viernes, 7 de septiembre de 2018

El lado oscuro del boom de la energía solar en China que puede ser un aviso para todo el mundo


El parque de energía solar de Longyangxia Dam es el más grande del mundo y por su inmenso tamaño se puede ver desde el espacio. Cuatro millones de paneles fotovoltaicos abarcan una extensión cercana a los 30 kilómetros cuadrados y alimentan cerca de 200.000 viviendas en la meseta del Tíbet.
Ese parque, junto con otros gigantescos proyectos, como la granja solar flotante en la provincia oriental de Anhui, hacen parte de la revolución energética verde de China, un país que ha adoptado con entusiasmo las energías limpias con el fin de combatir su mala fama de ser uno de los más contaminados en todo el mundo.
En Beijing se vanaglorian de tener el mercado más grande del mundo en energía solar y contar con las mayores extensiones de paneles fotovoltaicos desplegados a nivel global. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro y el impacto ambiental de los millones de paneles solares se vislumbra desastroso.

La basura solar

Los paneles que convierten la energía solar en energía eléctrica tienen una vida útil de hasta 30 años, dependiendo del uso y de las condiciones climáticas a las que sean expuestos
Es decir, para 2050 se estima que tan solo en China se acumulen 20 millones de toneladas de residuos de paneles solares, según un reporte de la Agencia Internacional de Energía Renovable. Un estudio de la Universidad de Tsinghua en Beijing asegura que los paneles ya se están acumulando desde 2015.
Esto, sumado a la carencia de regulaciones sobre el reciclaje de paneles solares en China y buena parte del mundo hace que el panorama sea sombrío.
En suma, la industria de la energía solar puede ser una “bomba de tiempo” si no se toman los correctivos, aseguró Tian Min, el director general de una empresa china que recolecta los paneles gastados, al diario South China Morning Post.
“Explotará con toda su fuerza en dos o tres décadas y arruinará el medio ambiente, si el cálculo es correcto. Esta es una gran cantidad de desechos y no son fáciles de reciclar”, indicó.

Metales contaminantes

El problema radica en que un panel solar contiene metales como plomo, cobre y cadmio, con un marco de aluminio y las células solares están hechas de silicio puro y cristalizado envuelto bajo una gruesa capa de membrana de plástico para su protección.
Mary Hutzler, investigadora principal del Instituto de Investigación Energética en Washington, indicó que los paneles también están fabricados con materiales peligrosos como ácido sulfúrico y gas fosfina, lo que dificulta su reciclaje.

https://espanol.yahoo.com/finanzas/noticias/el-lado-oscuro-del-boom-de-la-energia-solar-en-china-que-puede-ser-un-aviso-para-todo-el-mundo-181732528.html

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