COSTA RICA.- Eliminar las pensiones de lujo de los políticos y los privilegiados no es un asunto de cuánto más o menos inciden en el déficit fiscal del país. Es un tema esencial y de principios para adecentar la vida cívica y política de Costa Rica.
Hay un grupo de privilegiados, entre exministros, exmagistrados y jueces, exdiputados, expresidentes ejecutivos, y exaltos funcionarios y los bancos públicos, que reciben pensiones desproporcionadas y multimillonarias, en relación con las del común de los mortales, después de cotizar iguales años por el sistema de la CCSS.
Eso no puede ser. Ni siquiera en los países desarrollados y ricos sucede esta barbaridad. Hay pensiones ofensivas en Costa Rica de mucho más de ¢10 millones, equivalentes algunas hasta US$25.000 o más.
Esta desvergüenza comenzó hace mucho tiempo. Unos diputados pícaros del PLN y el PUSC se inventaron el Régimen de Hacienda. A la par se desarrollaron otros regímenes en el Poder Judicial y para los académicos de las universidades públicas, sin que la Asamblea Legislativa hiciera nada por hacer justicia con la mayoría y eliminar esta vergüenza nacional, entre unos privilegiados y ciudadanos de primera clase y el resto de los pensionados.
Con el agravante, fuera de toda ética y moral política que, además, estos señores siguen hablando y pontificando sobre los problemas del país y activos en sus profesiones y partidos políticos. Habría que decirles: ¿por qué no se callan, señores? Dejen de hablar paja. En política primero se da el ejemplo.
Nadie en este país debería tener una pensión con cargo a fondos públicos, de más de ¢3 millones (unos US$5.000), por más méritos, capacidad y servicios al país que le haya prestado durante su vida de trabajo. Después del retiro eso es más que suficiente para vivir decentemente. El resto de los ingresos que cada quien se lo gane con sus ahorros y su trabajo honesto.
En la Asamblea Legislativa y con la periodista Pilar Cisneros como moderadora, los diputados Rafael Ortiz, Natalia Díaz, Marcela Guerrero y un grupo de expertos organizaron una actividad para denunciar, enfrentar, unir esfuerzos y acabar con las pensiones de lujo. Nuestro respeto a estas nobles personas.
Sobre todo, felicitaciones a los dos candidatos a la Presidencia de la República, Fabricio Alvarado y Carlos Alvarado, que ese día se comprometieron y firmaron un documento para acabar con esta vergüenza y esta arbitrariedad nacional.
Un acto que los ennoblece y pone en buena perspectiva ética al futuro gobierno. De algo está comenzando a servir el cataclismo electoral de febrero.
Cuando pasan estas cosas uno recupera la fe en la política y siente que este país tiene reservas morales y éticas para enfrentar la corrupción y la impunidad de aquellos políticos y exaltos funcionarios de los poderes del Estado que, por años, han abusado de este país y de su pueblo. Vamos por el buen camino.
Acabemos con las pensiones de lujo.
http://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/354675/las-pensiones-de-lujo
Así debería hacerse en Republica Dominicana y otros países que sufren el mismo abuso. Ojalá aparezca ese grupo de gente que aún le importa su nacion Y la calidad de vida de los verdaderos trabajadores, que si merecen una pension digna.
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