viernes, 11 de julio de 2014

La capitalización y el fracaso del sector eléctrico en RD - marzo 4, 2007

SANTO DOMINGO,R.D.. -La premisa fundamental de la que partieron los ideólogos, propulsores y artesanos de la Capitalización del sector eléctrico, fue que la sola presencia del sector privado administrando las empresas públicas capitalizadas, era una garantía de un mejor desempeño en la gestión de las mismas. Eso, decían, conduciría en breve tiempo a una eficiencia global del sector que se traduciría en una reducción significativa de las perdidas y el subsidio oficial, conduciendo a una tarifa mas justa hacia los usuarios.
En el año 2001, Unión Fenosa (UF), empresa a la que se le adjudico la participación accionaría del 50% en las distribuidoras Edenorte y Edesur, solicitó un préstamo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto de US$188 millones (Proyecto DR-0137). El objetivo declarado fue el de invertir los fondos en Edenorte y Edesur realizando inversiones para la reducción de las pérdidas técnicas y no técnicas, así como mejorar los servicios a los clientes y proveer a las empresas con recursos y facilidades para implementar el plan de negocios tal y como aparece descrito en el documento Abstracto del Proyecto, disponible en la pagina del Internet del BID (http://www.iadb.org/projects/Project.cfm?project=DR0137&Language=Spanish).
Inicialmente la intención, tanto de UF como del BID, era que este préstamo fuese avalado por el Estado a través de una garantía soberana otorgada por el Congreso, sin embargo, ante la negativa de las autoridades (argumentando que dichas empresas ya tenían existencia propia fuera del ámbito estatal por que habían sido constituidas como empresas comerciales según el Código de Comercio), Unión Fenosa Internacional (UFI) terminó siendo garante del mismo.
La programación de los recursos del préstamo, según figura en el Informe de Impacto Ambiental y Social disponible en la página de Internet del BID, se realizó de la siguiente manera:
CONCEPTÓ Edenorte Edesur Total
Millones US$ Millones US$ Millones US$
Mejoramiento Servicio al Cliente 1.3 0.9 2.2
Mejoramiento Gerencia de Negocios 1.5 1.0 2.5
Mejoramiento Calidad del Servicio 2.7 1.8 4.5
Provisión Recursos Necesarios e Instalaciones para Operaciones Eficientes 4.2 2.8 7.0
Reducción de Perdidas Técnicas 37.7 25.1 62.8
Reducción de Perdidas No Técnicas 38.3 25.5 63.8
TOTAL 85.7 57.1 142.8
El programa de Mejoramiento del Servicio al Cliente, incluía el mejoramiento de los espacios físicos de las oficinas comerciales, mejoramiento de los mecanismos de facturación y entrenamiento del personal que esta en contacto directo con los clientes.
El Programa de Reducción de Perdidas Técnicas estaría orientado a la reducción de las pérdidas técnicas ocasionadas por deficiencias en las líneas de distribución e incluía la rehabilitación, mejoramiento, e instalación de subestaciones y líneas de distribución en la zona de concesión de Edenorte y Edesur. El área de líneas de distribución incluía la construcción de aproximadamente 230 Kms. de nuevas líneas troncales, la rehabilitación de unos 250 Kms, de líneas trifásicas y monofásicas y la instalación de unos seis mil postes nuevos. En el caso de las subestaciones, estas serian mejoradas mediante la instalación de nuevos transformadores con las respectivas infraestructuras asociadas en subestaciones existentes, así como la construcción de nuevas subestaciones. En total el programa incluía la rehabilitación y mejoramiento de unas 21 subestaciones y la construcción de unas dos nuevas subestaciones.
Como podrá apreciarse de la tabla anterior, la mayor parte de los recursos del financiamiento del BID estaban destinados a la reducción de las perdidas de las distribuidoras con un 89%, mientras que el mejoramiento de la eficiencia administrativa de las empresas recibía el 11%.
Del total de recursos, el 60% estaba asignado a Edenorte, mientras que el 40% estaba asignado a Edesur, lo cual reconocía que los mayores problemas estaban concentrados en Edenorte y que constituían la principal fuente de pérdidas de las distribuidoras.
¿En que se utilizaron los recursos provenientes del financiamiento del BID? De acuerdo a las Memorias 2000-2004 de Edenorte-Edesur los recursos provenientes del préstamo del BID se utilizaron según el siguiente detalle:
CONCEPTO MILLONES DE US$
Monto aprobado 188.00
Gastos de formalización préstamo 7.20
Servicio de la Deuda del BID 15.20
Pago primera Cuota al BID 7.30
Disponible neto Edenorte/Edesur 158.30
Pago deuda Palamara-La Vega 52.20
Pago intereses préstamos a UFI 20.90
Pago Canon Administración a UFI 2000-2001 23.10
Pago consultorías UFI-Soluziona 14.50
Retenciones Impositivas 18.70
Amortización pólizas préstamos locales 22.00
Pago a proveedores internacionales 6.90
Del total de fondos disponibles para la utilización de Edenorte y Edesur, US$158 millones, el 70% equivalente a unos US$111 millones, fue utilizado para el pago de deuda corriente a UFI y sus empresas vinculadas, mientras que el 30%, equivalente a US$48 millones, fue empleado en otros pagos de deudas corrientes.
Es decir, ni un solo centavo del préstamo del BID fue utilizado para lo que originalmente era el objetivo de dicho financiamiento.
Al conocerse esta distribución de pagos, ocultada a los representantes gubernamentales en los consejos de administración de Edenorte y Edesur durante meses después del BID hacer los desembolsos, UFI y Edenorte y Edesur argumentaron que esos pagos eran para compensar las inversiones que las empresas distribuidoras ya habían realizado en el pasado, ya que los fondos de la capitalización ya habían sido invertidos en compra de energía.
Llama poderosamente la atención la falta de fiscalización por parte el BID en la utilización de los recursos provenientes del financiamiento, ya que los organismos multilaterales suelen contratar una empresa internacional independiente que supervise y audite la utilización de los recursos del préstamo, como forma de garantizar que los mismos sean empleados para los fines que fueron solicitados y aprobados. Generalmente, luego del desembolso del anticipo, los demás desembolsos están sujetos a la remisión por parte de la empresa auditora del préstamo, de un informe que certifique la correcta utilización de los recursos previamente erogados.
En varias ocasiones la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), solicito al BID la contratación de una firma auditora y de un Ingeniero Supervisor independientes, solicitudes a las que siempre se opuso Unión Fenosa.
La presentación del informe realizado por la firma auditora en los Consejos de Administración de Edenorte y Edesur hubo de ser requerido por acto de alguacil por los representantes estatales. Dicho informe simplemente auditaba lo que UFI deseaba, es decir, las inversiones pasadas.
Esta práctica de utilización de recursos provenientes de financiamientos o aportes de capital para el pago de deuda corriente y gastos de inversión diferidos que suponían haberse hecho con los aportes de capital producto de la capitalización en Edenorte y Edesur, no era una práctica nueva por parte de UF.
Del total de fondos aportados para la capitalización de esas empresas distribuidoras en el 1999, equivalentes a US$212 millones, el 89% del aporte de capital, equivalente a unos US$190 millones, fue utilizado por UF para el pago de gastos corrientes y de deuda que debió asumir el Estado en el proceso de Capitalización y solo el 11% de dichos fondos, equivalentes a unos US$22 millones, fue empleado en inversión en activos que valorizaban a las empresas.
Los datos anteriores son un mentís para los que han afirmado y reiterado en varias ocasiones, que las empresas distribuidoras estaban en un proceso de franca recuperación y reducción de pérdidas, ya que ninguna empresa que este en un proceso de mejoramiento utiliza los recursos de préstamos y aportes de capital para el pago de deudas corrientes.
Es preciso señalar que fruto de los contratos de administración elaborados por la Comisión para la Reforma de la Empresa Publica (CREP) y firmados por el entonces Administrador de la Corporación Dominicana de Electricidad,(CDE),los cuales no fueron sometidos al Congreso Nacional, el Estado Dominicano, dueño del 50% de las acciones de las empresas eléctricas capitalizadas, solo poseía un miembro de cinco en los consejos de administración de las mismas, lo que hacía prácticamente imposible poder dar seguimiento a las operaciones diarias que realizaban dichas empresas, así como en que se empleaban los recursos que ingresaban a las mismas.
En dichos contratos de administración, el accionista privado fue beneficiado con poderes extraordinarios entre los que se encontraban el de elaborar el Plan de Inversiones y Presupuesto Anual sin la aprobación del representante del Estado, hipotecar o gravar las empresas capitalizadas en mas de un 50%, sin la aprobación de la representación estatal, el realizar compras y contratación de servicios sin que fueran a través de licitaciones.
El conocimiento de todas las informaciones anteriores fue posible luego de que el Estado adquiriera las acciones de Edenorte y Edesur que estaban en poder de UF. Una vez se anuncio la compra de las acciones de UF por parte del Estado Dominicano, el BID ejecuto inmediatamente la garantía del préstamo otorgada por UFI, cobrándose la totalidad de la suma adeudada la cual ascendía a Septiembre del 2003 a unos US$139 millones.
Si los recursos de la Capitalización hubieran sido empleados mayormente en inversiones de capital y no en el pago de deudas y gastos corrientes (a la empresa matriz) y los recursos del préstamo del BID se hubieran aplicados en los programas que fueron sometidos y aprobados, posiblemente la situación de catástrofe que hoy sufre el sector eléctrico no existiera, por lo menos en la magnitud con la que hoy se presenta.
A casi ocho años del inicio de la Capitalización del sector eléctrico, los hechos ponen en evidencia que la gestión de la empresa privada en las distribuidoras, no logró superar los niveles de gestión que había tenido el Estado (por ejemplo, en 1986 las perdidas totales eran de un 30% y en el 2006 según el Banco Central un 46%), ni las expectativas creadas.
Esta experiencia ilustra que el problema no esta en quien ostenta la propiedad de los bienes, sino que es un problema de voluntades y capacidades, ya que el sector privado ha demostrado ser tan ineficiente o mas que el Estado.
La experiencia del sector privado al frente de las distribuidoras hace recordar el refrán que dice que “LA FIEBRE NO ESTA EN LA SABANA”.

http://diariodigital.com.do/la-capitalizacion-y-el-fracaso-del-sector-electrico-en-rd/

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