jueves, 2 de abril de 2015

Las emisiones de CO2 y la energía


Si nos centramos en cuanta energía consume un parque o en cómo contribuye al aumento del efecto invernadero anómalo y, por tanto, al temible cambio climático debido a las emisiones de CO2, es preciso que, al menos, consideremos los siguientes apartados:

-Energía eléctrica que consumen sus elementos (luminarias, fuentes, etc.)

 

-Gasolina y gasoil que se consume en los trabajos de mantenimiento (desbrozado, poda, recortes, fumigados, transportes varios, etc).


Y ello porque para generar la electricidad consumida en el parque, se emiten grandes cantidades de CO2, lo mismo que sucede al “quemar” la gasolina o el gasoil en los motores de las máquinas utilizadas e incluso al obtener dicho combustible (extracción del petróleo, destilación y transporte).

¿De qué cantidades estamos hablando?


En la generación eléctrica, 1 kWh consumido, corresponde en promedio, a una emisión de CO2 de unos 90 g (lógicamente esta cantidad es aproximada ya que varía muchísimo dependiendo de la tecnología de generación)

Por otra parte, 1 L de gasolina quemado en una desbrozadora o similar, supone unas emisiones directas aproximadas de 2,5 kg de CO2 a los que habría que sumar más de 5 kg de CO2 generados al producir ese litro de gasolina. En el caso del gasoil las cantidades son parecidas, pues se generan unos 2,65 kg de CO2 por litro consumido.

 

Hablamos, por tanto, de unas cantidades enormes, que se disparan si las labores de mantenimiento con maquinaria son elevadas y que pueden dar  lugar  a que un parque o zona verde en vez de ser un sumidero de CO2 sea un emisor neto  y, por tanto, perjudique a nuestro entorno.

 

 La solución, como hemos mencionado al principio, diseñar el espacio y su mantenimiento con criterios de sostenibilidad medioambiental, lo cual da lugar a magníficos parques perfectamente integrados en su entorno y aportando beneficios netos en todos los ámbitos.

 

       El objetivo de las emisiones cero

 

Ese debe ser el objetivo que nos mueva al gestionar un espacio verde y nos aproximamos a él si la maquinaria que se utiliza en su conservación es eléctrica y sus baterías se recargan en el propio parque mediante pérgolas provistas de paneles fotovoltaicos que suministran in situ toda la energía eléctrica necesaria y el mismo criterio se ha de aplicar también a las luminarias y a todo elemento eléctrico del espacio, pues debiera estar alimentado por paneles solares instalados en el propio parque … ya que no hemos de olvidar que la energía solar representa una tecnología madura, asequible, limpia y estéticamente integrable en cualquier entorno.
 


 

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