sábado, 3 de enero de 2015

El ruido, una vez más en R.D.

SANTO DOMINGO,R.D.- Llega el tiempo de la Navidad y en nuestro país parece presentarse la necesidad de que exageremos nuestros ruidos, irrespetemos los derechos de los demás, ataquemos el sistema nervioso.
La Ley No. 287-04 pierde el sentido y se torna atrapada en redes de anarquía, se utiliza la velocidad de hacer más continuo el terror de las emociones incontenibles. Es la hora permanente de no tener límites para el embrutecimiento con el alcohol y el desmedido propósito de usar las bocinas salvajemente con altos decibeles, para convertir nuestros oídos en receptores inútiles de cualquier conversación, de cualquier diálogo amistoso, de respetar a cualquier enfermo.
La noche del martes 23 de diciembre 2014, a las dos de la madrugada, en las calles del Ensanche Ozama, Santo Domingo Este, un grupo incontable de vehículos que ocupaban dos carriles de la vía, y jóvenes indolentes e inconscientes, se paseaban con equipos de alta potencia recorriendo con ritmos desagradables y fachadas sin camisas, entre el ron, la cerveza, y podríamos imaginarnos el uso de otras sustancias. ¿qué celebraban?¿cómo se hace ruido? 
El ciudadano dominicano no tiene límites, y resulta lamentable que nuestras autoridades están ausentes del conocimiento de esos derechos y deberes. Tenemos autoridades indiferentes.
Uno de los considerando de la Ley 287-04, dice: “El ruido, considerado como uno de los productos más signifi cativos de la civilización moderna, constituye una de las causas de contaminación del ambiente, aún cuando se ha tardado mucho tiempo en reconocerlo como elemento contaminante”.
Otro considerando de la citada Ley, expresa: “Estudios científi - cos demuestran, el ruido no solo produce sordera sino que afecta el sistema nervioso y que conlleva repercusiones sobre todo el cuerpo. Así, entre las perturbaciones fisiológicas más corrientes derivadas del ruido fi guran las de carácter cardiovascular, respiratorias, digestivas, las modifi caciones de las dosifi caciones endocrónicas y de determinados metabolismos y efectos psicológicos que también revisten gravedad y se ha probado que existe una asociación de éstos con los sentimientos de ansiedad, irritabilidad, perturbación de capacidades intelectuales, fatiga, stress, etc.”
Por favor, organismos de protección de la sociedad civil, NO PERMITAN esos ruidos, salven nuestra salud, estamos enviando una señal de socorro, S.O.S.
Queremos dormir tranquilos, las normas ambientales son nuestro mecanismo de defensa.
Las bocinas de los vehículos (en los autoadornos), los colmadones, las plantas eléctricas, producen un caos sónico.
Estamos inconformes, nos ha quitado la calidad de vida.

http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2015/1/2/351207/El-ruido-una-vez-mas

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