viernes, 17 de octubre de 2014

Las potencialidades energéticas renovables en R.D.-

SANTO DOMINGO,R.D.- Una mera evaluación visual de nuestra posición y condición geográfica nos lleva a concluir sobre el gran potencial que tenemos para el aprovechamiento de los recursos energéticos renovables. El potencial de la energía solar ya sea para uso fotovoltaico o térmico es amplio. Se estima una radiación solar anual de 5 kWh/m2/día, esto es suficiente para desarrollar cualquier proyecto a pequeña o gran escala. 
Los datos muy optimistas del mapa de viento de la República Dominicana indican que existen cerca de 1,500 kilómetros cuadrados que han sido clasificados con buenos y excelentes vientos y un potencial eléctrico (10,000 MW) que supera la capacidad de potencia instalada del país, así como una producción anual de energía de 24,000 GWh que supera la convencional.  
En cuanto al biogás, tenemos un potencial mayor a 650 millones de metros cúbicos al año tomando en cuenta la disponibilidad de desechos orgánicos en el país. En torno a las hidroeléctricas, la capacidad instalada es de más de 600 MW concentrados en grandes presas, de igual forma existen diseminados en varios puntos del país proyectos de mini y pico hidroeléctricas que suplen de electricidad a diversas comunidades.    
¿Se han desarrollado las energías renovables en la misma magnitud de su potencial? Realmente no. La mayor cantidad de proyectos han sido desarrollados a pequeña escala, siendo la inyección más significativa al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) la del parque eólico Los Cocos y Quilvio Cabrera que en total suman 77 MW de capacidad instalada. 
Barreras técnicas, institucionales, normativas, económicas y de mercado han impedido que las energías renovables se desarrollen. Dentro de las dificultades técnicas tenemos la ausencia de planes y mapas indicativos que orienten a los inversionistas sobre el potencial energético renovable, junto a la baja confiabilidad de algunos datos existentes. De igual manera, se ha identificado potenciales importantes renovables en zonas geográficas de muy baja demanda de energía, y donde no existen infraestructuras eléctricas que permitan evacuar dicha energía hacia la red. Y sumado a eso las dificultades en cuanto a la titularidad de los terrenos para fines de compra o arrendamiento para el aprovechamiento energético.  
En cuanto a las barreras institucionales, claramente se identifican duplicidades en instituciones que brindan un mismo servicio. Se han identificado catorce pasos administrativos en cinco instituciones (CNE, CDEEE, SIE, Medio Ambiente, CEI-RD) para la obtención de las concesiones y puestas en marcha de proyectos renovables. La solución a este proceso complicado e ineficiente seria el establecimiento de una ventana única que reduzca los pasos y agilice los tiempos. A eso se suma, el no cumplimiento con la ley 112-00 que crea el Fondo de Interés Nacional llamado a incentivar las energías renovables, siendo esos fondos desviados para cualquier otro fin menos para el que fue creado. 
Las barreras normativas se vislumbran en las debilidades existentes en los reglamentos de las leyes 57-07 y 125-01 y su posterior modificación. No existe una clara definición en cuanto a la programación y despacho de las energías renovables en el SENI; los incentivos a los proyectos comunitarios son débiles; los mecanismos para las exenciones impositivas aun no reciben el reconocimiento de las entidades  recaudadoras tales como Aduana y la DGII (impera mucha confusión en ese sentido); y el haber incluido en la ley el listado de equipos a recibir exenciones aduaneras limita la expansión resultante del avance tecnológico. De igual manera, la ley y el reglamento asumen precios inadecuados de retribución a la compra de energía, que terminan encontrando en las voces de las autoridades mayores niveles de distorsión ya que los establecen basados en caprichos más que en evaluaciones técnicas. 
Para los proyectos medianos y pequeños, la banca local no dispone de financiamiento a largo plazo; no se dispone de fondos de apalancamiento de proyectos; existe dificultad para capitalizar los beneficios de los bonos de carbono; también la variación hacia la baja de los precios de los combustibles convencionales tiende a detener los proyectos renovables; y la alta percepción de riesgo en cuanto al pago de la deuda por compras de energía entre el gobierno y los suplidores privados terminan convirtiéndose en barreras económicas.  
En la superación de las barreras mencionadas se encuentran las fortalezas para tener un país que aproveche mejor sus potencialidades energéticas renovables.

 http://www.listindiario.com/economia-and-negocios/2014/10/16/341757/Las-barreras-de-lasenergias-renovables

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