jueves, 20 de marzo de 2014

LA CONTRAREFORMA DE LA SIE:Contratos y mercado

Contratos y mercado 
En sistemas eléctricos pequeños, si los contratos de las generadoras comprometen grandes cantidades de potencia y energía en relación a la demanda pico, entonces, el mercado quedará definido y dominado por los precios y condiciones estipulados en dichos contratos.
Eso fue lo que sucedió cuando se hizo la privatización de la CDE en 1999. La Comisión de Reforma de la Empresa Pública diseñó y otorgó contratos mal estructurados y leoninos a Egehaina y Egeitabo por una cantidad de potencia de 567 MW, que sumados a los más de 600 MW heredados de los contratos de los productores privados independientes, llamados IPPs (Smith and Enron, Cogentrix, etc.), representaban casi el 80 % de la demanda de la época. Como esos contratos incluían precios abultados, entonces la factura mensual que recibían los consumidores se elevó hasta niveles insoportables.
Cuando el gobierno impidió a las distribuidoras aplicar esos precios, la CDE tuvo que pagarles la diferencia a Edeeste, Edenorte y Edesur, y a eso se le llamo subsidio. En resumen, aquellos contratos disparatados obligaron al gobierno a intervenir en un mercado recién nacido, provocaron un subsidio distorsionante y casi quebraron a las distribuidoras.
Fueron esos contratos, y no la Superintendencia, los que en la práctica “regularon” el mercado y malograron en la cuna aquella reforma del 99.
Esta experiencia no ha sido suficientemente entendida por algunos sectores.
Muchos han culpado a una supuesta “contrarreforma” y a la no aplicación de la ley por el fracaso de la “capitalización” de la CDE durante el primer gobierno del PLD.
Primero, la Ley 125-01 se aprobó en el 2001 y la CDE fue “capitalizada” en el 1999. Segundo, el precio exagerado de la energía generada estaba determinado en un 80% por los contratos firmados y la nueva ley no tenia forma ni poder para rebajar los precios acordados contractual y libremente entre agentes del mercado, por lo que tampoco iba a evitar la subida alocada de la tarifa, la bancarrota de las distribuidoras, ni los conflictos subsiguientes.
Como se ve, la verdadera contrarreforma de la capitalización fueron sus propios contratos.

Antonio Almonte
aalmonte@hotmail.com

http://elnacional.com.do/detalles-112/

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