Santo Domingo,R.D.- En 2011 la Procuraduría Ambiental
registró 1,525 expedientes por contaminación sónica, un delito que
constituye la primera causa de denuncias por violación a la normativa
ambiental en República Dominicana.
Ocurría cada domingo. Pasaba de las 10:00 de la noche y todavía los cristales de las persianas se estremecían con los fuertes golpes que parecían emitir el ruido. Afuera una bocina latía con gran intensidad, como si fuera el corazón acelerado de todo el universo. Igual que en las madrugadas anteriores. La muchacha cerraba todas las puertas y persianas, intentando convertir la casa en un refugio, pero todo seguía temblando al compás de bachata, son o merengue. Deseaba llorar: el ruido le dolía en la cabeza. Entre una canción y otra, cuando el volumen de la música disminuía, le daba la impresión de que el reguero de voces sonaba con más pujanza. Pronto la música volvía a su cúspide y aplastaba los gritos. Tras varias horas, el ruido parecía generado dentro de su cabeza. Su corazón latía como una gran bocina.
Estefanía Castillo recuerda con detalles claros la caótica situación que tenía que soportar antes de que su familia tomara la decisión de mudarse de su antiguo sector, en el kilómetro 12 de la Carretera Sánchez, tomando riesgos financieros extremos dado que, con su presupuesto regular, no era precisamente una salida viable.
La situación era insoportable y las soluciones posibles eran muy reducidas, sobre todo porque la prolongada fiesta en el colmadón contaba con la anuencia de casi todos los vecinos, habilísimos en la tarea de encontrar razones para celebrar.
Aunque esta situación tenía lugar en un sector muy popular, lo cierto es que el drama de los días y madrugadas ensordecedores puede afectar igualmente a un residente de Naco, Bella Vista o la Zona Colonial, que también tienen puntos considerados críticos cuando se habla de ruido, o en áreas de escasa tolerancia, como hospitales y centros de estudios.
Según las estadísticas oficiales, se trata de la primera causa de denuncias por contaminación ambiental en todo el país. De 2,216 expedientes por contaminación sónica que manejó la Procuraduría para la Defensa del Medio Ambiente en 2011, un total de 1,525 fueron por contaminación sónica; es decir, un 68.8%.
En el caso del Ministerio de Medio Ambiente, cerca del 50% de las denuncias registradas entre octubre de 2008 y marzo de 2009, que en total ascendieron a 622, están relacionadas con la contaminación sonora.
En general, los estudios que se han llevado a cabo en los últimos años arrojan niveles de ruido muy superiores a los permitidos en la norma ambiental. La guía elaborada a partir de la disposición de la ley 287-04, sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que producen contaminación sonora, establece que para que un nivel de ruido prolongado tenga un efecto moderado sobre los humanos debe estar por debajo de los 50 decibeles (unidad empleada para medir la potencia acústica) durante el horario nocturno (de 9:00 p.m. a 7:00 a.m.) y de los 65 decibeles durante el horario diurno (de 7:00 a.m. a 9:00 p.m.); aunque el nivel permitido regularmente es mayor y puede alcanzar los 70 decibeles en zonas consideradas de alta tolerancia, por el tipo de actividad a que están destinadas.
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