sábado, 19 de septiembre de 2015

Pensiones miserables en R.D.

 Aquino Herasme Matos
SANTO DOMINGO,R.D.- Siempre se ha dicho que la única manera de comprender en toda su magnitud el dolor ajeno, el sufrimiento de los demás, es padeciendo en carne propia ese dolor y ese sufrimiento. En el caso de don Aquino Herasme, quien luego de servir durante setenta  años al Estado recibió una  pensioncita de cinco mil pesos mensuales, muchos son en este país los que pueden ponerse en su lugar, sentir su frustración, y comprender  su desamparo. Don Aquino empezó a  trabajar en la administración pública a los 23 años, y en sus siete décadas de servicio laboró  en la Justicia (fue alguacil de Estrado del Juzgado de Paz de Villa Jaragua, su tierra natal, de 1943 a 1947), en Obras Públicas, en Aduanas, en las secretarías  de Salud Pública y Educación, y en la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT), su último trabajo y cuando apenas le quedaban fuerzas. Hasta que  llegó la hora del retiro, al que se marchó orgulloso y satisfecho,  y con la  Medalla al Mérito que le otorgó en el 2006 el entonces presidente Leonel Fernández por sus  años de servicio. Y fue ahí cuando  empezó su viacrucis, pues a pesar de que pensó que se había ganado el derecho a  una pensión que le permitiera vivir con dignidad  sus últimos años terminó dándose cuenta,  tras   andar la seca y la meca haciendo diligencias  y recibiendo  promesas que nunca se cumplieron, de que a nadie le interesaba su suerte, ni su futuro. Y del desengaño pasó a la resignación, pues no vale la pena esperar lo que no llegará. Hasta que uno de estos días, como un inesperado milagro que nunca creyó que llegaría  a ver a sus 95 años, le informaron que le habían otorgado   la pensión tantas veces reclamada y negada, pero grande fue su sorpresa, y  su decepción, al enterarse de que eran tan solo 5 mil pesos. Don Aquino no es el único, repito, que recibe una pensión de miseria tras dedicar prácticamente toda su vida a servir al Estado, pero ese tonto consuelo apenas alcanza para mitigar la rabia y la indignación que provocan  tanta iniquidad.


 http://hoy.com.do/pensiones-miserables-2/autor/claudio-acosta/

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