SANTO DOMINGO,R.D.- La tarde del
domingo 15 de diciembre de 2013 sirvió de escenario al presidente de la
República, Danilo Medina, al vicepresidente ejecutivo de la CDEEE, Rubén
Jiménez Bichara, y a los ejecutivos de la empresa constructora Norberto
Odebrecht, para dar el primer picazo que ha dejado iniciado el importante
proceso de construcción de dos unidades térmicas de generación, de 385 MW
cada una, que han de utilizar el carbón mineral por ser el único combustible
que hoy nos permite producir un kilovatio-hora en menos de cinco centavos de
dólar, en momentos en que algunas generadoras venden al Estado el mismo
kilovatio-hora hasta en 23 centavos de dólar.
Como es natural, quienes le venden energía al Estado a 23, a 20, a 18, y a 14 centavos de dólar por kilovatio-hora, jamás querrán que el Estado instale sus propias unidades de bajo costo de producción, porque la población jamás aceptaría que el gobierno compre energía eléctrica a 23 centavos de dólar, si la podemos producir en 4 y en 5 centavos de dólar, pues sería como que un productor de papas, de Constanza, quien produce y vende papas al supermercado a menos de 6 pesos la libra, acepte que su esposa compre las papas en el mismo supermercado a 25 pesos la libra.
Y esa es la razón por la cual en la semana que termina hemos visto a la industria eléctrica quejarse públicamente de la decisión del gobierno de iniciar la construcción de estas dos plantas a carbón, alegando que “la participación del Estado en la generación de electricidad crea distorsiones, y es contraria a la Ley General de Electricidad 125-01, que establece promover la competencia para que haya una generación más eficiente”, cuando en junio, octubre y noviembre de este año 2013, la misma industria eléctrica había dicho públicamente, inclusive a través de espacios pagados en los diarios nacionales, que apoyaba la instalación de estas plantas a carbón por ser una forma de producir energía a menor costo.
Claro está, que ellos apoyan las plantas a carbón siempre que las instalen ellos para vender al precio del negocio de ellos, pero no apoyan que las instale el gobierno para marginarlos de ese lucrativo negocio que ha quebrado al Estado.
El país cuenta con múltiples plantas eléctricas que generan a bajo costo, utilizando gas natural, como AES Andrés (319MW), Los Mina 5 (118MW), los Mina 6 (118MW) y Estrella del Mar (106MW), y utilizando carbón mineral como Itabo I (128MW), Itabo II (132MW) y Distral Barahora (45MW), totalizando 966MW de potencia bruta, a lo que en el futuro cercano sumaríamos 385MW de la nueva unidad Catalina I, y 385MW de la nueva unidad Catalina II, totalizando una potencia bruta a gas y carbón de 1,736MW, que sumados a la potencia hidroeléctrica nos permitiría cubrir la demanda eléctrica nacional diurna, que es de unos 1,850MW, sin necesidad de comprar energía cara producida con derivados del petróleo.
Para completar la matriz eléctrica de bajo costo, ahora se impone la construcción del gasoducto desde Andrés hasta San Pedro de Macorís, para transformar a Cogentrix, de 300MW, a fin de que utilice gas natural, con lo cual la potencia instalada en gas y carbón subiría a 2,036 MW, quedando pendiente de licitar las dos unidades de 300MW a instalarse en Manzanillo, las que han de operar con gas natural, y que subirían nuestra potencia instalada en base a gas y carbón a 2,636MW, con lo cual en el año 2016 quedaríamos liberados de los contratos del Acuerdo de Madrid. l
Como es natural, quienes le venden energía al Estado a 23, a 20, a 18, y a 14 centavos de dólar por kilovatio-hora, jamás querrán que el Estado instale sus propias unidades de bajo costo de producción, porque la población jamás aceptaría que el gobierno compre energía eléctrica a 23 centavos de dólar, si la podemos producir en 4 y en 5 centavos de dólar, pues sería como que un productor de papas, de Constanza, quien produce y vende papas al supermercado a menos de 6 pesos la libra, acepte que su esposa compre las papas en el mismo supermercado a 25 pesos la libra.
Y esa es la razón por la cual en la semana que termina hemos visto a la industria eléctrica quejarse públicamente de la decisión del gobierno de iniciar la construcción de estas dos plantas a carbón, alegando que “la participación del Estado en la generación de electricidad crea distorsiones, y es contraria a la Ley General de Electricidad 125-01, que establece promover la competencia para que haya una generación más eficiente”, cuando en junio, octubre y noviembre de este año 2013, la misma industria eléctrica había dicho públicamente, inclusive a través de espacios pagados en los diarios nacionales, que apoyaba la instalación de estas plantas a carbón por ser una forma de producir energía a menor costo.
Claro está, que ellos apoyan las plantas a carbón siempre que las instalen ellos para vender al precio del negocio de ellos, pero no apoyan que las instale el gobierno para marginarlos de ese lucrativo negocio que ha quebrado al Estado.
El país cuenta con múltiples plantas eléctricas que generan a bajo costo, utilizando gas natural, como AES Andrés (319MW), Los Mina 5 (118MW), los Mina 6 (118MW) y Estrella del Mar (106MW), y utilizando carbón mineral como Itabo I (128MW), Itabo II (132MW) y Distral Barahora (45MW), totalizando 966MW de potencia bruta, a lo que en el futuro cercano sumaríamos 385MW de la nueva unidad Catalina I, y 385MW de la nueva unidad Catalina II, totalizando una potencia bruta a gas y carbón de 1,736MW, que sumados a la potencia hidroeléctrica nos permitiría cubrir la demanda eléctrica nacional diurna, que es de unos 1,850MW, sin necesidad de comprar energía cara producida con derivados del petróleo.
Para completar la matriz eléctrica de bajo costo, ahora se impone la construcción del gasoducto desde Andrés hasta San Pedro de Macorís, para transformar a Cogentrix, de 300MW, a fin de que utilice gas natural, con lo cual la potencia instalada en gas y carbón subiría a 2,036 MW, quedando pendiente de licitar las dos unidades de 300MW a instalarse en Manzanillo, las que han de operar con gas natural, y que subirían nuestra potencia instalada en base a gas y carbón a 2,636MW, con lo cual en el año 2016 quedaríamos liberados de los contratos del Acuerdo de Madrid. l
- www.elcaribe.com.do/2013/12/30/plantas-gas-carbon
La
tarde del domingo 15 de diciembre de 2013 sirvió de escenario al
presidente de la República, Danilo Medina, al vicepresidente ejecutivo
de la CDEEE, Rubén Jiménez Bichara, y a los ejecutivos de la empresa
constructora Norberto Odebrecht, para dar el primer picazo que ha dejado
iniciado el importante proceso de construcción de dos unidades térmicas
de generación, de 385 MW cada una, que han de utilizar el carbón
mineral por ser el único combustible que hoy nos permite producir un
kilovatio-hora en menos de cinco centavos de dólar, en momentos en que
algunas generadoras venden al Estado el mismo kilovatio-hora hasta en 23
centavos de dólar.
Como es natural, quienes le venden energía al Estado a 23, a 20, a 18, y a 14 centavos de dólar por kilovatio-hora, jamás querrán que el Estado instale sus propias unidades de bajo costo de producción, porque la población jamás aceptaría que el gobierno compre energía eléctrica a 23 centavos de dólar, si la podemos producir en 4 y en 5 centavos de dólar, pues sería como que un productor de papas, de Constanza, quien produce y vende papas al supermercado a menos de 6 pesos la libra, acepte que su esposa compre las papas en el mismo supermercado a 25 pesos la libra.
Y esa es la razón por la cual en la semana que termina hemos visto a la industria eléctrica quejarse públicamente de la decisión del gobierno de iniciar la construcción de estas dos plantas a carbón, alegando que “la participación del Estado en la generación de electricidad crea distorsiones, y es contraria a la Ley General de Electricidad 125-01, que establece promover la competencia para que haya una generación más eficiente”, cuando en junio, octubre y noviembre de este año 2013, la misma industria eléctrica había dicho públicamente, inclusive a través de espacios pagados en los diarios nacionales, que apoyaba la instalación de estas plantas a carbón por ser una forma de producir energía a menor costo.
Claro está, que ellos apoyan las plantas a carbón siempre que las instalen ellos para vender al precio del negocio de ellos, pero no apoyan que las instale el gobierno para marginarlos de ese lucrativo negocio que ha quebrado al Estado.
El país cuenta con múltiples plantas eléctricas que generan a bajo costo, utilizando gas natural, como AES Andrés (319MW), Los Mina 5 (118MW), los Mina 6 (118MW) y Estrella del Mar (106MW), y utilizando carbón mineral como Itabo I (128MW), Itabo II (132MW) y Distral Barahora (45MW), totalizando 966MW de potencia bruta, a lo que en el futuro cercano sumaríamos 385MW de la nueva unidad Catalina I, y 385MW de la nueva unidad Catalina II, totalizando una potencia bruta a gas y carbón de 1,736MW, que sumados a la potencia hidroeléctrica nos permitiría cubrir la demanda eléctrica nacional diurna, que es de unos 1,850MW, sin necesidad de comprar energía cara producida con derivados del petróleo.
Para completar la matriz eléctrica de bajo costo, ahora se impone la construcción del gasoducto desde Andrés hasta San Pedro de Macorís, para transformar a Cogentrix, de 300MW, a fin de que utilice gas natural, con lo cual la potencia instalada en gas y carbón subiría a 2,036 MW, quedando pendiente de licitar las dos unidades de 300MW a instalarse en Manzanillo, las que han de operar con gas natural, y que subirían nuestra potencia instalada en base a gas y carbón a 2,636MW, con lo cual en el año 2016 quedaríamos liberados de los contratos del Acuerdo de Madrid. l
Como es natural, quienes le venden energía al Estado a 23, a 20, a 18, y a 14 centavos de dólar por kilovatio-hora, jamás querrán que el Estado instale sus propias unidades de bajo costo de producción, porque la población jamás aceptaría que el gobierno compre energía eléctrica a 23 centavos de dólar, si la podemos producir en 4 y en 5 centavos de dólar, pues sería como que un productor de papas, de Constanza, quien produce y vende papas al supermercado a menos de 6 pesos la libra, acepte que su esposa compre las papas en el mismo supermercado a 25 pesos la libra.
Y esa es la razón por la cual en la semana que termina hemos visto a la industria eléctrica quejarse públicamente de la decisión del gobierno de iniciar la construcción de estas dos plantas a carbón, alegando que “la participación del Estado en la generación de electricidad crea distorsiones, y es contraria a la Ley General de Electricidad 125-01, que establece promover la competencia para que haya una generación más eficiente”, cuando en junio, octubre y noviembre de este año 2013, la misma industria eléctrica había dicho públicamente, inclusive a través de espacios pagados en los diarios nacionales, que apoyaba la instalación de estas plantas a carbón por ser una forma de producir energía a menor costo.
Claro está, que ellos apoyan las plantas a carbón siempre que las instalen ellos para vender al precio del negocio de ellos, pero no apoyan que las instale el gobierno para marginarlos de ese lucrativo negocio que ha quebrado al Estado.
El país cuenta con múltiples plantas eléctricas que generan a bajo costo, utilizando gas natural, como AES Andrés (319MW), Los Mina 5 (118MW), los Mina 6 (118MW) y Estrella del Mar (106MW), y utilizando carbón mineral como Itabo I (128MW), Itabo II (132MW) y Distral Barahora (45MW), totalizando 966MW de potencia bruta, a lo que en el futuro cercano sumaríamos 385MW de la nueva unidad Catalina I, y 385MW de la nueva unidad Catalina II, totalizando una potencia bruta a gas y carbón de 1,736MW, que sumados a la potencia hidroeléctrica nos permitiría cubrir la demanda eléctrica nacional diurna, que es de unos 1,850MW, sin necesidad de comprar energía cara producida con derivados del petróleo.
Para completar la matriz eléctrica de bajo costo, ahora se impone la construcción del gasoducto desde Andrés hasta San Pedro de Macorís, para transformar a Cogentrix, de 300MW, a fin de que utilice gas natural, con lo cual la potencia instalada en gas y carbón subiría a 2,036 MW, quedando pendiente de licitar las dos unidades de 300MW a instalarse en Manzanillo, las que han de operar con gas natural, y que subirían nuestra potencia instalada en base a gas y carbón a 2,636MW, con lo cual en el año 2016 quedaríamos liberados de los contratos del Acuerdo de Madrid. l
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