lunes, 14 de septiembre de 2015

El Pacto Eléctrico, su influencia en la competitividad y el empleo

Como bien ha valorado la Conferencia del Episcopado, la convocatoria al Pacto Eléctrico es un reconocimiento público del fracaso del sector, y cuestionó que el Estado, en su visión pública, tenga que recurrir a “pactos” entre sectores cuyos intereses son únicamente lucrativos, para poder definir servicios que son esenciales en el desenvolvimiento social de toda la población.   
Haciendo un análisis objetivo sobre la realidad del servicio eléctrico vemos que, al ser visto como una simple mercancía, en lugar de un servicio de utilidad pública, esencial para garantizar la calidad de vida de la población y la competitividad de los sectores productivos de la Nación, podemos decir que la auto sostenibilidad financiera no se ha logrado, porque el esfuerzo se ha concentrado, esencialmente, en el cobro de la energía, con una paupérrima acción sobre la reducción significativa del costo de abastecimiento de las EDES.
El déficit financiero con el que opera el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), esencialmente se debe al excesivo costo de abastecimiento de las EDES, producto de la especulación, que es consecuencia a su vez de no revisar los contratos, ni incorporar nueva capacidad de generación al sistema, en la cantidad que demanda el SENI,  y por no aplicar una regulación efectiva.
Cuando analizamos los resultados del holding se puede concluir que dicho costo pudo ser muy diferente (tendente a la baja), de no existir una manipulación en el “mercado” por parte de las empresas de generación, que operan como un oligopolio, el cual ha debido ser controlado con una buena regulación de parte de la Superintendencia de Electricidad (SIE).
Otro enfoque del Ing. César Félix es que el problema eléctrico se resume: “bajo el acrónimo de las 4 C’s, en el que la primera es Cobro, las distribuidoras deben fajarse a cobrar; la segunda es Cogentrix, conversión de combustible diesel a gas natural; la tercera es Carbón, construcción de por lo menos 1200 MW a carbón, por su bajo precio y estabilidad del mismo; y la cuarta es C… (material colgante masculina) para hacer lo que es necesario hacer”.
Toca decir que las actuales autoridades licitaron y adjudicaron la construcción de dos plantas a carbón y que estas vienen a mejorar la posición de las autoridades en una eventual renegociación de los contratos, con el mencionado oligopolio eléctrico; pero dicho proceso de licitación arrojó dudas, críticas e incluso sospechas, de la transparencia del mismo, cuando empresas participantes han puesto en tela de juicio el hecho de que, la empresa ganadora ofertó precios más caros que sus ofertas (prácticamente el doble) y, que la empresa ganadora ahora se ve involucrada en un escándalo internacional.
Definitivamente, los intereses, las apetencias económicas del sector privado y del propio sector público (nuestras autoridades) y la complicidad entre ambos sectores, es lo que ha generado contratos y acuerdos que desfavorecen al país y a su población; que son fruto: ¿De la incapacidad de nuestras autoridades? O ¿De la complicidad de nuestras autoridades? 
Lo anteriormente señalado es una recopilación de informaciones y opiniones emitidas por expertos en la materia, protagonistas del sector y de la vida pública, que describen la situación actual del sistema eléctrico y algunas de las causas de esta situación; pero lo peor de esta incapacidad o complicidad histórica de nuestras autoridades, son las consecuencias que afectan directamente al desenvolvimiento social de toda la población, a la calidad de vida y a la competitividad de los sectores productivos del País.
La mayoría de la población no entiende que la energía es un servicio de utilidad pública, esencial para garantizar la calidad de vida de la población y la competitividad del sector productivo de la Nación.
Un sector productivo (entiéndase: Turismo, Zonas Francas, Industria, Agricultura de alta y media tecnología… etc.), con una partida en su estructura de costo que es una de las más caras del mundo (la energía eléctrica) pierde competitividad, por ejemplo:
Turismo: para poder producir la misma habitación climatizada, nos cuesta más que otros países del área, por el costo energético más alto.
Zonas Francas: para poder producir la misma ropa o calzado, nos cuesta más que en otros países del área, debido al mayor costo energético.
Agrícola: para poder producir un kilo de tomate en invernaderos, resulta más caro que en otros países, por el mayor costo energético.
Y esto se traduce en menos inversión extranjera, menos oportunidades de trabajo para la población del país y, en las áreas que aún se invierte, se compensa el costo energético con bajos salarios, que también afecta el bienestar ciudadano y la demanda interna.
El tema eléctrico en República Dominicana, como el de la impunidad, la educación, la seguridad ciudadana y la salud, representa un tema de altísima importancia, por lo que a pesar de los esfuerzos realizados por este gobierno, con la construcción de dos plantas a carbón, la población debe estar atenta para evitar que se materialicen complicidades que favorezcan al sector privado, representado por empresarios netos y empresarios vestidos de políticos. 



http://acento.com.do/2015/opinion/8282311-el-pacto-electrico-su-influencia-en-la-competitividad-y-el-empleo/

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