“Envejecer no es nada; lo terrible es seguir sintiéndose joven”, dijo una vez el escritor irlandés Oscar Wilde.
Bienvenido a la era del envejecimiento. Con más de 800 millones de personas mayores de 60 años, y más centenarios que la población de Islandia (eso son unas 329.000 personas), el mundo se tiene que preparar para las consecuencias económicas… y sociales.
Desde un aluvión de enfermedades a flacidez de la piel y el entumecimiento de los sentidos, la tercera edad está asediada de insidiosas fallas, intervenciones médicas y pocas expectativas.
Pero, ¿puede haber un resquicio de esperanzas para aquellos que se unen a la brigada del cabello gris?
Desde la antigüedad, envejecer ha sido sinónimo de decadencia corporal.
Los griegos tenía una visión particularmente extrema, pues muchos consideraban la vejez una enfermedad.
Sin embargo, el último estudio científico sugiere que el envejecimiento, después de todo, no se traduce en un declive sin más.
Tal y como BBC Future ha explicado antes, la vida alcanza su plenitud más tarde de los que piensas.
Así que, ¿cuándo empieza la tercera edad?
El poeta florentino Dante Alighieri pensaba que a los 45.
Una encuesta hecha en Reino Unido concluyó que empieza a los 59. Y mientras mayor era el encuestado, mayor la edad que marcaba como el comienzo de la vejez.
Mientras tanto, las Naciones Unidas –y la mayoría de los científicos- la ubican a partir de los 60 años.
Menos resfríos
No sólo es el cerebro el que se hace más sabio con la edad.
El sistema inmune humano se encuentra cada día con millones de potenciales peligros. Como la fuerza policial del cuerpo, necesita aprender a detectarlos.
Para ello, produce glóbulos blancos que adaptan su apariencia a los millones de distintos invasores. Cuando reconocen a un enemigo se quedan cerca, formando una “memoria inmune”.
Así, la próxima vez que aparezca, ayudarán a movilizar una respuesta rápida.
John Upham, de la universidad de Queensland, en Australia, señala que esta memoria puede durar mucho tiempo.
“Las personas que han pasado por varias epidemias tienen un sistema inmune que puede en algunos casos recordar los virus durante40 o 50años“, explica.
“Empieza a desaparecer cuando llegas a los 70 o 80. Pero hay una buena etapa, en particular a partir de los 40 hasta los 60 y principios de los 70, en el que el sistema inmune recuerda los virus que ha experimentado a lo largo de los años”.
Esta protección acumulativa se traduce en menos resfríos.
Mientras que los veinteañeros suelen contraer dos o tres al año, el promedio para quienes están en los 50 es sólo de uno o dos.
Sin embargo, otras defensas inmunes tienden a debilitarse con los años.
El cuerpo produce menos glóbulos blancos, y se hacen perezosos.
Un sistema inmune viejo también produce menos anticuerpos, las proteínas que se adhieren a los patógenos para ayudar a identificar y eliminarlos.
Pero, ¿y si esto pudiera salvar la vida?
Sobreviviendo a brotes
La pandemia de gripe de 1918, también conocida como gripe española, fue la más mortal de la historia de la humanidad: por su causa murieron más de 50 millones de personas.
Fue más letal para aquellos que consideramos fuertes, con edades entre los 20 y 40 años.
El brote de la gripe H1N1 siguió el mismo patrón; la mayoría de las muertes fue de personas menores de 65 años.
Se cree que los virus hicieron que el sistema inmune de las víctimas reaccionara de forma exagerada.
Aquellos con un sistema inmune más vigoroso lanzaron las respuestas más dramáticas y dañinas, en lo que se conoce como “tormenta de citocina“.
Una respuesta inmune sana depende de una respuesta positiva. Cuando se detecta un patógeno, los tejidos que le rodean liberan mensajes químicos llamados citocinas que piden ayuda.
En la medida que llegan las células, estas también son alentadas liberar sustancias químicas, lo que hace que lleguen más células.
Pero algunas veces este ciclo se sale de control, matando células sanas y originando una inflamación potencialmente fatal.
Todavía no se sabe qué desata esta tormenta, pero su constante estudio ha inspirado un nuevo tratamiento para la gripe que actúa en la tormenta de citocina, en vez de en el virus.
Menos alergias
Para los que sufren de alergias también hay buenas noticias.
Si bien todavía la principal causa de las alergias es objeto de mucho debate, todas están mediadas por anticuerpos.
El principal culpable es inmunoglobulina E y, como los otros anticuerpos, su producción disminuye con la edad.
Mitchell Grayson, del Hospital de Niños de Wisconsin, Estados Unidos, señala quemientras más edad tiene la persona, menos severos tienden a ser los síntomas.
“Es en la niñez cuando las alergias tienen su punto cumbre, luego parecen disminuir en la adolescencia y en los 20. En los 30 hay un resurgimiento hasta que las personas llegan a sus 50 y 60, cuando los síntomas tienden a ser menos comunes”.
Más inteligencia
No escasean los términos para describir los efectos destructivos de la vejez en el cerebro.
Sin embargo, en una serie de habilidades de vital importancia, los cerebros de más edad resultan ser más inteligentes.
Michael Ramscar, de la universidad de Tubinga, en Alemania, explica quetenemos una confusión sobre cómo envejece el cerebro.
“El número de neuronas del cerebro humano llega a su máximo durante las 28 semanas después de nacer, y hasta la mitad de las neuronas producidas mueren hacia el final de la adolescencia. Debido a que no solemos pensar en el período desde que nacemos hasta los 18 años como uno de declive horrible, parece seguro concluir que el tamaño del cerebro medido por el número de neuronas no es un gran indicador de nada”.
El estudio longitudinal de Seattle ha hecho un seguimiento de las habilidades mentales de 6.000 personas desde 1956.
Es la investigación más larga de su tipo, en el que se examina a los mismos voluntarios cada siete años.
Mientras que los más mayores no son tan buenos en matemáticas y son más lentos en la respuesta de comandos, quienes se encontraban a finales de los 50 y los 60 fueron mejores que los veinteañeros en lo que se refiere a vocabulario, orientación espacial, memoria verbal y habilidades para responder problemas.
Gary Small, quien estudia psiquiatría geriátrica en el Instituto de la Investigación del Cerebro de la Universidad de California, considera que esto se debe al conocimiento acumulado a lo largo de la vida.
“Las personas desarrollan una mayor perspectiva sobre lo que de verdad importa, la capacidad para responder problemas se simplifica tras años de práctica. Y también está la acumulación de ciertos tipos de conocimiento, lo que se conoce como inteligencia cristalizada“.
Mejor sexo
Varios estudios han demostrado que las personas de más edad tiene más –y mejor- sexo de lo que se cree.
Un estudio sobre la actividad sexual y satisfacción de las mujeres en los 80 años arrojó que la mitad de las encuestadas todavía tenía orgasmos “siempre” o “la mayoría de las veces” durante el acto sexual.
Otros estudios han llegado a conclusiones similares – uno sobre personas de más de 60 años determinó que el 74% de los hombres y el 70% de las mujeres informaron tener más satisfacciones sexuales que cuando estaban en los 40.
Tara Saglio, una terapeuta de relaciones de pareja en Londres, considera que estos resultados se deben a que las mujeres de más edad son menos inseguras.
“Las mujeres mayores se muestran más seguras para expresar su sexualidad, y es esto lo que hace que el sexo sea mejor”.
Menos migrañas
Con la edad, las migrañas se pueden convertir en algo más suave que un dolor de cabeza.
Un estudio sueco con pacientes mayores de 18 años descubrió que los episodios se hacen más cortos, menos dolorosos y menos frecuentes en la medida que la gente se hace mayor.
De las 374 personas que participaron en la investigación, solo cuatro desarrollaron dolores de cabeza crónico.
Menos sudor
Las glándulas sudoríparas se encogen y se hacen menos numerosas con la edad.
La ciencia indica que las personas que están en los 20 pueden esperar sudar más que quienes están en los 50 y a principios de los 60.
Engañando a la muerte
¿Todavía no estás convencido? Incluso a una edad avanzada, la muerte no necesita estar tan cerca como se podría esperar.
Hoy en día los más mayores están más sanos que nunca, y se encuentran frente una buena probabilidad de celebrar algunos cumpleaños más.
Entre 2011-2014, la persona promedio de 25 años tenía una expectativa de vida de 84 años (para las mujeres) u 80 años (para los hombres), mientras que alguien de 95 años podría esperar celebrar su cumpleaños 98 (mujeres) o 97 (hombres).
Incluso a los 80, las mujeres tienen un 95% de probabilidades de vivir otro año más.
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