SANTO DOMINGO,R.D.- La posibilidad de que el Gobierno dominicano extienda el contrato de generación eléctrica, esta vez con gas natural, a la Compañía de Electricidad de San Pedro de Macorís (CESPEM), subsidiaria de la Cogentrix, preocupa a no pocos ciudadanos por lo cuestionado de esa negociación, sin embargo, el convencimiento del vicepresidente ejecutivo de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), de que esa renegociación contractual sería tan beneficiosa para el país, que debería prolongarse, no por quince años como se pretende, sino “a cien y hasta mil años si es posible”.
Rubén Bichara, en conversación exclusiva con z101digital.com, justifica y defiende a capa y espada una negociación que beneficiará por 15 años más de exoneración total y de garantía soberana por encima de otros inversionistas, lo que podría devenir en un negocio redondo a favor de esta empresa de capital privado.
Bichara no tiene la menor duda de que ese podría ser un buen negocio para el país, solo condicionado a las posibilidades del Estado de garantizar la conversión del combustible actual -petróleo-fueloil- a gas, aunque ello implique asumir todos los riesgos y responsabilidades del contrato.
Le preocupa que tratándose de una planta que en la actualidad funciona con fueloil (el combustible más costoso de todos) y con un contrato que vence en el 2022, es decir que le quedan ocho años de vigencia, el Estado continúe asumiendo el pago de aproximadamente 5 millones de dólares al mes por concepto de capacidad instalada, “enciendas o no dicha planta”.
Claro está que para el funcionario se trata de un procedimiento “normal” en ese tipo de inversión, por lo que cuida mucho de no “satanizar” un contrato que, aunque desventajoso para el Estado, favorece su extensión por el tiempo que sea necesario. Para ello, cuenta con la bendición del presidente de la República, Danilo Medina, quien le otorgó un poder especial en fecha 14 de febrero de este año, en el que solicita revisar los borradores sobre el tema “Conversión CESPM”, con la finalidad de que puedan dar, de forma escrita, sus sugerencias, comentarios u observaciones al respecto, conforme lo establecido en la propuesta enviada al Consejo de Administración de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), por el mandatario.
Para el funcionario, la tan cuestionada garantía soberana no es nada nuevo en este tipo de negociaciones. Argumenta que para una inversión extranjera de una planta de 300 megas, por ejemplo, con una inversión de 500 millones de dólares, lo primero que se solicita es la garantía de su capital, “y en ese caso, lo mínimo que se avala, si tiene buen precio, es la compra cada mes”.
Aclara, sin embargo, que en el caso de la COGENTRIX, nadie esperaba que el petróleo se disparara a los niveles que ocurren en la actualidad, por tanto, alimentar esa planta con fueloil del más caro para generar energía, rompe todos los parámetros de ese contrato. “Es decir, que cuando enciendes a COGENTRIX, al ser una planta que margina en el mercado spot, arrastra todos los precios de las demás y se trabaja con el orden de mérito que es, por ejemplo, si tienes que buscar en el spot 300 megas o 500, se racionaliza la compra según los precios del mercado, hasta completar lo deseado, con el agravante de que la planta que entra último, aunque tenga el precio más alto es la que marca el precio de las anteriores”.
De esa forma, Bichara explica la necesidad de que, en los ochos años que le quedan de vigencia a esa transacción con Cogentrix, “o la conviertes a carbón, o pagas lo establecido, dejándola como tal, con el agravante de que el sistema necesita esos 300 megas que aportaría”.
No obstante, para el funcionario no se trata de una decisión acabada, pues se está en proceso de discusión del contrato, a pesar de que, conforme a lo que establece la Ley de Energía que crea el Consejo Nacional de Energía, la CDEEE no tiene jurisdicción para decidir en este caso, pues la entidad estatal deberá cesar en sus funciones al finalizar los únicos dos contratos vigentes: COGENTRIX y San Felipe.
Es consciente de que cualquier contrato de largo plazo sale de esta jurisdicción, pues es materia del Congreso y más si son contratos con garantía soberana, pero “en el caso de COGENTRIX se está conociendo una extensión acompañada de una conversión, es decir, que si te chupas 20 años sin recibir nada, quieres 20 que te permitan percibir algo, aunque tengas que compensar. Ahora, ¿cuál es la diferencia de convertir a no hacerlo? Bueno, si la planta se convierte, tiene como respaldo un contrato de 20 años de suministro de gas a buen precio”.
Todo lo planteado por Bichara estaría muy bien a no ser por el hecho de que, si el precio que resulta de la conversión a gas natural de COGENTRIX, que cuenta con garantía soberana especial se realiza con la misma matriz de producción de AES Andrés, por ejemplo, por qué en el caso de COGENTRIX, el kilovatio hora cuesta el triple de lo ofertado por AES en aparente competencia desleal.
La explicación aflora y aunque no niega lo planteado, explica que la posibilidad de esa oferta por parte de AES se fundamenta en la firma de un contrato entre esa empresa y British Petroleum en 2003, que le otorgó un precio de 3 dólares el millón de BTW, mientras en el mercado el precio es de 20. Argumenta que “se trata de un contrato de 20 años. Por eso cuando produces energía comprando a ese precio, tu energía se puede conseguir áximo a unos 5 centavos en el peor de los casos, pero si compras el gas como estaba en el mercado, no lo tendrías a menos de 13 ó 14 centavos el millón de BTW con un precio que es cuatro o cinco veces superior, es decir que, eso depende del precio del combustible. Ellos lo pueden ofertar así porque, AES vence en el 2023 su contrato de gas”.
Con cierta pericia, Bichara revela las facilidades de la empresa AES para producir con el gas a buen precio -nueve centavos-, sin embargo, las reservas afloran al momento de establecer el costo de producción de la referida empresa y solo se limita a decir que “se trata de cuestiones internas”.
Tampoco hay mucha claridad al momento de establecer el costo de producción de COGENTRIX después de la conversión. Todo dependerá del precio del gas que por demás no tiene una tarifa fija. “Con el gas hay un precio variable que es el que compras a principio, y es un precio de referencia que fluctúa todos los días. Pero además, se paga una tarifa fija para licuar ese gas, almacenarlo, transportarlo, depositarlo, regasificarlo, para luego colocarlo en un gaseoducto y transportarlo a la planta, por tanto, hay que pagar peaje y ese es un costo adicional”.
De esa manera, el funcionario explica que esos valores revelan el precio final del gas. “Es decir, hay como un 70% que es un costo fijo, y si logras un buen precio, puedes tener un contrato a 20 años. Entonces, si COGENTRIX hace un buen contrato de gas, pues la quieres tener contigo por 20 años, porque te garantiza tu energía barata, o sea, que si no lo aprovechas tú lo hará otro y así, con la energía barata, pudieran ser cien años de extensión de contrato”.
Y es precisamente en ese punto en el que Bichara justifica las cuestionadas garantías soberanas de esos contratos tras asegurar que “si el precio es barato no me importa otorgar las garantías que sean”. Más aún, dice que “la garantía soberana solo significa que si yo no pago, el Gobierno es responsable. Eso es todo. Toda la inversión privada es así, sin que se pueda mencionar un solo caso distinto”. Ilustra que con la construcción de Catalina, al Estado no le queda más remedio que otorgar toda la garantía soberana de los precios.
Esas condiciones para la inversión privada que pudieran asociarse a las políticas de congelamiento de precios, las condiciones no coordinadas con el sector empresarial, la mala gestión de las empresas estatales o a la corrupción administrativa estatal, sin embargo, las resume, simplemente en los riesgos que nadie quiere enfrentar, por lo que “todos se los quieren tirar al Gobierno”.
Abunda que cuando el Estado es el cliente, automáticamente hay una garantía soberana, “por eso, desde que el sector privado invierte, pide garantía soberana, pero en este caso, y AES es un buen ejemplo, AES tiene un contrato con BP hasta 2023 con un gas a 3 dólares el millón de BTW, un precio irrepetible. Pero, ¿a cuánto llega el contrato de EDE-Este? Pues hasta el 2016, y cuando ese contrato se termine, ¿qué va a pasar? Subirá el precio. Seguirán comprando su gas barato sin tener compromiso porque habrán terminado su contrato y ese gas que sale a 3 dólares, tendría que encaramarse a un precio por encima de 15 ó 16 por no haber hecho un contrato de largo plazo con ese gas a buen precio.
En el caso COGENTRIX, como hay un 70% de la tarifa que será fija por 20 años, solo un 30% fluctuaría. Por eso ves que AES compra a menos de 5 cuando el mercado está a 20, y eso lo explica todo”.
En una próxima entrega se tocarán otros aspectos de la entrevista con Rubén Bichara, máximo ejecutivo de la CDEEE.
Por:
http://z101digital.com/app/article.aspx?id=127153#
COGENTRIX,debe hacerle un monumento a RUBEN JIMENEZ BICHARA, que diga HEROE NACIONAL DEL SISTEMA ELECTRICO DOMINICANO.jajajajajajajajaja,ya que ese contrato está amarrao hasta la tambora.
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