
En los últimos meses vemos que varios países de la región están analizando iniciativas para salir de los fuertes subsidios a sus energéticos, situación que aplaudimos y que consolida las macroeconomías.
Colombia lo ha estado haciendo gradualmente desde hace algunos años con los precios de los hidrocarburos y de la electricidad.
En Bolivia, a finales del 2010 se ensayó una de las medidas más neoliberales jamás vista y se trató de subir los precios de los hidrocarburos en forma brusca, pero se tuvo que dar marcha atrás muy rápidamente. Durante todo el 2011 se han lanzado globos de ensayo mediáticos para ver cómo reacciona la población y salir de fuerte subsidios a los hidrocarburos.
Tarde o temprano algo tendrá que ocurrir, porque las arcas están muy afectadas por subsidios y por fuerte gasto social y en empresas estatales deficitarias no productivas. También se estudia el subir las tarifas eléctricas a aquellos que más consumen, es decir, focalizar el subsidio, situación que así debe ser.
Argentina también así lo ha entendido y se ven claras señales para focalizar subsidios a los más necesitados y subir a los que pueden pagar. No sólo ocurre en energía, sino en agua y otros sectores y hacer que los que más tienen sean los beneficiados de los subsidios.
Lo que acontece actualmente en Argentina en materia de gas natural es casi inaudito. Remunerar en promedio de 2 a 3 dólares por millón de BTU a los productores nacionales e importar a entre 8 y 16 dólares por millón de BTU es muy difícil de entender. Los recientes avances en desarrollos de petróleo y gas no convencional le dan un enorme potencial de recursos a Argentina, pero sin duda que se necesitan precios más altos para desarrollarlos.
La coyuntura en Ecuador es también compleja y toca la caja fiscal cada vez más fuerte. Recientemente los precios de los combustibles para aviación han sido elevados y se han dado focalizaciones en electricidad y se estudia mecanismos de focalización para el gas LP.
Tarde o temprano los subsidios energéticos pasan la factura y nos alegra que gobiernos que se oponían a estas medidas estén tomando el toro por las astas para la requerida y ansiada estabilidad macroeconómica.

http://energiaadebate.com/los-subsidios-cobran-factura/

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