sábado, 10 de agosto de 2013

Alzas de combustibles y del dólar en R.D.




 Al pueblo dominicano le han puesto la hoya a hervir, como en aquel cuento de la rana que estaba muy confortable  en el agua normal de un envase, que se puso a calentar, y  a medida que  se calentaba se amoldaba con satisfacción  al alza de la temperatura,  hasta que llegó el momento que comenzó a hervir y terminó esa fábula, muy utilizada por los analistas,  cuando hablaban primero del nazismo y luego del comunismo con el avance de ambas ideologías en la Europa anterior a la II Guerra Mundial.
 Y a los dominicanos, casi darnos cuenta, con una sumisión extraordinaria, nos están poniendo a hervir el agua con los aumentos incontenibles de la prima del dólar, que ya superó la barrera del 42 por 1, y el alza abusiva de los precios de los combustibles, que ya marcan una tendencia que podría llevar a fin de año el costo del galón de gasolina premiun a los 300 pesos.
 No sería demagógico, ni alarmista, pensar que la dinámica  que le ha impuesto el gobierno al alza de los combustibles, apareado al precio del barril de petróleo de Texas, es procurar el aumento de sus ingresos que le permitan mantener un equilibrio con su abultado plan de gastos, en donde todavía pululan los gastos de sueldos de personas supuestamente canceladas por eliminación de sus cargos, pero protegidas por ser del partido oficial o de algunos de sus aliados.
 Hay una inconformidad social, que si bien se resiste a las violentas protestas que en otras épocas hacía tambalear a los gobiernos, ahora por una hábil acción de condicionar los intereses de la ciudadanía para que pongan más interés en el disfrute de las cosas buenas que brinda  la vida, si hay dinero para comprarlas, cosa que ahora se logra para algunos insertándose en la administración pública que tan generosamente estaba pagándole  a sus empleados de alto nivel. O se lograban las cosas buenas de la  vida quitándole el dinero a quienes lo tienen mediante un aumento incontrolable de la delincuencia y de los negocios ligados al lavado de dinero y a las drogas.
 La prima del dólar, superando ya la barrera del 42 por 1, avanza con su calma hacia aquellos niveles que alarmaron al país en el 2003 en la administración de Mejía, que llegó en un instante al 60 por 1, desestabilizando la economía, propulsado por las quiebras de los bancos y disparando los índices inflacionarios  de una manera alarmante. Corregir esos errores cambiarios le costó a la administración que se inició el 2004, muchos esfuerzos,  sacrificios y gran dosis de confianza para estabilizar la prima en torno al 34 por 1.
 Diez años después de ese terremoto económico, nos llega un vestigio de una acción, que si bien está impulsada  por intereses económicos,  para que las exportaciones dominicanas resulten más atractivas con un peso devaluado, pero todo lo que se consume localmente se está elevando de precios cotidianamente, siendo las amas de casa las más perjudicadas cuando llegan al supermercado y se topan con aumentos notables, que van en relación directa con el aumento del transporte de las mercancías y productos agrícolas  y de las divisas para la adquisición en el exterior  de lo que se importa.
 Las autoridades debieran estar atentas a la inconformidad de la población, que al igual que la rana estaba tranquila mientras el agua se calentaba, pero ya está llegando a un nivel de peligro para la estabilidad social y las autoridades se sientan orgullosas de ver un aumento de las exportaciones y la llegada de más turistas por el abaratamiento del peso, aun cuando se alegue que el dólar se ha encarecido y eso afecta  el peculiar  sistema de calcular semanalmente el precio de los combustibles. Es una lástima  que no haya en el panorama una contienda electoral que estimule a congelaciones y abaratamientos de precios de los combustibles.

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