SANTO DOMINGO,R.D.- El presidente Danilo Medina ha prometido que dejará solucionada, o bien encaminada, una solución definitiva al problema energético dominicano.
Aunque este discurso lo hemos escuchado en prácticamente todos los mandatarios que hemos tenido desde la década de los 70, esta vez el optimismo tiene razón de ser.
Los sectores productivos llevan décadas quejándose de la falta de acción de los gobiernos, especialmente en ponerle freno a la carga pesada que representa el deficiente servicio, y han reclamado atención efectiva porque la crisis y los altos costos de la electricidad les dificultan alcanzar la competitividad.
Ahora bien, la administración de Medina ha demostrado valentía y decisión de Estado en la búsqueda de una salida. No podemos esconder que este problema genera vergüenza en los escenarios internacionales y que debemos reconocer el esfuerzo que hacen nuestras autoridades para atraer inversión extranjera en medio de esta debilidad que como país no podemos ocultar.
Hay dos proyectos que son vitales para la consecución de la meta de bajar los costos: las plantas a carbón de Punta Catalina, provincia Peravia, que aportarían 720 megavatios; y la terminal de gas natural que promueve Antillean Gas LTD, que desafortunadamente rechaza el Ministerio de Energía y Minas, obviando la libertad de competencia en el sector y la autonomía que deben tener los empresarios para invertir.
Resulta extraño que un solo funcionario no esté tocando los mismos acordes que traza el Presidente, pues fue Medina que en febrero del año pasado dio el primer picazo del proyecto.
Resulta extremadamente extraño que en vez de impulsar la inversión privada la estemos obstaculizando. No, así no se logrará una solución definitiva. Y lo peor del cuento es que se busca que la terminal, en vez de ser construida en San Pedro de Macorís, sea ubicada en Monte Cristi, donde no hay a quien venderle el gas.
Fuente:EL DINERO
Fuente:EL DINERO
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