Entre 2002 y principios de 2003, el Gobierno se vio en la necesidad de crear medidas urgentes para
luchar contra la crisis del sector. En primer lugar se pagó parte de la deuda atrasada con los generadores.
Adicionalmente, se crearon Instituciones Gubernamentales no Cortables, esto fue así debido a que las distribuidoras cortaron el suministro de energía a entidades públicas como hospitales y escuelas que se atrasaban en pagar las facturas. De la misma manera, se creó el Programa de Apoyo a la Eliminación del Fraude Eléctrico (PAEF) con la idea de combatir el robo de la electricidad, entre otros. Estas medidas sin embargo no fueron sostenibles.
En 2003 estalla la Guerra de Irak y el precio delbarril del petróleo aumentó nuevamente trayendo
consigo otro desequilibrio en la balanza de pagos del país. Ante esto, el Gobierno decide crear el Fondo de Estabilización de la Tarifa Eléctrica (FETE) con el objetivo de subsidiar a través de la tarifa el consumo eléctrico. Para esto se establece la Tarifa Aplicada(TA), que era la que se aplicaría a la tarifa de los clientes. Por otro lado se crea la Tarifa Indexada (TI), que corresponde a la tarifa eléctrica que “deberían”pagar los consumidores según el Índice de Precio al Consumidor de los Estados Unidos, los precios de los combustibles fósiles en el mercado internacional y la tasa de cambio, entre otros. Cuando la tarifa indexada es menor a la tarifa aplicada se generara superávit,
lo cual alimenta el FETE, mientras que en el caso contrario se genera un déficit pagado a cuenta del
FETE. Este último caso no se ha dado y el FETE termina siendo otro subsidio.
La crisis financiera de 2003 agravó aún más la situación financiera del sector. La crisis provocó una
depreciación de la moneda en casi un 67%. Esta situación deterioró el déficit financiero de las distribuidoras,que pagaban la factura de la energía compradaa los generadores en dólares y recibían ingreso por venta a los consumidores en pesos, aún a pesar de la creación del subsidio PRA y el FETE. A esto se suman los robos de energía, todo lo cual se reflejó en bajos índices de cobranza y retorno de efectivo eincapacitó a las distribuidoras a pagar e incluso a financiar la compra de los combustibles, llevando así aun deterioro visible en el suministro de energía eléctrica
y en la calidad de los servicios.
Estos problemas agravaron la crisis energética generando presión alGobierno, quien, en septiembre de 2003 como medidapara contrarrestar el problema de los apagones, re-estatizó las compañías EdeNorte y EdeSur, comprandosus acciones a Unión Fenosa.
En octubre de 2003 los organismos multinacionales sugirieron realizar una reforma en el sector eléctrico que tomara en cuenta incrementar las tarifas a los usuarios finales, cambiar el enfoque de los subsidios, regularizar los pagos a los generadores y buscarun pacto nacional entre partidos políticos, consumidores y sector privado para controlar el fraude.
Para finales de 2004, gracias a un aumento de la tarifa eléctrica y al fortalecimiento de la tasa de cambio, las pérdidas económicas del sector eléctrico mejoraron.En noviembre y diciembre de 2004, la tarifa eléctrica aumentó un promedio de 9.3% para tarifas por encima de 200 Kwh. Esto se hizo para combatirel déficit del sector en las empresas de distribución,y, a la vez, proteger a los consumidores de energíaque utilizan menos de 200 Kwh al mes.
Este artículo surge a raíz de un estudio realizado por un equipo del FMI en lo que tiene que ver con los subsidios energéticos, el equipo propone e insta a los gobiernos alrededor del mundo a reformar los productos que van desde el carbón hasta la gasolina. Sostienen que existe una ineficiencia en el subsidio de electricidad por diversas razones.
Dicen que con las reformas adecuadas los gobiernos contribuirían a aliviar las presiones presupuestarias que enfrentan. Se estima que en 2011 los subsidios ascendieron a US$1,9 billones lo que equivale a 2.5% del PIB mundial. Consideran que existe un margen para la reforma, ya que los subsidios representan altos costos para los gobiernos. Señalan que al momento de implementarse dicha reforma esto tendría efectos perjudiciales para la clase pobre por lo que proponen medidas compensatorias para su protección.
Existen varias explicaciones para la ineficiencia de los subsidios dentro de las cuales se encuentran:
• Empeoran los desequilibrios fiscales
• Sustituyen gasto público prioritario
• Deprimen la inversión privada, incluyendo la del sector eléctrico
• Distorsionan la asignación de recursos alentando al consumo excesivo de energía promocionando artificialmente las industrias incentivas en capital. Reduciendo los incentivos para la inversión en energías renovables y acelerando el agotamiento de los recursos naturales.
• Promueven la inequidad, ya que la mayoría de los subsidios benefician mayormente a la clase pudiente.
• Las generaciones futuras se ven afectadas a través de los efectos dañinos de un alto consumo de energía por el calentamiento global.
• Los subsidios imponen altos costos fiscales y económicos en la mayoría de las regiones. Las barreras que se interponen en crear subsidios eficientes son las siguientes, de acuerdo al FMI:
• Falta de información en cuanto a la magnitud de los subsidios y la diferencia de estos
• Falta de credibilidad del Gobierno y capacidad administrativa
• Problemas que conciernen a los efectos negativos que puedan caer
sobre los de escasos recursos
• Preocupación de cómo este puede afectar a la inflación y a la competitividad de las empresas locales
• Oposición por grupos que se benefician de estos subsidios
• Condiciones macroeconómicas débiles, ya que países con un gran crecimiento tienden a permitir reformas en este sector con menores protestas.
Fuentes: FMI- “Energy Subsidy Reform: Lessons and implications” Enero 2013; “El FMI observa
grandes beneficios en la reforma de los subsidios energéticos” Marzo 2013
ADIE
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