jueves, 8 de enero de 2015

La factura petrolera dominicana

SANTO DOMINGO,R.D.- Parece que países como la República Dominicana pueden verse beneficiados durante un periodo de al menos 24 meses de esta competencia en el mundo del petróleo. ¿Qué significado concreto puede tener para el país? La consecuencia directa más importante es la reducción de la factura petrolera (incluyendo petróleo y derivados), que según datos del Banco Central, el 2013 ascendió a US$4,355 millones, a un precio promedio de compra en el año de US$80.4 por barril, con un volumen de importación equivalente a 54.1 millones de barriles. Un año antes, el país había gastado US$434 millones más para importar 56.4 millones de barriles a un precio promedio en el año de US84.8.
El Banco Central ha anunciado un ahorro superior a los US$600 millones por efecto de la reducción reciente de los precios. Durante una alocución en el II Congreso de Banca y Economía en América Latina, celebrado a finales de octubre en el país, el Gobernador, Héctor Valdez Albizu, justificó la estimación en el hecho de la más reciente actualización de las proyecciones de la canasta de petróleo que calcula el Fondo Monetario Internacional (FMI), que pasaron de US$99.36 a US$84.56 por barril.
El economista Jaime Aristy Escuder había dicho en uno de sus comentarios en NCDN Canal 37 que por cada dólar que disminuye el precio del petróleo la economía dominicana se ahorra alrededor de 55 millones de dólares anuales. "Si se toma en cuenta que el precio ha descendido desde julio en casi 26 dólares se estima un ahorro anualizado de la factura de petróleo en más de 1,400 millones de dólares (2.2% del PIB)".
Otro colega suyo, Arturo Martínez Moya, en referencia a las declaraciones de gobernador, no cree que la reducción vaya a ser tal. En un artículo reciente publicado en el periódico hoy, afirmaba que "será por un monto menor porque aumentará el consumo de gasolinas y gasoil en 5%, lo sugiere la elasticidad-precio. Como dicen los economistas para que pocos lo entiendan: el monto en que se reduzca la factura petrolera por el efecto precio podría ser menor y hasta compensarse por el efecto cantidad". Es decir, mayor consumo de combustibles.
Otros impactos
En cuanto a beneficiados y perjudicados, Carlos Rivas, gerente general de Distribuidores Internacionales de Petróleo y vicepresidente del Comité de Energía de AMCHAMDR, entiende que habrá más de los primeros que de los segundos. "Definitivamente que beneficia más que perjudica. A menor costo, menos recursos se requieren para importar y pagar el petróleo y los productos terminados y, por ende, se podrían destinar esos recursos que se ahorren a otras partidas". Pero el experto en hidrocarburos también manifiesta que cuando bajan los precios de gasolinas y gasoil disminuye el consumo de gas natural de vehículos. "Y los dueños de estaciones de servicio se afectan un poco en su margen de detallista, que es lo que ganan por ley por cada galón de combustible, equivalente al 10% del precio de paridad de importación. A menor precio, menor monto del margen". Esos sectores podrían entrar en el grupo de los perjudicados.
Rivas entiende que "casi todo el mundo se beneficia: consumidores, el sector eléctrico, el transporte, la industria y el comercio en general". El beneficio, sin embargo, lo limita al consumo de combustibles porque no espera que baje el costo del pasaje –aunque la Oficina Técnica del Transporte Terrestre (OTTT) lo ha dispuesto así- ni el de los artículos de consumo habitual. (Tampoco tendremos una rebaja de la tarifa eléctrica, según dijo el Vicepresidente Ejecutivo de la CDEEE, Rubén Bichara, ya subsidiada por el gobierno).
Pavel Isa Contreras, en su columna en El Caribe, daba hace poco alguna idea de por qué este comportamiento. "Si los mercados son competitivos, la reducción de los costos de operación se traduciría en una reducción de los precios en la economía. Pero si los mercados son concentrados y las empresas tienen poder para fijar los precios porque la competencia es reducida, los menores costos de energía contribuirían a expandir las ganancias o aliviar las cuentas de las empresas, con impactos reducidos en los precios". Suena al caso dominicano.
Pero, a su juicio, hay otros efectos sobre la economía nacional fruto de esta rebaja del precio del barril del petróleo. Por un lado, entiende que habría menos recaudación impositiva por uno de los gravámenes que tienen los hidrocarburos, el directamente relacionado con el precio y con el volumen de venta. Si nos atenemos a lo dicho por Martínez Moya, el impacto podría no ser el debido. Pero parece que el Estado recaudará menos, de todas formas, por ese concepto.
Por otro lado, se reduciría el subsidio al sector eléctrico porque generar sería más barato con plantas de fuel oil, las facturas a las distribuidoras serían menores y así se generaría menos necesidad de subsidio por pérdidas y por indexación de la tarifa. "Por cada dólar que se reduzca el precio, el subsidio se reduce en unos 18 millones de dólares, por lo que si el precio cae de forma permanente en 10 dólares, el subsidio se reduciría en 185 millones de dólares", calcula Isa Contreras.
También menciona el efecto Petrocaribe: a menor precio del barril, menor financiamiento para el país en la compra del petróleo a Venezuela. Pero, en suma, él cree que las cuentas fiscales del país se pueden aliviar un poco. Aunque como no todo puede ser bueno, llama la atención sobre una potencial reducción de la disponibilidad de crédito automático externo, lo que llevaría a la necesidad de buscar alternativas de financiamiento.
 
 

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