lunes, 5 de mayo de 2014

Falsas creencias en el sector eléctrico dominicano

SANTO FOMINGO,R.D.- Ha transcurrido más de una década desde el inicio del proceso de reforma del sector eléctrico y parecería que la sociedad dominicana no se ha dado cuenta de que hay cosas que han cambiado de una manera drástica frente a sus ojos y otras no.
A principio de la década de los 90 se permitió la inversión privada en la generación eléctrica por razones que procuraban un aumento de la capacidad instalada para dar respuesta a los niveles de obsolescencia e indisponibilidad técnica que había en el parque de generación en ese momento. Cabe mencionar que suplir la demanda de energía en dicho momento era un proceso traumático no sólo por los aspectos técnicos, sino por el errado entendimiento de muchos usuarios que asumían la electricidad como un servicio público gratuito.
Reforma y pérdidas. El tiempo pasó, y llegamos a finales de la década de los 90 y nos encontramos con el proceso de la capitalización, la llamada reforma del sector eléctrico. Un esquema que propiciaba la participación del sector privado en “joint venture” con el Estado, en los segmentos de generación y distribución, manteniendo la transmisión en manos del Estado por sus condiciones de monopolio natural. Los resultados alcanzados en la distribución eléctrica son muy conocidos por todos. Capitalizamos en 1999 la distribución y comercialización eléctrica y fue dividida en tres empresas. En el año 2003 volvimos a estatizar dos de ellas y la tercera un par de años después. Lo que significa que la contrarreforma llegó cuatro años después de iniciada la reforma.
Todos conocemos lo sucedido con la distribución eléctrica antes, durante y después de la reforma eléctrica. Hemos visto cómo las pérdidas técnicas en vez de disminuir se han mantenido estáticas y más bien se han profundizado hasta el punto de que las redes eléctricas están tan deterioradas que no pueden distribuir eficientemente la energía generada para suplir la demanda pico del sistema.
Y en cuanto a las pérdidas no técnicas, aquellas que tienen que ver con el robo e impago de la energía, aún se mantienen altos porcentajes, porque no ha sido posible vencer una cultura enraizada en gran parte de la sociedad dominicana que sostiene que la electricidad es un servicio público gratuito. Por más que se ha querido ayudar las estadísticas, todos sabemos que el 40% de la energía que se sirve a la red se pierde, situación que nos lleva a concluir que el tema de la distribución eléctrica es el principal problema del sector eléctrico de Republica Dominicana.
No obstante eso, y a pesar del conocimiento generalizado de las altas pérdidas técnicas y no técnicas en el área de la distribución, algunas personas y sectores se han dado la tarea en los últimos años de desinformar al país, pretendiendo desviar la atención del problema eléctrico hacia el área de la generación.
Gestión de la demanda. Lamentablemente, el nivel de comprensión de la población sobre el sector eléctrico está plagado de grandes confusiones. Todavía, muchas personas piensan que cuando hay apagones se debe a que no hay plantas eléctricas suficientes para suplir la demanda de energía. No saben que existe la llamada gestión de la demanda, que provoca de manera expresa que alrededor del 20% al 24% de los consumidores no reciba electricidad, ya sea por deficiencias en las redes de distribución o porque gran parte de las personas o negocios ubicados en determinados sectores no pagan la energía; todo bajo el precepto de que se pierde menos dinero gestionando la demanda (dando apagones) que permitiendo que quienes no pagan la electricidad la usen.
Tarifa eléctrica. Otra confusión tiene que ver con la tarifa de la electricidad. Desde hace algunos años se ha vendido la idea de que la tarifa eléctrica dominicana es la más cara del mundo, afirmación falsa, ya que países como Puerto Rico, Jamaica, Barbados, Martinica y otros en Centroamérica y Europa tienen tarifas eléctricas más altas que la nuestra. Los servicios son caros o baratos dependiendo contra qué los comparemos.
Si comparamos la tarifa eléctrica con las tarifas de las telecomunicaciones, el precio de los combustibles para el transporte y de otros servicios y productos que adquirimos diariamente, entonces la electricidad no es cara. Por ejemplo, un kilovatio hora (kWh) de los primeros que se consumen al mes en un hogar cuesta RD$4.11 con el subsidio; sin embargo, consumir un kilovatio hora es equivalente a usar en nuestros hogares durante una hora 10 bombillas de bajo consumo para iluminación, un televisor, un abanico, una nevera, y algún otro electrodoméstico de bajo consumo. Luego de disfrutar del confort que nos brinda el uso de todos esos equipos durante una hora, entonces tenemos que pagar a las distribuidoras de electricidad RD$4.11, que son mucho menos que lo que nos cuesta hablar un minuto por el celular o el costo de la gasolina o el gasoil que gastamos al recorrer un kilómetro en nuestros vehículos.
Una tercera confusión existe entre la tarifa eléctrica y el costo de generación eléctrica. La mayoría de la gente cree que la tarifa eléctrica que le cobran las distribuidoras tiene que ver exclusivamente con los costos de la generación eléctrica. La confusión viene dada por el hecho de que no se ha explicado de manera correcta que una cosa es la tarifa eléctrica que nos aplica la Superintendencia de Electricidad (SIE) a través de las distribuidoras, y otra cosa es el costo de la generación eléctrica. La tarifa eléctrica es el resultado de la suma de los costos de distribución, transmisión, generación, más los subsidios (gubernamentales y cruzados).
De tal manera que el costo de generación es un componente más en la cadena de valores que dan como resultado la tarifa eléctrica y el mismo varía dependiendo del tipo de combustible que usan las plantas que, por cierto, todos son importados, exceptuando el agua. Cabría preguntarse, en caso de que la tarifa eléctrica dependiera sólo de la generación eléctrica, ¿cómo se explica que se haya mantenido estática en períodos de altos precios de los combustibles, cuando la misma debe variar en función de la subida y bajada de los mismos? Todo parece ser que la tarifa eléctrica no responde a señales económicas, sino de conveniencia.
Es tiempo de dejar de mirar hacia el lado equivocado en la búsqueda de soluciones al problema eléctrico. Volteemos las miradas introspectivamente hacia el lado correcto donde se encuentran los mayores problemas (la distribución eléctrica y la cultura del fraude) que es lo mismo que mirar hacia la gente, es decir, mirar hacia nosotros mismos.
La cifra
2,989.6 MW es la capacidad instalada de generación eléctrica. La demanda de energía es de unos 1800 MW, lo que evidencia que la capacidad de suplir la electricidad que necesita la población está muy por encima de la demanda.


Solución definitiva
Es hora de que cada dominicano se pregunte cuál es su aporte a la solución definitiva del tema eléctrico en lugar de que sigamos esperando una solución desde arriba. Está probado históricamente que las soluciones a los grandes problemas siempre han venido desde la base de la pirámide social y no a la inversa.

Capacidad Instalada
De los resultados que produjo la reforma eléctrica, los más significativos se encuentran en la generación. Las inversiones en nuevas plantas eléctricas y reacondicionamiento de otras produjeron un aumento significativo de la capacidad instalada, acompañada de una importante diversificación de la matriz energética. Es decir, se integraron 1,180 megavatios (MW) adicionales en el sistema y se recompuso la matriz energética de forma tal que a principios de la década pasada teníamos una dependencia de un 85% del petróleo, y hoy tenemos un parque que tiene 27% de gas natural, 16% de carbón y redujo su dependencia del petróleo a 45%, todo esto en los primeros cuatro años de la reforma, sin tomar en cuenta los esfuerzos actuales para integrar más potencia al sistema eléctrico usando carbón, gas natural y energía eólica.
Actualmente la capacidad instalada de generación eléctrica se estima en 2,989.6 MW, y la demanda de energía es aproximadamente 1800 MW, lo que evidencia que la capacidad de suplir la electricidad que necesita la población está muy por encima de la demanda. Queda demostrado y se puede afirmar, por tanto, que el problema eléctrico y los apagones no se deben a la falta de generación.

Fuente: Hoy Digital

Milton Morrison es vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE).

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