martes, 1 de agosto de 2017

La descabellada idea de juntar el GLP y la gasolina

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No hay que ser un mago para saber que el gas licuado de petróleo (GLP) y los diferentes tipos de gasolinas no deben estar juntos y menos en una sola estación de expendio. Las pruebas sobran para demostrar la alta peligrosidad que significa, principalmente en República Dominicana, donde cualquier vehículo anda con un tanque de estufa de cocina que fue instalado en un patio y sin las mínimas condiciones técnicas.
Y debo ser responsable al plantear la peligrosidad que significa vender estos dos combustibles, por demás útiles en las actividades productivas de nuestra economía, comenzando por la familia y el transporte, pues nadie puede adivinar el futuro o qué se decidirá. Pero ahora, mírese como se mire, resulta un atentando contra la integridad física de quienes echan gasolina confiados en la seguridad que ofrece una estación.
Todos hemos escuchado noticias, en algunos casos testigos, de incidentes en estaciones de GLP, pero nunca en una de gasolina. Y que conste: la seguridad ha sido un valor que pueden mostrar por todo lo alto quienes venden combustibles. Se ve con toda claridad que las estaciones de expendio, por lo menos de las principales marcas, cumplen cabalmente con las normas. Sin embargo, no podría decirse lo mismo si cambiamos las reglas establecidas y que han funcionado eficientemente en favor de lo más importante: la seguridad de los dominicanos.
Tampoco hay que ser un mago o historiador de crónicas de fantasía para recordar cuántos dominicanos han perdido la vida por la explosión de un tanque de gas en un vehículo. Luego, por supuesto, se demostró que ese sistema fue instalado en un patio o sin cumplir con las exigencias que mandan las autoridades. No es necesario intentar poner en la mente de los usuarios qué sucedería en una estación de gasolina si un carro de GLP, con un sistema en mal estado y sin las mínimas condiciones, explota.
Y no se trata de cuidar el negocio de todos los empresarios que han invertido no sólo dinero, sino su confianza en el ordenamiento jurídico del país; lo importante será siempre la seguridad de los usuarios. Habrá personas, y con toda razón, que decidirán no echar combustibles en estaciones que junten el GLP y la gasolina. Ahí perderán todos: empresarios, usuarios y Estado.
Habrá que hacer una pregunta muy lógica: ¿Qué niveles de garantía tiene la gente de los procesos de supervisión de los sistemas de GLP instalados en los vehículos, especialmente los del transporte público? Si bien los empresarios, todos, han sido responsables en garantizar seguridad en sus establecimientos, ¿quién ofrece garantías de que un vehículo con un sistema mal instalado no explote en una estación que sí cumple con todos los rigores? ¿Qué pensará la opinión pública? Seguro que la culpa se la echarán a la empresa cuando sabemos que la responsabilidad no es ni siquiera del propietario del vehículo, sino de quienes tienen la responsabilidad de hacer cumplir los procedimientos de supervisión.
No debemos olvidar que los gases butano y propano son inflamables porque si se mezclan en una determinada proporción con el aire y se les aplica un punto de ignición arden. Esto puede ocurrir fácilmente bajo las condiciones de nuestro país.
Según un estudio preparado por Francisco Jiménez, director de Seguridad, Calidad y Medio Ambiente de Repsol-YPF, las características físico-químicas del GLP lo convierte en un producto que genera riesgos. Al igual que cualquier fuente de energía, su manejo, uso e incluso residuo (mala combustión), también presenta situaciones de riesgos. Desde el punto de vista físico hay que distinguir los dos estados en los que se presenta: como líquido y como gas.
El estudio “La seguridad en la distribución y manipulación del GLP”, preparado por Jiménez, destaca que el principal peligro potencial del GLP es el fuego. Esto deriva de su característica de alta inflamabilidad y en casos extremos puede combinarse con la característica de presión, que nos conduce el fenómeno BLEVE (Explosión de Vapores en Expansión y Líquidos en Ebullición).
Pero hay más razones por las que no puede juntarse con la gasolina. Según el estudio, también puede surgir un peligro potencial en el punto de consumo si los productos de la combustión no se dispersan en la atmósfera y se permite la acumulación de monóxido de carbono (CO). Los métodos de ventilación influirán en la dispersión del CO.
El “esnifado” de GLP, esto es, la inhalación intencionada del vapor de GLP, aparte de la capacidad asfixiante que tiene, puede tener un efecto narcotizante, que podría llegar a producir lesiones.
Siendo el vapor de GLP más pesado que el aire puede, en caso de escape, acumularse en espacios reducidos y en zonas bajas. Los métodos de ventilación influirán en el movimiento y su dispersión. No quiero imaginarme estos dos combustibles interactuando en un solo espacio.
La intención de juntar estos dos combustibles no es nueva en República Dominicana. Cuando se ventiló en los medios hace alrededor de ocho años hubo un rechazo total, especialmente de quienes sí saben de los riesgos que conlleva. Los bomberos de América Latina, reunidos en el país en un seminario sobre seguridad contra incendios, abordaron la temática.
Los bomberos explicaron que el gas y la gasolina son productos distintos, tienen equipos y manejos disímiles, por lo cual deben venderse en instalaciones diferentes. Con esta postura se identificó Marcial Algadoña, del cuerpo de bomberos de Santiago de Chile, quien sostuvo que antes de instalarse bombas de expendios de gas en estaciones gasolineras debe pensarse muy bien en los riesgos de explosiones, incendios u otros percances.
“Normalmente nosotros tenemos la tendencia de simplificar las cosas, pero eso no nos deja ver los riegos a que nos estamos exponiendo y sólo reaccionamos cuando se produce un desastre. Las cosas deben pensarse antes que ocurran las eventualidades”, señaló Algadoña.
Sobre los riesgos que implica también habló el presidente de la Federación de Cuerpos de Bombos de Nicaragua y vicepresidente del Cuerpo de Bomberos de Centroamérica, Ricardo Selva. Explicó que en su país la ley lo prohíbe, debido al altísimo riesgo que implica mezclar el expendio de GLP con otros combustibles. “Eso es altamente peligroso”, señaló.
Expuso que una fuga de GLP en una bomba de gasolina produciría una explosión de consecuencias impredecibles y que eso podría ocurrir en cualquier momento por descuido o mal manejo. Indicó que existe el peligro de que una chispa producida por el muffler (tubo de escape) de un vehículo que se esté abasteciendo de gasolina cerca del expendio de GLP provoque una explosión o un fuego en cadena de altas proporciones. “Eso sería una trampa mortal”, declaró. A partir de estas afirmaciones yo lo pensaría más de dos veces.
https://www.eldinero.com.do/45239/la-descabellada-idea-de-juntar-el-glp-y-la-gasolina/

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