GINEBRA. Los detectores del CERN, el Centro Europeo de Física de Partículas, comenzarán por primera vez este miércoles a registrar datos de los choques producidos por dos haces de protones que colisionarán a una energía de 13 TeV (teraelectronvoltios).
El pasado 21 may, por primera vez en la historia, el Gran Acelerador de Hadrones (LHC) del CERN consiguió que un haz de protones circulase a una energía de 6,5 TeV lo que permitió las colisiones a una energía de 13 TeV.
Esas primeras colisiones se realizaron para poder comprobar los sistemas que protegen al propio acelerador, a los imanes y a los detectores de las partículas que se desvían del haz.
Era clave que los test de seguridad se realizaran al mismo tiempo que los haces de protones circulaban y colisionaban entre ellos, para poder verificar como funcionan en condiciones reales.
Desde entonces los científicos han estado poniendo a punto los aparatos para comenzar a recabar datos con los cuatro detectores: ALICE, ATLAS, CMS y LHCb.
El CERN anunció que este miércoles comenzará la recolección de datos, algo que no sucede en los últimos 27 meses, dado que el HLC ha estado sometido a labores de mantenimiento, según un comunicado.
Los choques se producirán a una energía nunca conseguida hasta el pasado mes, por lo que no se sabe qué datos se recolectarán y la expectativa es mayúscula.
"Esta nueva etapa marcará el comienzo de la estadio 2 del LHC, lo que abrirá el camino a nuevos descubrimientos", indica el escueto comunicado.
En esta nueva etapa de operaciones, el acelerador mejorado podrá utilizar toda su capacidad en el periodo comprendido entre 2016 y 2018, durante el cual pretende arrojar luz sobre la composición de la materia oscura.
El LHC es el mayor y más potente acelerador del mundo, con imanes conductores que funcionan a modo de pilas, y su energía almacenada equivale a la de un portaaviones desplazándose a 43 kilómetros por hora o a la de un avión Airbus 380 volando a setecientos kilómetros.
El acelerador tiene la forma de un anillo de 27 kilómetros de circunferencia y se encuentra dentro de un túnel localizado a unos ochenta metros bajo tierra, entre Suiza y Francia.
Para funcionar requiere estar a una temperatura de 217 grados centígrados bajo cero, más baja que la del espacio.
En 2012, el LHC permitió uno de los mayores descubrimientos realizado hasta la fecha en el mundo de la física: demostrar empíricamente la existencia del bosón de Higgs, lo que confirmó el Modelo Estándar en el que se basa la física de partículas.
El pasado 21 may, por primera vez en la historia, el Gran Acelerador de Hadrones (LHC) del CERN consiguió que un haz de protones circulase a una energía de 6,5 TeV lo que permitió las colisiones a una energía de 13 TeV.
Esas primeras colisiones se realizaron para poder comprobar los sistemas que protegen al propio acelerador, a los imanes y a los detectores de las partículas que se desvían del haz.
Era clave que los test de seguridad se realizaran al mismo tiempo que los haces de protones circulaban y colisionaban entre ellos, para poder verificar como funcionan en condiciones reales.
Desde entonces los científicos han estado poniendo a punto los aparatos para comenzar a recabar datos con los cuatro detectores: ALICE, ATLAS, CMS y LHCb.
El CERN anunció que este miércoles comenzará la recolección de datos, algo que no sucede en los últimos 27 meses, dado que el HLC ha estado sometido a labores de mantenimiento, según un comunicado.
Los choques se producirán a una energía nunca conseguida hasta el pasado mes, por lo que no se sabe qué datos se recolectarán y la expectativa es mayúscula.
"Esta nueva etapa marcará el comienzo de la estadio 2 del LHC, lo que abrirá el camino a nuevos descubrimientos", indica el escueto comunicado.
En esta nueva etapa de operaciones, el acelerador mejorado podrá utilizar toda su capacidad en el periodo comprendido entre 2016 y 2018, durante el cual pretende arrojar luz sobre la composición de la materia oscura.
El LHC es el mayor y más potente acelerador del mundo, con imanes conductores que funcionan a modo de pilas, y su energía almacenada equivale a la de un portaaviones desplazándose a 43 kilómetros por hora o a la de un avión Airbus 380 volando a setecientos kilómetros.
El acelerador tiene la forma de un anillo de 27 kilómetros de circunferencia y se encuentra dentro de un túnel localizado a unos ochenta metros bajo tierra, entre Suiza y Francia.
Para funcionar requiere estar a una temperatura de 217 grados centígrados bajo cero, más baja que la del espacio.
En 2012, el LHC permitió uno de los mayores descubrimientos realizado hasta la fecha en el mundo de la física: demostrar empíricamente la existencia del bosón de Higgs, lo que confirmó el Modelo Estándar en el que se basa la física de partículas.
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