SANTO DOMINGO,R.D.- El mundo consume 82 millones de barriles de petróleo de origen fósil
cada día, la OPEP produce sobre el 40% de este monto. Algo interesante
es que en la actualidad Estados Unidos, con solo el 5% de la población
mundial, demanda un impresionante 22% del consumo mundial. Y de manera
consistente, en los últimos 30 años, este país ha importado 66% de su
demanda interna, produciendo el resto de sus yacimientos propios.
Sin embargo, la fuente de petróleo no son solo los fósiles
tradicionales sacados del subsuelo, los que desde su descubrimiento en
Titusville, Pennsylvania en 1858, han alimentado la industrialización
imperante en el mundo durante los últimos 156 años.
Por fortuna, existe otra fuente que hasta hace apenas una década no
se había explotado, conocida como esquistos bituminosos, lutitas, o por
su nombre en inglés, OIL SHELLS.
Las lutitas son rocas sedimentarias detríticas de variados colores,
integradas por partículas muy diminutas de arcilla y limos. Las negras
contienen hasta 35% de petróleo. Contrario a las rocas de yacimientos de
petróleo clásicos, las lutitas tienen microporos, lo que las hace
impermeables, esto determina que las perforaciones ordinarias no podrían
forzar la subida del petróleo. Por eso. requieren de una tecnología
distinta a la usada convencionalmente por la industria de crudos.
Las reservas de petróleo de los esquistos bituminosos, según estudios
geológicos disponibles, es la siguiente: Estados Unidos y Canadá 2,133
miles de millones de barriles-MM- , Rusia y Kazakstán 450MM, África
159MM, Europa 109MM, Latino América 82MM, Lejano Oeste 56MM, Medio
Oriente 40MM. En total las reservas mundiales ascienden a 3,050MM. De
este total EUA y Canadá tienen el 70%.
No obstante, EUA y Canadá no habían empezado a explotar de manera
consistente estas lutitas, debido a que siempre se intentó hacerlo con
el esquema de minado tradicional, que consistía en extraer el mineral y
transportarlo a las plantas de procesamiento, donde se separan los
crudos, para luego reponer los materiales empobrecidas a sus lugares de
origen.
Finalmente, hace como una década, en dichos países cambiaron la
estrategia, y en lugar de minar que hacia incosteable el proceso, se
perforan pozos de 2 a 5 kilómetros de profundidad acompañados de túneles
horizontales radiales en los mismos yacimientos de esquistos, en los
que se inyectan enormes cantidades de vapor sobrecalentado, mezclado con
arenillas y ciertos químicos todavía bajo patentes, arreglo éste que
resulta, en la impresionante producción de millones de barriles de
petróleo a partir de esquistos bituminosos, con la proyección de
convertir esta fuente en algo esencial a las economías, y convertir a
Estados Unidos y Canadá, en las nuevas potencias petroleras del mundo.
No cabe duda de que uno de los factores estimulantes de la invención
de esta nueva tecnología de extracción petrolera, llamada FRACKING
–fracturación hidráulica-, han sido los altos precios sostenidos por la
OPEP, y demás países productores de crudos, que incluso lograron cambiar
el rumbo de la economía mundial.
Los afortunados extractores de petróleo fósiles soslayaron que los
altos precios harían posible que se desarrollaran otras fuentes
alternativas de energía, colocando poco a poco al PETRÓLEO DE ORIGEN
FÓSIL en posición perdidosa de su enorme dominio de los mercados, esto
explica que ante la nueva realidad, asustadas, las grandes potencias
petroleras tradicionales, encabezadas por ARABIA SAUDITA y sus aliados,
han tenido que reaccionar y enfrentar cuidadosamente, con lo que
conforme a nuestro HUMILDE JUICIO, obedece, la ACTUAL ESTRATEGIA DE
BAJOS PRECIOS que estamos observando hoy.
¿Cuánto tiempo podrá dudar esta guerra tecnológica de precios?
Dependerá de muchos factores y situaciones, que difícilmente alguien
pueda predecir con exactitud de manera definitiva, PERO LO QUE SÍ ES
CIERTO, es que este fenómeno abre un respiro a las naciones no
productoras de crudos como República Dominicana.
Lamentablemente, la generosa Venezuela se encuentra en una grave
situación debido a que limitó su economía a los ingresos del petróleo,
al extremo de que, el 96% de sus ingresos de divisas vienen de la venta
de esta fuente.
La realidad es que, se impone decir adiós a Petrocaribe, que por
demás, solo ha beneficiado a los Gobiernos de turno, mientras endeuda
los pueblos, como es el caso de la República Dominicana.
Mientras tanto, RD se ahorrará al año la importante suma de 2500
millones de dólares en divisas por importación de petróleo, que
indiscutiblemente debe traducirse en una drástica baja del costo de la
vida. La responsabilidad de que esto ocurra está en manos del Gobierno
dominicano, cuyo responsable es sin dudas, el presidente Danilo Medina
Sánchez.
http://z101digital.com/app/article.aspx?id=143942
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