domingo, 27 de abril de 2014

Posibles soluciones a la crisis eléctrica en R.D.-

SANTO DOMINGO,R.D.- Muchos se preguntan ¿cuál es el origen de la crisis y, sobre todo, si tiene solución ¿Qué pueden y deben hacer las autoridades? ¿Existen soluciones ? La respuesta es muy compleja: el origen como tal no se puede precisar con una fecha, sino como una evolución de treinta años de errores, falta de inversiones, corrupción y deterioro técnico y financiero, también involucra aspectos jurídicos de contratos de distintas épocas con diferentes condiciones y precios de energía onerosos, con altos pagos por potencia, energía y por pagos por capacidad, por la falta de cobros de la antigua CDE y ahora de las tres distribuidoras. Asimismo, por la politización continúa del problema, el alto flujo de caja negativo mensual, las deudas del Gobierno Central, de las Edes, la CDEEE y de las inter compañías privadas, las pérdidas técnicas en las líneas de transmisión y a una estructura tarifaria de precios irreales por debajo de los costos de producción. Todo acumulado ha resultado en el colapso del sistema, con daños irreparables a la economía y consumidor. Mis recomendaciones, principales, son las siguientes.
SOLUCIÓN DE LAS DISTRIBUIDORAS
Solucionar el problema de las tres distribuidoras es una meta crucial de la crisis del sector eléctrico, pues estas empresas son las que facturan y cobran la energía servida. Según un documentado estudio de la firma Grant Thorton en el 2003 las pérdidas de las tres Edes fue de US$ 107 MM, de los cuales US$ 84 MM, corresponden por pérdidas en venta de energía. Para 2004 las pérdidas mensuales son aún mayores, alcanzan a más de US$ 15 MM mensuales. La recompra por el Estado de Edenorte y Edesur a Unión Fenosa fue un grave error financiero y para el mismo país, ya que ahondó más los problemas de cobros y de gestión. Fue una medida motivada por objetivos políticos (que de paso resultó otro error y bumerang), que el país ha pagado muy caro en términos de suspensión del Programa con el FMI, de una vertical devaluación de la moneda de más de 100 % y una inflación acumulada de cerca del 72% en año y medio, en adición a empeorar drásticamente la capacidad de cobros de estas empresas y el flujo de caja negativo del sistema. Por su lado, Edeeste también se encuentra en una delicada crisis financiera, en plena insolvencia de liquidez y con problemas para pagar a los generadores.
En efecto, para las tres distribuidoras la relación entre la energía que compran y la que facturan es de 46.8 %, una proporción muy elevada. A esto habría que agregarle el porcentaje de facturas que efectivamente cobran que en promedio es de 73%. En orden de prioridad primero hay que resolver la crisis de Edenorte y Edesur, que son ahora del Estado. Por filosofía y por sus elevadas pérdidas la opción ideal sería poder venderlas al sector privado lo antes posible, aunque esto al principio sea difícil porque están cuasi quebradas y con un valor muy bajo o cero. Otra alternativa es buscar empresas especializadas que tomen la administración por arrendamiento, mediante un Contrato transitorio puente, con el mandato de recuperar sus cobranzas y valor, para prepararlas para su venta a corto plazo. Finalmente, para ser práctico, en lo que se estudian soluciones y se buscan inversionistas y/o administradores, el nuevo Gobierno puede delegar su Administración en empresas y ejecutivos expertos del sector privado dominicano e internacionales y designar un Consejo de Directores mixto igual para las dos, de funcionarios de la CDEE, el Gobierno y del sector privado, como representantes del CONEP, la Asociación de Industrias, de Herrera, Haina, ADOZONAS, ASONAHORES y otras asociaciones regionales.
Sin embargo, por razones de economía de escala financiera y comercial, me parece que lo más conveniente es aprovechar que las tres Edes están quebradas, para volver agruparlas  — bajo fusión— con incentivos especiales en una nueva y única empresa distribuidora para todo el país. La fragmentación en tres empresas pequeñas, recomendada por el BID, el Banco Mundial y el USAID, al Gobierno y al Congreso dominicano, aunque fue un modelo de cierto éxito para países grandes, a la larga todos hemos visto que ha sido un fracaso comercial y de viabilidad financiera. Por eso considero que lo mejor sería fusionar las tres en una, con lo que se obtendría ahorros y economías de escala ventajosas. Se debe abrir el capital de esta nueva empresa distribuidora, para que la misma AES tenga acciones, otras empresas privadas nacionales y extranjeras, Fondos de Pensiones y compañías internacionales.  Esta es mi propuesta central en el caso de las Edes; el camino de la fusión.
DRAMA DE PÉRDIDAS TÉCNICAS Y FRAUDE
Las pérdidas de energía del sistema y de las distribuidoras se podrían clasificar en cuatro grandes conceptos: pérdidas técnicas por distribución, por deficiencias de las líneas de transmisión y subestaciones eléctricas, por fraudes parciales en las conexiones y por robo directo de la electricidad. Entre las tres Edes el promedio de cobros puede llegar a 73%, pero se factura solamente el 46.5 % de la energía comprada por las Edes a los generadores. Por tanto, las pérdidas reales son muy superiores. Se calcula que las pérdidas de energía ascienden al 30% del total producido. Esta es la razón de las grandes pérdidas de las distribuidoras y de su descapitalización y es unido a la caída en las cobranzas las causas principales del déficit negativo del flujo de caja del sistema.
Es decir, en las pérdidas técnicas, fraudes y robos de energía, se encuentran el dolor de cabeza más grande y la causa directa de la falta de recursos para pagar a los generadores y la fuente de los prolongados y costosos apagones a todo el país. La cultura de no pago, la tolerancia y fraude, es un verdadero problema financiero que amenaza la autosuficiencia del sistema. Es cierto que puede haber personas o empresas que no desean pagar porque no le sirven energía (apagones), otros porque la consideran cara, pero la verdad, es que se ha creado un nefasto círculo vicioso, pues al no pagar las facturas eléctricas, se agudizará la crisis energética. Hay razones para sentirse frustrado y sin deseos de pagar, pero la sociedad debe tomar conciencia, que los problemas son serios y son estructurales y que la reacción de dejar de pagar las facturas, solo empeorará mucho mas el problema.
Para solo brindar algunos ejemplos del deterioro de las cobranzas, observemos estas cifras oficiales de la Superintendencia de Electricidad. Para marzo de 2004 Edesur compró la cantidad de energía 237,987 MWh y solamente facturó 142,049 MWH, el 46.7 %. Para la zona de Santo Domingo, la más grande del país, se facturó solamente el 39 % de la energía  comprada y en la zona de San Cristóbal facturó el 46 % de lo comprado. El caso de Edenorte es igual, de 526,126 MWh comprado de energía, solamente facturó el 46 %. Para las empresas el nivel cobrado de lo facturado es en promedio el 73 %. Por eso, en términos globales de las tres empresas, los cobros en abril ascendían a US$ 50 MM y ahora mismo están en US$ 40 millones, una situación que agrava mucho más el flujo negativo de caja. El Gobierno, la sociedad civil, los políticos, los empresarios y los hacedores de opinión pública podrían ayudar mucho a orientar a todo los ciudadanos sobre la necesidad de eliminar los fraudes y robos de energía y de pagar la luz, como una de las grandes acciones, para que el sistema sea económicamente autosuficiente, sin necesidad de subsidios fiscales, tantos apagones y sobre precio en las tarifas. Los que no pagan fuerzan a aumentar la tarifa.
CONCLUSIONES
La crisis del sector eléctrico es grande y compleja, pero tiene soluciones, si se reconoce su estado de quiebra virtual y se realiza una profunda cirugía de ordenamiento del sistema. Hay que pagar las deudas viejas, también pagar para traspasar los contratos de los IPPs, modificar el Acuerdo de Madrid y los contratos de las empresas capitalizadas, mejorar las líneas de transmisión con líneas de 345 KWh y 138 KWh voltios e instalar más subestaciones, y solucionar la crisis de las distribuidoras, que son el eje y la solución principal de los apagones financieros. Hay otro tema importante, que es el de mejorar el sistema regulatorio, separar y fortalecer la autonomía de la SIE y la Comisión de Energía de la CDEEE. No se puede ser juez y parte. La nueva CDEEE es solo un agente más del sistema, pero no la vieja CDE, que ejercía todas las funciones. Esta duplicidad tiene que acabar. Igualmente, como manda la Ley de Energía, hay que crear bien definidas las distintas Unidades Corporativas de la CDEEE, con sus flujos de caja propios e independencia administrativa y financiera.
En la nueva etapa que pronto entrará el país con un nuevo Gobierno cargado de responsabilidades y enfrentado ante la más compleja y difícil crisis económica de los últimos 40 años, es de esperar que todos los gentes del sector eléctrico comprendan que hay que ceder y reformar las áreas señaladas para que el sistema funcione. Por su parte el Gobierno deber saber lo que tiene que hacer y debe hacerlos sin contemplaciones. Ha llagado la hora de actuar con medidas de saneamiento y reformas profundas y sostenibles, no parches o acciones de postergación. Ojalá todos entienden esta grave situación y colaboren con flexibilidad, tacto y equilibrio a su solución o gran mejoría.

POR: EDUARDO J. TEJERA----02 agosto, 2004 

http://hoy.com.do/posibles-soluciones-a-la-crisis-electrica/

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