SANTO DOMINGO,R.D.- El margen bruto por galón de combustible que recibe el propietario de una estación o “bomba” de gasolina en la Republica Dominicana es el más alto entre
los detallistas de hidrocarburos de Centroamérica y gran parte de
América del Sur.
En Centroamérica, el margen bruto promedio del detallista varía entre
el 4 y 6 % del precio final que paga el consumidor por cada galón,
mientras que las estaciones gasolineras dominicanas se quedan con un
margen que oscila entre el 10 y el 11% por disposición del propio
Gobierno (Resolución No.202, Ministerio de Industria y Comercio, 2014).
Esa es la razón – en parte – del vigoroso crecimiento y
diversificación del número de estaciones de gasolina con nombres y
colores diferentes a los del viejo oligopolio que integraban Texaco,
Shell y Esso.
Con ese margen, si una “bomba” vende – por ejemplo – 2 mil galones
diarios de gasolina regular a precio de 200.10 pesos, su margen bruto
promedio ascendería a 40,020 pesos por día y a 1, 200,600 (un millón
doscientos mil seiscientos) pesos por mes. A esta cantidad habría que
agregarle los márgenes recibidos por la venta de la gasolina premium, el
gasoil regular y premium y los aceites para vehículos de motor.
Como un gran número de estaciones bien situadas en la capital y
ciudades del interior venden varios miles de galones de gasolinas y
gasoil por día, es razonable pensar que las mismas reciben más de una
decena de millones de pesos por mes como margen bruto.
Además, en muchos casos una sola empresa detallista de combustibles
es dueña de varias “bombas” en una misma ciudad o en diferentes puntos
del país.
Naturalmente, margen bruto no significa beneficio neto, porque la
empresa tiene que recuperar las inversiones realizadas en terrenos,
edificaciones, depósitos, cisternas y ductos especiales y pago de
impuestos, así como las maquinarias especiales y específicas para el
expendio de los combustibles. Además, deberá cubrir los costos
operacionales en personal, electricidad, seguridad, agua y otros
necesarios para el funcionamiento del negocio.
Sin embargo, se sabe que estos costos operacionales son relativamente
bajos en comparación con el volumen diario de venta de una estación
gasolinera, comenzando porque el personal típico de una estación no pasa
de cinco u ocho empleados y, por otro lado, las inversiones principales
iniciales se hacen en activos de escasos riesgos (terrenos, depósitos,
bombas, etc.) y que se amortizan en largos plazos.
Si en naciones como Panamá, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Costa
Rica, Colombia y Perú, entre otras sociedades, el margen bruto para el
detallista no pasa del 6%, es porque ese número es suficiente para
cubrir costos y obtener ganancias razonables, por lo que es evidente
que el 10% o más que estamos pagando los dominicanos por cada galón es
un margen exagerado a favor del dueño de la “bomba” y con el apoyo del
Gobierno.
Los llamados combustibles de automoción (gasolinas, gasoil,
lubricantes) son un importantísimo insumo de trabajo y producción en una
sociedad que mantiene un caótico e ineficiente sistema de transporte
público y un crecimiento desordenado de las grandes ciudades y sus
periferias. En consecuencia, si aparte los exorbitantes impuestos, el
Gobierno apoya la exacción de rentas exageradas en forma de márgenes
abultados para beneficios de intermediarios, podría concluirse que el
negocio de los combustibles, cada vez más en manos de políticos y
allegados, es un factor que empobrece a gran parte de la población,
¡precisamente la más productiva!
http://acento.com.do/2015/opinion/8276064-el-floreciente-negocio-de-las-gasolineras/
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