miércoles, 8 de octubre de 2014

La mirada del mendigo:La Contrareforma Electrica


Desde este espacio se ha procurado desmitificar siempre el sector de la energía: producir energía eléctrica supone siempre una agresión al medio natural, grave o aún peor. La única energía verde, el único kWh que no contamina, es aquel que no se consume, que no llega a producirse.
Bien, vamos a tratar otro aspecto de la reciente reforma del sector eléctrico.
¿Procuras apagar todos los aparatos electrónicos en vez de dejarlos en stand-by? ¿Tienes regletas para eliminar todos esos consumos parásitos de un botonazo? ¿Has cambiado la iluminación de tu casa a fluorescentes o LEDs? ¿Cuando compras un electrodoméstico tomas en consideración el consumo, aún pagando un precio superior por aparatos más eficientes? ¿Has dispuesto tu hogar de forma que puedas aprovechar al máximo la luz diurna? ¿Apagas la cocina un poco antes para que se acabe de hacer la comida, usas preferentemente ollas a presión, no dejando que se escape al final de la cocción? ¿Esperas a reunir ropa para llenar la lavadora y procuras lavar en frío? ¿Abres la nevera lo imprescindible para coger lo que sea y cerrar inmediatamente? ¿Sabrías decir de memoria qué certificaciones de eficiencia cumple la fuente de alimentación de tu ordenador o el consumo del monitor? ¿Prescindes de aparatos de aire acondicionado, jugando estos días de calor con las persianas y las corrientes de aire? ¿Procuras evitar el aspirador para lo que se puede hacer silenciosamente con una escoba?
Pues si la respuesta a la mayoría de estas preguntas es positiva, pues dar por hecho que eres un o una gilipollas. No creo que te sirva de alivio saber que compartes el título: somos gilipollas. El gobierno verdaderamente nos ha puesto los cuernos a los que tratamos de aquilatar nuestro consumo eléctrico, tanto por razones de conciencia medioamboiental, como de mera supervivencia económica. La anciana pensionista que tiene mucho cuidado de ir apagando las luces cuando sale de una habitación para que no le dé un susto la factura de la luz, también ella, es una gilipollas.
¿Por qué?
Pues porque otra de las medidas del gobierno, además de bajarse los pantalones ante los fondos de inversión en fotovoltaica (reunidos bajo el grupo de presión PV Investors, enumero: AES, Solar, Ampere Equity Fund, Element Power, Eoxis Energy, European Energy, Foresight Group, GreenPower Partners, GWMLux Energia Solar, HgCapital, Hudson Clean Energy, Impax Asset Management, KGAL, NIBC Infrastructure Partners, Scan Energy y White Owl Capital), ha sido cambiar la ponderación de los términos fijo y variable de la factura eléctrica.
De esta forma, el término fijo o de potencia (lo que pagamos aunque no consumamos nada) se encarece un 77%. En cambio, el término variable o de consumo (proporcional a éste) baja un 23%.
Es decir, EXACTAMENTE lo contrario a una política de precios para fomentar el ahorro y la eficiencia energética. Una reforma que recompensa el derroche energético reduciendo el coste del kWh, y castigando a los que consumimos muy poca energía y que nuestro término de potencia representa la mayor parte de la factura.
Esto me recuerda a la medida de Espe, de eliminar el impuesto de circulación de los vehículos para, supuestamente, mejorar las ventas. Es una política energética de clase, porque los pequeños utilitarios con emisiones de CO2 por debajo de los 120g ya estaban exentos de pagar el impuesto de circulación. Sin embargo, los que pagaban más por este concepto eran los vehículos más ineficientes, deportivos, grandes berlinas y todoterrenos, coches de la clase alta que fueron las grandes beneficiadas del regalo fiscal ideado por la Condesa de Murillo.
Igualmente, este cambio en la factura eléctrica responde igualmente a los mismos criterios: aquellos que consuman más de 4.000 kWh al año verán reducida su factura. Para compensar, los que consumimos menos o mucho menos pagaremos mucho más.
Hace tiempo desgrané mi factura eléctrica: el bimestre de mayor consumo llego a los 107 kWh. Es decir, un máximo de 650 kWh al año (menos, porque nos ausentamos largas temporadas por viajes, pero obviémoslo), viviendo dos personas. Eso sí, calefacción y cocina excluidas, pues van a gas (para hacer los términos comparables). Pero incluso incluyendo estos conceptos, yo no consigo entender qué coño debe hacer una familia para pasar de los 4.000 Kwh anuales. Es incomprensible, no me cabe en la cabeza. Pues bien, a estos derrochadores el gobierno los premia, mientras que a nosotros, que procuramos hacer un uso responsable de la energía, que nos hemos preocupado por adquirir aparatos de alta eficiencia, se nos castiga. Da igual que procuréis ahorrar: vais a pagar más a las eléctricas, sí o sí.
Y recordemos lo dicho en el anterior artículo, somos el Estado europeo con la electricidad más cara, sólo por debajo de dos islas: Chipre e Irlanda. Y a pesar de ello, aún hemos contraído una deuda de 26.000 millones de euros con las eléctricas, pagadera con intereses los próximos decenios. MAN-DA-CA-RA-LLO.
Por supuesto, esta reforma va a crujir a los que tengan casa en el pueblo (donde yo ahora me encuentro). El consumo es mínimo, sólo en vacaciones y algún esporádico fin de semana. Un contador que no corre, una energía que no se consume no contamina, no requiere de importaciones de gas, de procesamiento de uranio, de emisiones de óxidos de azufre por la chimenea de una central de carbón. ¿Por qué entonces hay que pagar? ¿Por tener la posibilidad de disponer de ella? ¡Toma, también tengo la posibilidad de ir a comprar a la frutería de la esquina y el gobierno no le regala la capacidad de cobrarme compre o no, para resarcir al frutero de tener la frutería abierta y a disposición de cuando yo quiera comprar! Dejemos las frutas, vamos con la energía: una gasolinera. ¿Debo pagarle al gasolinero del pueblo, eche o no gasolina, ya que me permite la posibilidad de repostar cuando quiera? ¡Esto es una locura! Que sí, que las líneas exigen un mantenimiento, pero es que la frutería, la gasolinera también, para estar disponibles, y ese coste de mantener esa capacidad operativa es sufragado por el propietario de la gasolinera, y luego repercutido en el precio de los consumidores, proporcionalmente a su consumo. ¿Por qué las eléctricas y alguna utility más tienen esa prerrogativa de cobrar uses sus servicios o no? Desde luego, para las compañías es estupendo, aseguran sus beneficios, pero para la sociedad es trágico ya que desincentivan el ahorro de recursos que son escasos, como la energía o el agua. Hace tiempo traté exactamente el mismo problema con el agua: me facturan un mínimo de 15m³ cuando nunca he pasado de 8m³. Es decir, podría consumir el doble, dejar el grifo correr, que acabaría pagando lo mismo. ¿Qué recompensa obtengo de ser una persona consciente que minimiza en lo posible su consumo de agua? Que se rían de mí, exactamente igual que con la electricidad.
Cargar el término fijo y reducir el de consumo supone recorrer el camino hacia una sociedad sostenible pero en sentido contrario.
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Y vamos a tratar un último punto, el autoconsumo. Es decir, aquellos que han montado paneles fotovoltaicos en su casa o negocio y se abastecen de ellos, pero siguen conectados a la red para verter la energía que les sobra y poder recibir de ella en las horas nocturnas.
Todos sabéis que no soy ni mucho menos un aficionado a la fotovoltaica, de hecho aprovecho frecuentemente para machacarla. Pero no es por ningún apriorismo, porque le haya cogido ojeriza, simplemente procuro analizar las diferentes tecnologías de generación de forma desapasionada, analizando los pros y contras que tienen. Como todo, tienen sus tiempos: la burbuja de fotovoltaica en 2007 es una locura, y lo he dicho aquí mil veces. De aquella era una tecnología carísima y se la regó con unas subvenciones sin cuento (que ahora tienen buena parte de la culpa de esta crujida, pues de algún lado tiene que salir el dinero para pagar los beneficios que el BOE les prometió a los fondos inversores que antes comentaba). Lo prometido, es deuda, una deuda mil millonaria.
Se puede decir que España le pagó el desarrollo a esta tecnología (y en parte a la eólica, aunque al menos esta es más barata y, realmente, produce) al mundo entero. Ahora, verano del 2013, sí que empieza a ser económicamente razonable pensar en montar paneles fotovoltaicos (se ha alcanzado la tan cacareada paridad de red). Pero claro, ahora ya no nos queda un puto duro, nos lo gastamos todo montando paneles cuando costaban 5 veces más caros, un dislate).
Desde hace meses veía con muy buenos ojos pero poca esperanza el tema del autoconsumo (mi pesimismo se ha visto confirmado, las grandes eléctricas veían con muchísima preocupación esta amenaza a su modelo de negocio, y han conseguido cercenarlo antes de que despuntara). Personas que se montan su instalación para autoabastecerse de ella, pero siguen conectadas a la red para usarla como buffer para lograr un balance neto nulo (es mucha mejor alternativa que almacenar la energía en baterías, proceso ineficiente, caro, contaminante y, además, ilegal). Esto ya es otra cosa, nada que ver con los que pretenden que les pague la energía a 34¢ cuando yo la compro a 12¢ y en el mercado mayorista va a 4¢.
Pero claro, al disminuir artificialmente el coste de la energía en el recibo, deja de tener sentido económico el autoconsumo. ¿De qué sirve ahorrar parte de los kwh que consumes, si estos ahora van un 23% más baratos? Los paneles tendrán que bajar su precio un 23% extra para volver a recuperar la grid parity. Lo costoso ahora no será consumir, sino meramente estar conectado a la red.
Enhorabuena por el gobierno. Desde un punto de vista ambiental, desde un punto de vista de eficiencia económica, muy relacionada con la eficiencia energética y por lo tanto de competitividad de una economía. Desde un punto de vista de seguridad y autonomía energética. Desde un punto de vista de clase, de las personas de menor renta para las cuales el recibo eléctrico, por mucho que intentan reducirlo, supone un buen pellizco de sus ingresos. Desde todos esos puntos de vista, la reforma eléctrica no se podía haber hecho peor.
¡Enhorabuena! Han vuelto a conseguir sorprenderme.
Y ya puestos, un par de viñetas que he encontrado mirando por las anteriores, y me han hecho gracia:


http://esmola.wordpress.com/2013/07/21/la-contrareforma-electrica/

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