jueves, 4 de diciembre de 2014

SDSS: entre realidad, inconformidad y utopía en R.D.

SANTO DOMINGO,R.D.- Una fantasma recorre al sector salud y de la seguridad social de la República Dominicana: el fantasma de la duda de si han alcanzado la calidad de sistema, es decir la de conjunto armonizado de prácticas “garantizables, exigibles y de vocación colectiva”, orientadas a satisfacer las necesidades de la población a la que sirven más que a las instituciones mismas.
Es lo que hay en el alma de gran parte del público variopinto y multidisciplinario, integrado por un conjunto de médicos, sindicalistas, enfermeras, aseguradores y suplidores de riesgo en salud y todo tipo de bienes y servicios al sector.
Bajo sus dictámenes y resoluciones, vigilancias, administración, servicios y productos cae la decisión de hasta dónde, hasta cuándo, cómo y en cuánto los dominicanos hemos de obtener servicios de seguridad social y de salud y los médicos y prestadores del sector, remuneraciones justas.
Es la imagen abrumadora que se pudo colegir de las exposiciones y participación de los asistentes, ocurridas ayer en una de las mesas de trabajo instaladas en el “Foro Regional Latinoamericano sobre Protección social: seguridad social y defensoría ciudadana” inaugurado ayer por la Dirección de Información y Defensa del Afiliado (DIDA).
En ella, el Lic. Chanel Rosa Chupani, del SeNaSa, y la Dra. María Victoria Fazio, representante de la OMS en el país, versaron sobre “Seguridad Social en Salud y Políticas Sanitarias”.
Para la sensibilidad y consciencia sociales comprometidas resulta un penoso aturdimiento el nivel y diversidad de críticas al sistema, procedentes desde dentro, especialmente que pocos de sus integrantes muestren satisfacción o valoren significativamente los resultados obtenidos hasta la fecha.
Ayer pudimos atestiguar que en el sistema hay actores que propugnan porque sea demolido; que lo acusan de estar paralizado; que exigen que sea reconstruido, lo mismo que rehecho y mejorado. De todo en la viña de ese señorío del que tiene que emerger un servicio nacional de salud de calidad, universal e igualitario, en beneficio de la ciudadanía dominicana, como lo mandan la Constitución y la Ley 87-01 que creó el Sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS).
Sin embargo, la existencia de diferentes planes de aseguramiento (contributivo, subsidiado y de accidentes) fue acusada de discriminatoria y fomentista de desigualdades. Que la cápita del Régimen Contributivo sea de RD$835.89, en tanto la del Régimen Subsidiado apenas alcanza RD$201.34, se valoró, de por sí, como una discriminación y evidencia de desigualdad contrarias a la Ley.
En el evento se señaló que el Catálogo de Prestaciones de Servicios de Salud (PDSS) se amplíe asumiendo el “Cuadro Básico de Salud” del MINSAP, para que pueda proponerse al Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) y de esta, a SISALRIL.
Durante años, varias instituciones gremiales y del sector reclamaron el aumento de la cobertura de servicios y atenciones médicas o PDSS. Lamentaríamos que actores del sistema estén aprovechando el tema para lanzar piedras a otros colegas, ya que la aprobación del PDSS corresponde al CNSS.
En el evento se pudo percibir lo sensible que están los participantes ante determinados temas. Especialmente: a) la pobre participación de la sociedad civil en el debate sobre los derechos de los afiliados; b) el creciente gasto de bolsillo; c) las “deficiencias de la ley” que indexa los aumentos del salario mínimo al aporte de los afiliados para incrementar los “gastos de bolsillo”; d) la contradicción de propiciar que quienes cotizan no puedan obtener los servicios de salud que realmente necesitan (por las limitaciones del PDSS), en tanto al no darles lo que requieren (por esa causa) terminan cobrándoles sin prestarles ningún servicio; e) “el absurdo”, como se dijo, de una ley que regala a las AFP los fondos de los afiliados fallecidos si en dos años sus familiares no los reclaman porque, según se sostuvo, ese dinero es propiedad de los fallecidos. Como tal, queda como herencia, lo que sugiere que, de estar ocurriendo así, como otras muchas cosas, el SDSS podría estar asentado sobre normas y procedimientos violatorios de postulados constitucionales sobre la propiedad.
También se trajeron otras urgencias, especialmente: f) que la gente se empodere de los derechos que le otorga la ley 87-01 de Seguridad Social; g) organizar racionalmente el sistema hospitalario nacional y el gasto público en salud; h) que se ponga en vigencia el Nivel de Atención Primaria, no ya como “puerta de entrada” al sistema sino, al entendido de SeNaSa, como lo fundamental para lograr el incremento cualitativo de la atención en salud, dada la proximidad a la gente de este esquema; i) que las trabajadoras domésticas sean incorporadas a la seguridad social.
También se presentaron  otros reclamos. Entre estos: j) la necesidad de incorporar a los trabajadores informales; k) que se incremente gradualmente el presupuesto nacional en salud hasta alcanzar el 6% del PIB exigido por la OMS; l) lo fraudulento de que el 90% de partos en el Régimen Contributivo sean por cesáreas cuando la media mundial es 10% y lo tolerable, 30%...
En fin, que cada quien parece estar halando para su parte en SDSS, excepto hacia la atención a las personas, menos hacia los pobres. Como si fuera un torbellino de insatisfacciones al que se reconocen logros institucionales reales pero que para definirlo la expositora de OMS recurrió al término de utopía, como “lo que está allá en el horizonte” y, para que lo entendamos bien, lejano.


 http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2014/12/4/347830/SDSS-entre-realidad-inconformidad-y-utopia

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