miércoles, 6 de noviembre de 2013

La huella ecológica de la biomasa

Montaña de virutas de madera


El proceso de la tala, el transporte y la quema de madera genera gases de efecto invernadero.
Sin embargo quienes apoyan esta práctica destacan que si la vegetación quemada es remplazada por nuevas plantas que absorben dióxido de carbono, CO2, esta política tiene ventajas sobre el uso de combustibles fósiles.
Las cifras son polémicas y a medida que el mercado de la biomasa se expande el debate se acalora.
Según Harrabin las compañías eléctricas dicen que el ahorro en emisiones de CO2 vale la pena.
Mientras la capacidad de los bosques para absorber CO2 compensa por la cantidad emitida, hay un crédito de carbono, aseguran desde la central eléctrica de Drax, la más grande planta generadora de electricidad del Reino Unido, que está adaptando tres de sus seis gigantescas calderas para la quema de biomasa.
Pero el Instituto para la Política Europea Medioambiental (IEEP por sus siglas en inglés) dice que no hay motivos para creer que el objetivo en la reducción de emisiones nocivas para el medio ambiente se va a alcanzar mediante el uso de biomasa.
A finales de 2012 un informe del Comité para el Cambio Climático advirtió que para los árboles "nuevos" toma demasiado tiempo reabsorber el carbono emitido durante la quema de la madera.
"Los críticos dicen que quizás lleve 50 años reabsorber ese CO2, mientras que los políticos están de acuerdo en que las emisiones deben ser reducidas inmediatamente para evitar que el carbono recaliente el planeta", dice Harrabin.
"Parece que algunas políticas están más motivadas por la necesidad de cumplir objetivos obligatorios que por un verdadero deseo de reducir ahora mismo las emisiones de CO2", concluye el analista.

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