Redacción
BBC Mundo
Sólo
el 20% de la población mundial tiene jubilación.
Después de años de trabajo, llega una
edad en la que la etapa laboral se termina y comienza un tiempo destinado a
descansar y disfrutar de una merecida recompensa: la jubilación o pensión.
Sin embargo esa dista de ser la
situación de muchos adultos mayores, que necesitan seguir trabajando o dependen
de la ayuda de sus hijos u otros familiares para llegar a fin de mes.
De hecho ocho de cada diez personas en
el mundo no tienen jubilación ni pensión y por lo tanto dependen de otras
fuentes de ingreso.
Según la Organización Mundial del
Trabajo (OIT), la situación económica de los adultos mayores en América Latina
depende de manera crucial de la situación económica y laboral de las personas
más jóvenes que tienen a su cargo los cuidados.
El panorama es muy heterogéneo entre
los países de la región. La situación de Brasil y Chile, por ejemplo, es mucho
mejor que la de otros como Haití o Jamaica, cuya pobreza afecta en ambos casos
a más de la mitad de la población de más de 60 años.
En muchos casos la jubilación no
resulta suficiente y por este motivo las personas mayores siguen participando
en el mercado de trabajo, principalmente en el sector no estructurado de la
economía y recibiendo poco dinero a cambio.
La falta de ingresos en la vejez es un
problema generalizado en muchos países.
En la República Dominicana, Colombia y
El Salvador esta situación afecta a más de la mitad de la población de 60 años
y más.
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