La hidroelectricidad tiene una serie de ventajas como fuente de generación: aprovecha el conocimiento de nuestros propios ingenieros, tiene un gran impacto sobre la economía regional y nacional³, permite usos múltiples de los embalses (como la disponibilidad de agua para riego y para consumo humano, la promoción del turismo, la acuicultura, entre otras) y la posibilidad de mitigar crecidas.
Es necesario subrayar que, al margen de la posibilidad de contar con otras fuentes de energía que puedan complementar la capacidad de generación, son solo 3 las fuentes que permiten una base sólida, confiable y segura del sistema eléctrico: la térmica (con combustibles fósiles), la nuclear y la hidroeléctrica.
La matriz eléctrica de un país es una combinación posible de estas fuentes, a la que se suman pequeños porcentajes de fuentes complementarias y que no proporcionan “energía firme”, como la eólica, la solar, la biomasa o la geotérmica, entre otras.
Otra característica diferencial de la energía hidráulica es su alta disponibilidad de potencia; es decir, la cantidad de tiempo que una máquina está disponible para generar electricidad. La hidroeléctrica, junto con la nuclear, tiene una disponibilidad del 95%, muy superior a cualquiera de las demás tecnologías de generación4.
Si bien un proyecto hidroeléctrico tiene un alto costo inicial, porque implica inversiones cuantiosas que involucran la obra civil, los aspectos ambientales y sociales y la infraestructura complementaria (caminos, puentes, reconstrucción de la infraestructura afectada, líneas de transmisión, etc.), el costo del kw generado es el más competitivo entre todas las tecnologías de generación, ya que no requiere el uso de combustible, tienen un bajo costo comparativo de mantenimiento y tienen una larga vida útil.
El diferente comportamiento de los ríos, en cuanto a los momentos de mayor aporte de agua, constituye un elemento importante para la planificación energética. En el caso argentino, en el que la generación es predominantemente a gas, y que este combustible se utiliza masivamente en la calefacción de hogares, el periodo invernal requiere de una fuente alternativa para la generación que permita reemplazar el gas que se deriva al consumo doméstico. Es por ello que los ríos de la región Comahue –que presentan un mayor caudal en los meses de invierno– contienen un número importante de los proyectos previstos en el Plan Hidroenergético.
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