sábado, 8 de agosto de 2015

“El agua es más importante que el oro”

SANTO DOMINGO,R.D.- En República Dominicana operan entre 4,900 a 5,000 pequeños mineros, que explotan, bajo condiciones informales, yacimientos de larimar, ámbar y oro aluvional. Según el Ministerio de Energía y Minas en la explotación de esos recursos, trabajan de forma directa 3,358 personas.
Además se estima que en país existente unas 269 asociaciones de pequeña minería, principalmente en Santiago, Barahona, Monte Plata, Hato Mayor y San Cristóbal.
Al igual que en los casos de la pequeña minería, en la no metálica, que tiene que ver con los agregados de los ríos, la condición de informalidad es lo frecuente. “Eso no lo regula nadie”, dice el ministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, al momento de informar sobre la creación de protocolo de fiscalización minera, que pronto empezará a aplicarse en el país.
P. ¿Qué opina sobre la minera como fuente de desarrollo?
R. No se puede hablar de desarrollo, sino es sostenible. Se puede tener crecimiento, pero si esa riqueza no se distribuye y si se crece a costa de destruir el medio ambiente, entonces se come el capital social de la sociedad.
El agua es más importante que el oro, porque sin agua no se puede vivir, y sin oro se puede vivir. Pero la minería tiene una importancia tremenda en la vida moderna. Todo lo que tienes puesto y lo que te rodea tiene componentes de la minería. Eso también requiere formas de conservarlo, para convertirlo en desarrollo para las generaciones.
P. En la isla, ¿existen fuertes tensiones entre el medio ambiente?
R. La gran industria minera ya no es la misma que provocó grandes destrozos.
Es una lástima que la mayor parte de los daños que hizo la Rosario fue cuando era administrada por el Estado. Pero la explotación de hoy es distinta, porque hay nuevas tecnologías que no son tan agresivas contra el medio ambiente. Si tú vas a Barrick Gold, verás las famosas autoclaves gigantescas.
Pero eso no es solamente la tecnología, sino también por la vigilancia social y del Estado que han crecido. Ahora, en el mundo hay más ojos pendientes para que eso no ocurra.
P. ¿Y qué ha pasado con las comunidades aledañas a Pueblo Viejo, cuyos habitantes dicen padecer de “piel de cocodrilo”?
R. Hay muchas cosas de esas que también se han exagerado. La mayoría de los daños que tiene esa región son por los pasivos ambientales que debemos resolver.
Cuando se negoció el contrato (con la Barrick), las áreas se delimitaron. Y en el área que está dentro de la concesión de Barrick Gold, ellos han hecho un esfuerzo grande por la remediación. En la otra parte, del Estado, el esfuerzo no ha sido grande y tenemos que hacerlo. Ha habido descuido del Estado y la sociedad tiene que vigilarlo.
Uno de los problemas que he encontrado y que me asombra es que en las comunidades que están en las áreas que hay que remediar, en vez de la población reducirse, ésta ha aumentado. Van muchos avivatos, se meten ahí, complican las cosas y le dificultan la solución al Estado.
P. ¿Y qué pasa con la minería no metálica?
R. Es un problema del que no hablamos y que me angustia, la depredación que está ocurriendo. Eso no lo controla nadie, nada más Medio Ambiente. No hay normas para los agregados de la construcción, para las canteras, ni para los ríos. Y los daños son muy grandes.
Tenemos que ir regulando esas cosas. Se ha empezado por crear el protocolo de fiscalización minera. Además estamos tratando de trabajar colectivamente con otras instituciones, creando reglamentos y proyectos de desarrollo en otras áreas como la pequeña minería.
La pequeña minería necesita regulación, porque son muchos los hoyos que se están haciendo en el país. Y la regulación no solo es en defensa del medio ambiente, sino de la propia actividad productiva y para la protección de la propia gente. Ahora hay mucha informalidad.
P. ¿Y continúa sacando agregado de los ríos?
R. Sí. Los permisos los da Medio Ambiente. En ese aspecto ha habido de todo. Por más que Medio Ambiente trate de dar los permisos, mucha gente no tiene permiso. Pero además nadie fiscaliza con la debida atención.
P. ¿Y a cuál institución le compete la regulación?
A nadie, y eso es lo que hay que cambiar.
P. Pero eso es minería.
Eso es una de las cosas que quisiéramos hacer, porque eso es minería. Uno de los propósitos es comenzar a crear las normas en común acuerdo con Medio Ambiente. Nosotros tenemos que trabajar como alas de un mismo pájaro.


“No hay normas para los agregados de la construcción, para las canteras, ni para los ríos. Y los daños son muy grandes”

 

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