viernes, 12 de septiembre de 2014

La historia pendular del sector eléctrico nacional

 
SANTO DOMINGO,R.D.- La historia de la electricidad en República Dominicana se remonta a más de un siglo, matizada por un desarrollo pendular entre inversiones y propiedades públicas y privadas. Se registran tres momentos en que el sector eléctrico ha pendulado entre la propiedad privada y la pública pasando por esquemas mixtos con una participación privada mayor que la pública hasta llegar al esquema actual de una participación pública mayor que la privada. 
Cabe señalar que los esquemas de administración y propiedad experimentados, las decisiones gubernamentales (sector público) han sido responsables directos de los cambios suscitados. 
El origen del sistema eléctrico dominicano se remonta al año 1894 cuando se iniciaron los aprestos para la instalación del primer generador eléctrico en el país.
 Para tales fines, fue suscrito un contrato entre el señor Emilio C. Joubert, quien luego fue embajador dominicano en Estados Unidos y la Edison Spanish Colonial Light Company incorporada en Nueva York dos años antes y que controlaba las patentes de alumbrado eléctrico del inventor Tomas Alva Edison para Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y otras colonias españolas. 
Fue un 5 de enero de 1896 que bajo la canción “Viva el progreso” compuesta y tocada por José Reyes en la plaza Colón quedó inaugurado a orillas del rio Ozama el primer generador eléctrico que proporcionaría electricidad a parte de Santo Domingo. 
Frank Moya Pons (2010, página 288) en el libro Historia de República Dominicana reseña que: “a los pocos días las casas de la ciudad de Santo Domingo estrenaban ese adelanto de la ciencia”. 
La impresión que produjo a la poeta Salomé Ureña le llevó a escribir el 10 de enero de 1896 en una carta a su hijo Francisco Noel, entonces residiendo con su padre en Cabo Haitiano: “!Tenemos luz eléctrica! La primera noche funcionó bien pero la segunda, a los diez minutos quedó todo a oscuras.
 A la noche siguiente continuó funcionando y sigue con regularidad. Camila dice que es la luna” (Henríquez Ureña, 1994: p.228.”
El historiador Franklin Franco al reseñar los apuntes del también historiador Manuel de Jesús Mañón Arredondo sobre la llegada del alumbrado eléctrico al país en su obra “Crónicas de la ciudad primada: apuntes históricos de la muy noble y lustrosa ciudad de Santo Domingo primada de Indias” nos dice que: “el costo del montaje de esa planta, que sólo ofrecía servicio a una reducida zona de la entonces muy pequeña ciudad capital, ascendió a US$ 24,000, suma grandiosa para la época, y cuyo aporte de energía sería para 50 lámparas de arco de 120 bujías; 320 lámparas incandescentes de 25 bujías y 300 lámparas de 16 bujías cada una. 
Las primeras se utilizarían para alumbrar algunas vías y las otras para el servicio doméstico, dependencias del gobierno y para el comercio. El combustible que usaba dicha planta en principio era carbón de piedra y consumía doce toneladas y media todos los meses”. 
Iniciativas privadas
En las primeras dos décadas y media del siglo XX el servicio de electricidad se había expandido de forma vertiginosa como resultado de iniciativas privadas que de manera puntual instalaban generadores y redes de distribución eléctrica en coordinación con las municipalidades. 

La firma del contrato con los señores J.J.Moore y Arthur Lithgow a través de la Compañía Anónima Dominicana de Luz y Fuerza Motriz potencializó la rápida expansión de la electricidad. 
De esa manera fue que poblaciones de Santiago, La Vega, Puerto Plata, La Romana y San Juan de la Maguana pudieron tener acceso. 
En 1928 el presidente Horacio Vásquez emitió un decreto donde permitía que la empresa Stone & Western creara la Compañía Eléctrica de Santo Domingo, que instaló plantas eléctricas, redes de transmisión y distribución, dando inicio al proceso de interconexión del sistema eléctrico nacional. 
El decreto número 964 permitió instalar la primera línea de transmisión interprovincial que conectó Santo Domingo con San Pedro de Macorís. 
Por razones personales, en el año 1952, Trujillo solicitó al Congreso Nacional la revisión del contrato de concesión suscrito por la Compañía Eléctrica de Santo Domingo y el gobierno dominicano. La revisión y posterior rescisión de dicho contrato fue bajo el alegato de ajustarlo “a los mejores intereses del pueblo”. En diciembre del 1954 se aprobó la ley 4018 que declaró de alto interés nacional la adquisición por parte del Estado de la compañía eléctrica; y en enero del 1955 se produjo el primer punto de inflexión del sector eléctrico al traspasar la propiedad privada al sector público. La ley 4023 del 11 de enero facultó la Comisión de Fomento para la Adquisición de Empresas de Servicio Público a emitir bonos por RD$15,000,000, y 5 días después, el 16 de enero, el gobierno dominicano compró por RD$13,200,000 la empresa privada que pasó a llamarse Corporación Dominicana de Electricidad (CDE).  
Meses después, como conmemoración del 25 aniversario de la “era de Trujillo”, el dictador emitió el decreto 792 cuyo objetivo fue masificar el acceso a la electricidad estableciendo una tarifa fija y una factura mensual mínima para permitir que cualquier familia pudiese disfrutar del servicio eléctrico; al mismo tiempo que exoneraba del pago mensual a muchos.     
Durante los 60 años transcurridos desde la instalación de la primera planta eléctrica hasta enero del 1955, el servicio eléctrico era visto como un negocio, situación que permitía la sostenibilidad financiera y el servicio continuo. En ese periodo las redes se expandieron a 16 provincias y la satisfacción del servicio estuvo acorde a las exigencias de un régimen dictatorial que difícilmente hubiese permitido un servicio eléctrico deficiente en manos privadas.

 http://www.listindiario.com/economia-and-negocios/2014/9/11/337290/La-historia-pendular-delsector-electrico-nacional

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