SANTO DOMINGO,R.D.- Las
reacciones del Lic. Rubén Jiménez Bichara, vicepresidente ejecutivo de
la CDEEE, a las amenazas de los generadores de apagar las plantas por
falta de pago, se parecen a la de los mala paga de los barrios que se
endeudan al famoso módico 20 por ciento mensual y después no quieren
asumir sus compromisos porque los están explotando y/o porque ya han
pagado demasiado por concepto de intereses. Los acuerdos son acuerdos y
después de usted aceptar las condiciones contractuales no le queda más
remedio que cumplirlos, por las buenas, o por las vías legales. Además,
el que debe ruega o paga, dice un viejo refrán.
Dice el Lic. Jiménez Bichara que no aceptará chantaje, al considerar
que dentro del monto de los 800 millones de dólares que reclama el
sector eléctrico se incluyen la aplicación de intereses de hasta 32 por
ciento anual a las deudas en atraso. Previamente, había dicho que no
pagará a la Compañía Eléctrica de San Pedro de Macorís (CESPEM) los 50
millones dólares que esta le cobra por explotación de las plantas
Cogentrix.
El primer riesgo al que se enfrenta cualquier prestamista es al
riesgo moral del incumplidor que cuando va a tomar un crédito se
presenta como un manso corderito y cuando se le va a cobrar se
transforma en el tigre más valiente que pueda existir en el planeta. Y
si tiene el poder de no permitir que las demandas justificadas caminen
en la justicia entonces las bravuconadas traspasan las fronteras del
espacio sideral.
Si hay un compromiso financiero que el Gobierno debe priorizar a la
hora de calendarizar sus pagos a suplidores del Estado es el del sector
eléctrico. Es valedera la crítica de que no tiene sentido que el
Gobierno aumente sus atrasos con el sector eléctrico, habiendo reducido
sustancialmente el subsidio al sector, como consecuencia de la reducción
de precio del barril del petróleo de más de 100 dólares a menos de 50.
Las finanzas públicas no están en su mejor momento, aunque parezca lo
contrario.
Tal como aclaró posteriormente el Lic. Jiménez Bichara, de la única
manera que el Estado no podría dejarse chantajear del sector generador
de energía es mediante la construcción de plantas que permitan ampliar
la capacidad instalada del Estado para producir energía en cantidad más
que suficiente para satisfacer la demanda, a fin de negociar en mejores
condiciones la entrada del sector privado a suplir la demanda
insatisfecha.
Para desgracia de los dominicanos, la llamada privatización tenía el
objetivo de producir más energía y reducir el precio de venta, mediante
la competencia entre los actores que incursionarían en la industria,
pero todo ha quedado en el vacío. Cada funcionario que llega a la CDEEE
lo primero que anuncia es que a partir de su designación revisará
contratos leoninos, construirá nuevas plantas, resolverá el problema de
las pérdidas técnicas y no técnicas, mejorará el índice de cobranza y
eliminará los fraudes.
Transcurrido el tiempo todo queda en palabras huecas, mientras la
población no termina de sufrir los apagones y la mala calidad en el
servicio que padece desde hace no menos de cinco décadas. Lo que era el
buque insignia de la actual administración de Danilo Medina, la
construcción de las dos plantas a carbón por parte de la empresa
brasileña Odebrecht en la provincia Peravia, podría quedar en veremos,
dada la difícil acusación de corrupción que enfrenta Odebrecht en ese
país.
http://www.7dias.com.do/opiniones/2015/07/26/i193312_apagones-financieros.html#.VbUK3PkvEhQ
No hay comentarios:
Publicar un comentario