Santo Domingo,R.D.- En la década de los años 70, cuando el petróleo pasó de 3.39 a 37.42 dólares el barril, tomó gran impulso en el país el desarrollo de los proyectos hidroeléctricos. En ese tiempo la Corporación dominicana de Electricidad (CDE) tenía la Dirección de Desarrollo Hidroeléctrico que se ocupaba de:
ï Realizar los estudios y diseños, así como la supervisión y administración de la construcción de dichos proyectos, asistido por firmas dominicanas y extranjeras.
Este impulso fue frenado por intereses de algunos sectores, y por la limitación de los recursos del Estado para contrapartidas; pasado el tiempo, el costo de los proyectos aumentó, y al disminuir un poco el aceleramiento del incremento del costo del petróleo, la factibilidad económica de las hidroeléctricas frente a las termoeléctricas ya no fue tan clara.
Los proyectos que se construyeron en ese periodo fueron financiados por el BID y otras agencias de financiamiento; estos organismos, principalmente el BID, participaban en la planificación y le daban seguimiento al desarrollo hasta el final; lo que obligaba a que los costos de los productos se mantuvieron dentro de un marco, a pesar de los imprevistos y los aumentos de precios de los insumos, que permitiera esperar rendimientos parecidos a los supuestos, en lo referente al costo del kilovatio instalado y por ende al valor de la energía.
En este periodo donde se redujo mínimamente, las ventajas de las hidroeléctricas sobre las termoeléctricas, de alguna manera alejó al BID de su financiamiento con los bancos comerciales, principalmente a través de firmas brasileñas.
Ahora que el barril de petróleo está próximo a los 100 dólares, y la tendencia es a seguir subiendo, debemos estudiar la factibilidad de algunos proyectos; facilita esta acción el hecho de que la Empresa de Generación Hidroeléctrica (Egehid), cuenta con una gran cantidad de proyectos: medianos, pequeños y muy pequeños, que sería apropiado desarrollar, con financiamiento de algunas agencias de desarrollo, estas, además de las ventajas ya citadas, se ajustan mucho a nuestras condiciones y no tienen otro propósito. Esto no debe ser óbice para que se desarrollen generadoras de gas natural, que es el combustible de menor costo por BTU producido en este momento; pero como el costo de este no permanecerá estático en el tiempo, no debemos olvidar que la fuerza de gravedad y el agua son recursos renovables, y para producir energía eléctrica con ellos, el único gasto es el del emplazamiento; pues con un mínimo de mantenimiento y cuidado del medio ambiente, muy necesario para otros aspectos vitales también, estaría disponible siempre.
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