SANTO DOMINGO,R.D.- Poco antes del Día de los Envejecientes, el Gobierno aprobó un presupuesto nacional para el 2016, con la ingrata noticia de que no habrá ningún aumento de las pensiones ni de los salarios. Esta es la décima vez consecutiva que el presupuesto no alcanza para tales propósitos, a pesar de que durante la década la economía creció alrededor del 60 % y el Presupuesto Nacional más que se duplicó.
Casi tres lustros después, todavía la Ley 352-98 de Protección a la Persona Envejeciente, continúa siendo letra muerta. Sólo un ejemplo: dicha ley dispone “establecer tarifas especiales en el transporte público y en las actividades turísticas”, y ni eso han recibido los pobres e ignorados “viejitos”.
Las organizaciones que trabajan a favor de los adultos mayores señalaron que en Bolivia, un país con una alta población indígena y con mayor pobreza, “por decisión política, el 100% de sus adultos mayores reciben automáticamente una pensión solidaria. Yo he señalado el tratamiento especial y considerado de que disfrutan los mayores de 60 años en Panamá, incluyendo jugosos descuentos en alimentos, transporte, boletos aéreos, restaurantes y atención médica, cines y actividades culturales, entre otros.
Todo luce indicar que estamos frente a un año más de espera, durante el cual, mientras unos disfrutan a plenitud de la “dolce vita” a costa de nuestros impuestos, cerca de un millón de adultos mayores continuarán padeciendo el doble flagelo de la pobreza y de la indiferencia, mientras otros miles desaparecerán de este mundo como lo que siempre fueron: un simple dato estadístico.
Por: Arismendi Díaz Santana
http://www.diariolibre.com/noticias/pensionados-igual-a-indigentes-XD1498707
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