SANTO DOMINGO,R.D.- El
pago directo de los hogares equivale al 83% del costo del PDSS
Contributivo, y al 68% del gasto del Ministerio de Salud Pública (MSP),
lo que confirma que las ineficiencias y exclusiones erosionan el
presupuesto familiar.
El
estudio auspiciado por ADARS e INTEC, concluyó que el gasto nacional en
salud del 2014 llegó al 4.1% del producto interno bruto (PIB). Este
nivel, apenas representa la mitad del promedio de la región, y resulta
inferior en más de un punto porcentual al publicado por algunos
organismos internacionales para los primeros años de la presente década.
El
gasto nacional en salud fue estimado en 114,956 millones de pesos, lo
que arroja un promedio anual por habitante más o menos de 11,495.60, es
decir, 958.00 pesos por mes, alrededor de un 14% mayor que la cápita
actual del PDSS del Régimen Contributivo.
Desde
luego, una cosa indican los promedios y otra la realidad, especialmente
en un país con tantas desigualdades y exclusiones sociales. En la
medida en que el costo de la atención se eleva, se reducen las opciones
para alcanzar la universalidad.
El
mismo informe, elaborado por la Fundación Plenitud, pone de relieve,
entre otras, dos grandes distorsiones. Por un lado, afiliados de la
clase media que consideran insuficiente la cobertura del PDSS y han
contratado planes complementarios (o suplementarios), por un costo de
10,820 millones.
Y
por el otro, grupos de familias todavía excluidas de la Seguridad Social
que se afiliaron a planes sustitutivos, por otros 2,129 millones. En
total, las insuficiencias y exclusiones representan un costo de 12,949
millones de pesos.
La
otra gran distorsión la genera el cuantioso pago de diferencias o
copagos. El gasto de bolsillo fue estimado en 25,777 millones, un 22%
del total. Este monto luce aceptable ya que, con menos información,
hace meses yo estimé en 21,752 millones el gasto de bolsillo.
Posiblemente la diferencia sea el costo de la atención en que incurren
aquellas familias que carecen de algún tipo de seguro de salud.
Lógicamente
el gasto de bolsillo se redujo con la afiliación de más de un millón de
personas a partir del inicio del Seguro Familiar de Salud del Régimen
Contributivo, y con la eliminación de la cuota de recuperación. Pero
esta tendencia ha sido contrarrestada por los crecientes cobros de
“diferencias” impuestos por las PSS, y por las carencias recurrentes de
los centros públicos. Sería interesante cuantificar este saldo.
Mientras
tanto, lo cierto es que el estudio demuestra que el gasto directo de
los hogares representa una proporción impresionante dentro del gasto
nacional de salud. Su monto equivale al 83% del costo del Plan de
Servicios de Salud (PDSS) Contributivo, y al 68% del gasto del
Ministerio de Salud Pública (MSP). Ello indica, sin lugar a dudas, que
las ineficiencias y exclusiones erosionan sensiblemente el presupuesto
familiar, iniquidad contraria a la Ley.
De
lo anterior se desprenden tres conclusiones trascendentes: 1) que el
costo extra en que todavía incurre la población, es decir, los copagos y
la compra de los seguros de salud complementarios y sustitutivos,
asciende a 38,726 millones (12,949 + 25,777), representando el 34% del
gasto nacional; 2) que este monto rebasa con creces el gasto en salud
conjunto de los Regímenes Contributivo y Subsidiado (30,879 + 3,402 =
34,281 millones); y 3) que el mismo también supera, aunque ligeramente,
“el gasto tradicional del gobierno central” (38,148 millones).
Estos
resultados no dejan lugar a dudas de que, desde el punto de vista del
objetivo de la Ley 1-12 sobre Estrategia Nacional de Desarrollo (END),
de contar con una política de salud basada en la universalidad, equidad y
calidad, y de la Ley 87-01 de Seguridad Social, es poco lo que se ha
hecho, y mucho lo que falta por hacer!!
http://almomento.net/un-sistema-caro-y-excluyente/135603
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