SANTO DOMINGO,R.D.- El
Ministerio de Trabajo apenas dispone de un puñado de inspectores para
garantizar las normas de seguridad Industrial.
La
seguridad en el trabajo es uno de los temas que menos atención se le presta en
el mundo laboral de la República Dominicana, registrándose muy pocas
notificaciones, si se parte de que existen unas 700,000 empresas entre
registradas y no registradas que emplean a más del 70% de la población
económicamente activa del país.
Y a ello se suma el hecho de que en lo que va de año la Aseguradora de Riesgos Laborales Salud Segura, lleva registrado casi 24,000 accidentes laborales, mientras que el año pasado el número de casos se elevó a 31,032.
El desinterés del Estado por la seguridad e higiene laboral se pone en evidencia en el Ministerio de Trabajo, donde el Departamento de Higiene y Seguridad Industrial apenas cuenta con unos ocho inspectores para fiscalizar si las empresas y el Estado mismo cumplen con las normas establecidas para garantizar que la persona trabajadora lo haga en condiciones que no pongan en peligro su salud física y mental.
Además de los pocos inspectores, dicho departamento tampoco está dotado de las herramientas e instrumentos que permitan que éstos hagan su trabajo con un mínimo de eficiencia.
Al respecto, Rafael Abreu (Pepe), presidente de la Central de Unidad Sindical (CNUS), aseguró que en el mundo laboral uno de los principales violadores de la seguridad en el trabajo es el propio Estado, al punto que son pocos los empleados públicos que reportan accidentes laborales.
“Pero hay más”, dice Pepe Abreu, “el mismo Estado no cobra a la ARL el dinero que tiene que cobrarle cuando ocurre un accidente de trabajo que afecta a uno de sus trabajadores”.
Culpa compartida
Abreu dice que las normas de seguridad laboral son poco observadas debido a que el Estado como garante de la protección de sus ciudadanos y de la clase trabajadora nunca le ha interesado el tema.
“Igualmente sucede con los empresarios, que incentivan a sus trabajadores a que no reporten los accidentes de trabajo y gestionan un arreglo directo cuando sucede”, apunta.
Explicó que ello sucede así porque al reportar los accidentes laborales los empresarios deben pagar más al Sistema Dominicano de Seguridad Social, sobre todo a las aseguradoras de riesgos laborales, y optan por convencer a los trabajadores de que les conviene un arreglo directo.
Asimismo, el dirigente sindical expresó que los sindicalistas dominicanos también se han olvidado de tener la seguridad laboral como una de sus principales reivindicaciones, ya que se han centrado más en el aspecto salarial.
“El hecho de que en el país haya tantos accidentes de trabajo y que se reporten tan pocos es una responsabilidad compartida de todos los sectores que tenemos que ver con lo laboral en la República Dominicana: los empresarios porque les conviene, el Estado porque no cumple su papel y nosotros los sindicalistas porque nos hemos olvidado”, subraya.
Los menos cumplidores
Tanto Pepe Abreu como Gabriel del Río, presidente de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) coinciden en señalar que los empresarios que menos observan las normas de seguridad laboral son los constructores y los agrícolas.
En sentido contrario, afirma Pepe Abreu, “el sector minero cumple casi a cabalidad con las normas de seguridad laboral, aunque fuera depreden el medio ambiente, pero hay que reconocerlo, y también los empresarios del área de las bebidas, la alimentación y los dulces”.
Gabriel del Río destacó que la importancia de prevenir los riesgos laborales y con ello evitar la incidencia de accidentes y pérdidas humanas en el trabajo, y al respecto señaló que en el país el 56% de los empleados pertenecen a la economía informal, por lo que no se registran las incidencias que se presentan en este sector.
Y a ello se suma el hecho de que en lo que va de año la Aseguradora de Riesgos Laborales Salud Segura, lleva registrado casi 24,000 accidentes laborales, mientras que el año pasado el número de casos se elevó a 31,032.
El desinterés del Estado por la seguridad e higiene laboral se pone en evidencia en el Ministerio de Trabajo, donde el Departamento de Higiene y Seguridad Industrial apenas cuenta con unos ocho inspectores para fiscalizar si las empresas y el Estado mismo cumplen con las normas establecidas para garantizar que la persona trabajadora lo haga en condiciones que no pongan en peligro su salud física y mental.
Además de los pocos inspectores, dicho departamento tampoco está dotado de las herramientas e instrumentos que permitan que éstos hagan su trabajo con un mínimo de eficiencia.
Al respecto, Rafael Abreu (Pepe), presidente de la Central de Unidad Sindical (CNUS), aseguró que en el mundo laboral uno de los principales violadores de la seguridad en el trabajo es el propio Estado, al punto que son pocos los empleados públicos que reportan accidentes laborales.
“Pero hay más”, dice Pepe Abreu, “el mismo Estado no cobra a la ARL el dinero que tiene que cobrarle cuando ocurre un accidente de trabajo que afecta a uno de sus trabajadores”.
Culpa compartida
Abreu dice que las normas de seguridad laboral son poco observadas debido a que el Estado como garante de la protección de sus ciudadanos y de la clase trabajadora nunca le ha interesado el tema.
“Igualmente sucede con los empresarios, que incentivan a sus trabajadores a que no reporten los accidentes de trabajo y gestionan un arreglo directo cuando sucede”, apunta.
Explicó que ello sucede así porque al reportar los accidentes laborales los empresarios deben pagar más al Sistema Dominicano de Seguridad Social, sobre todo a las aseguradoras de riesgos laborales, y optan por convencer a los trabajadores de que les conviene un arreglo directo.
Asimismo, el dirigente sindical expresó que los sindicalistas dominicanos también se han olvidado de tener la seguridad laboral como una de sus principales reivindicaciones, ya que se han centrado más en el aspecto salarial.
“El hecho de que en el país haya tantos accidentes de trabajo y que se reporten tan pocos es una responsabilidad compartida de todos los sectores que tenemos que ver con lo laboral en la República Dominicana: los empresarios porque les conviene, el Estado porque no cumple su papel y nosotros los sindicalistas porque nos hemos olvidado”, subraya.
Los menos cumplidores
Tanto Pepe Abreu como Gabriel del Río, presidente de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) coinciden en señalar que los empresarios que menos observan las normas de seguridad laboral son los constructores y los agrícolas.
En sentido contrario, afirma Pepe Abreu, “el sector minero cumple casi a cabalidad con las normas de seguridad laboral, aunque fuera depreden el medio ambiente, pero hay que reconocerlo, y también los empresarios del área de las bebidas, la alimentación y los dulces”.
Gabriel del Río destacó que la importancia de prevenir los riesgos laborales y con ello evitar la incidencia de accidentes y pérdidas humanas en el trabajo, y al respecto señaló que en el país el 56% de los empleados pertenecen a la economía informal, por lo que no se registran las incidencias que se presentan en este sector.
Dejar de
trabajar si hay peligro contra la vida
La
abogada experta en asuntos laborales, Ebarista Rodríguez, entiende que el
Ministerio de Trabajo ha hecho poco por dar a conocer y aplicar el reglamento
22-06 sobre Seguridad e Higiene en el Trabajo, el cual expresa que el
trabajador tiene derecho, luego de agotar los canales internos con el
empleador, de interrumpir su actividad laboral cuando la misma entraña un
riesgo grave e inminente para su vida o su salud.
www.elcaribe.com.do/2015/09/19/hay-desinteres-cumplir-normas-seguridad-laboral
El Ministerio de Trabajo apenas dispone de un puñado de inspectores para garantizar las normas de seguridad
La seguridad en el trabajo es uno de los temas que menos atención
se le presta en el mundo laboral de la República Dominicana,
registrándose muy pocas notificaciones, si se parte de que existen unas
700,000 empresas entre registradas y no registradas que emplean a más
del 70% de la población económicamente activa del país.
Y a ello se suma el hecho de que en lo que va de año la Aseguradora de Riesgos Laborales Salud Segura, lleva registrado casi 24,000 accidentes laborales, mientras que el año pasado el número de casos se elevó a 31,032.
El desinterés del Estado por la seguridad e higiene laboral se pone en evidencia en el Ministerio de Trabajo, donde el Departamento de Higiene y Seguridad Industrial apenas cuenta con unos ocho inspectores para fiscalizar si las empresas y el Estado mismo cumplen con las normas establecidas para garantizar que la persona trabajadora lo haga en condiciones que no pongan en peligro su salud física y mental.
Además de los pocos inspectores, dicho departamento tampoco está dotado de las herramientas e instrumentos que permitan que éstos hagan su trabajo con un mínimo de eficiencia.
Al respecto, Rafael Abreu (Pepe), presidente de la Central de Unidad Sindical (CNUS), aseguró que en el mundo laboral uno de los principales violadores de la seguridad en el trabajo es el propio Estado, al punto que son pocos los empleados públicos que reportan accidentes laborales.
“Pero hay más”, dice Pepe Abreu, “el mismo Estado no cobra a la ARL el dinero que tiene que cobrarle cuando ocurre un accidente de trabajo que afecta a uno de sus trabajadores”.
Culpa compartida
Abreu dice que las normas de seguridad laboral son poco observadas debido a que el Estado como garante de la protección de sus ciudadanos y de la clase trabajadora nunca le ha interesado el tema.
“Igualmente sucede con los empresarios, que incentivan a sus trabajadores a que no reporten los accidentes de trabajo y gestionan un arreglo directo cuando sucede”, apunta.
Explicó que ello sucede así porque al reportar los accidentes laborales los empresarios deben pagar más al Sistema Dominicano de Seguridad Social, sobre todo a las aseguradoras de riesgos laborales, y optan por convencer a los trabajadores de que les conviene un arreglo directo.
Asimismo, el dirigente sindical expresó que los sindicalistas dominicanos también se han olvidado de tener la seguridad laboral como una de sus principales reivindicaciones, ya que se han centrado más en el aspecto salarial.
“El hecho de que en el país haya tantos accidentes de trabajo y que se reporten tan pocos es una responsabilidad compartida de todos los sectores que tenemos que ver con lo laboral en la República Dominicana: los empresarios porque les conviene, el Estado porque no cumple su papel y nosotros los sindicalistas porque nos hemos olvidado”, subraya.
Los menos cumplidores
Tanto Pepe Abreu como Gabriel del Río, presidente de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) coinciden en señalar que los empresarios que menos observan las normas de seguridad laboral son los constructores y los agrícolas.
En sentido contrario, afirma Pepe Abreu, “el sector minero cumple casi a cabalidad con las normas de seguridad laboral, aunque fuera depreden el medio ambiente, pero hay que reconocerlo, y también los empresarios del área de las bebidas, la alimentación y los dulces”.
Gabriel del Río destacó que la importancia de prevenir los riesgos laborales y con ello evitar la incidencia de accidentes y pérdidas humanas en el trabajo, y al respecto señaló que en el país el 56% de los empleados pertenecen a la economía informal, por lo que no se registran las incidencias que se presentan en este sector.
Dejar de trabajar si hay peligro contra la vida
La abogada experta en asuntos laborales, Ebarista Rodríguez, entiende que el Ministerio de Trabajo ha hecho poco por dar a conocer y aplicar el reglamento 22-06 sobre Seguridad e Higiene en el Trabajo, el cual expresa que el trabajador tiene derecho, luego de agotar los canales internos con el empleador, de interrumpir su actividad laboral cuando la misma entraña un riesgo grave e inminente para su vida o su salud.
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El desinterés del Estado por la seguridad e higiene laboral se pone en evidencia en el Ministerio de Trabajo, donde el Departamento de Higiene y Seguridad Industrial apenas cuenta con unos ocho inspectores para fiscalizar si las empresas y el Estado mismo cumplen con las normas establecidas para garantizar que la persona trabajadora lo haga en condiciones que no pongan en peligro su salud física y mental.
Además de los pocos inspectores, dicho departamento tampoco está dotado de las herramientas e instrumentos que permitan que éstos hagan su trabajo con un mínimo de eficiencia.
Al respecto, Rafael Abreu (Pepe), presidente de la Central de Unidad Sindical (CNUS), aseguró que en el mundo laboral uno de los principales violadores de la seguridad en el trabajo es el propio Estado, al punto que son pocos los empleados públicos que reportan accidentes laborales.
“Pero hay más”, dice Pepe Abreu, “el mismo Estado no cobra a la ARL el dinero que tiene que cobrarle cuando ocurre un accidente de trabajo que afecta a uno de sus trabajadores”.
Culpa compartida
Abreu dice que las normas de seguridad laboral son poco observadas debido a que el Estado como garante de la protección de sus ciudadanos y de la clase trabajadora nunca le ha interesado el tema.
“Igualmente sucede con los empresarios, que incentivan a sus trabajadores a que no reporten los accidentes de trabajo y gestionan un arreglo directo cuando sucede”, apunta.
Explicó que ello sucede así porque al reportar los accidentes laborales los empresarios deben pagar más al Sistema Dominicano de Seguridad Social, sobre todo a las aseguradoras de riesgos laborales, y optan por convencer a los trabajadores de que les conviene un arreglo directo.
Asimismo, el dirigente sindical expresó que los sindicalistas dominicanos también se han olvidado de tener la seguridad laboral como una de sus principales reivindicaciones, ya que se han centrado más en el aspecto salarial.
“El hecho de que en el país haya tantos accidentes de trabajo y que se reporten tan pocos es una responsabilidad compartida de todos los sectores que tenemos que ver con lo laboral en la República Dominicana: los empresarios porque les conviene, el Estado porque no cumple su papel y nosotros los sindicalistas porque nos hemos olvidado”, subraya.
Los menos cumplidores
Tanto Pepe Abreu como Gabriel del Río, presidente de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) coinciden en señalar que los empresarios que menos observan las normas de seguridad laboral son los constructores y los agrícolas.
En sentido contrario, afirma Pepe Abreu, “el sector minero cumple casi a cabalidad con las normas de seguridad laboral, aunque fuera depreden el medio ambiente, pero hay que reconocerlo, y también los empresarios del área de las bebidas, la alimentación y los dulces”.
Gabriel del Río destacó que la importancia de prevenir los riesgos laborales y con ello evitar la incidencia de accidentes y pérdidas humanas en el trabajo, y al respecto señaló que en el país el 56% de los empleados pertenecen a la economía informal, por lo que no se registran las incidencias que se presentan en este sector.
Dejar de trabajar si hay peligro contra la vida
La abogada experta en asuntos laborales, Ebarista Rodríguez, entiende que el Ministerio de Trabajo ha hecho poco por dar a conocer y aplicar el reglamento 22-06 sobre Seguridad e Higiene en el Trabajo, el cual expresa que el trabajador tiene derecho, luego de agotar los canales internos con el empleador, de interrumpir su actividad laboral cuando la misma entraña un riesgo grave e inminente para su vida o su salud.
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