Si nos centramos en cuanta energía consume un parque o en cómo contribuye al
aumento del efecto invernadero anómalo y, por tanto, al temible cambio
climático debido a las emisiones de CO2, es preciso que, al menos, consideremos
los siguientes apartados:
-Energía eléctrica
que consumen sus elementos (luminarias, fuentes, etc.)
-Gasolina y gasoil
que se consume en los trabajos de mantenimiento (desbrozado, poda, recortes,
fumigados, transportes varios, etc).
Y ello porque para generar la electricidad consumida en el parque, se emiten grandes cantidades de CO2, lo mismo que sucede al “quemar” la gasolina o el gasoil en los motores de las máquinas utilizadas e incluso al obtener dicho combustible (extracción del petróleo, destilación y transporte).
¿De qué cantidades
estamos hablando?
En la generación eléctrica, 1 kWh consumido, corresponde en promedio, a una emisión de CO2 de unos 90 g (lógicamente esta cantidad es aproximada ya que varía muchísimo dependiendo de la tecnología de generación)
Por otra parte, 1 L de gasolina quemado
en una desbrozadora o similar, supone unas emisiones directas aproximadas de
2,5 kg de CO2 a los que habría que sumar más de 5 kg de CO2 generados al
producir ese litro de gasolina. En el caso del gasoil las cantidades son
parecidas, pues se generan unos 2,65 kg de CO2 por litro consumido.
Hablamos, por tanto, de unas cantidades
enormes, que se disparan si las labores de mantenimiento con maquinaria son
elevadas y que pueden dar lugar a que un parque o zona verde en vez de ser un
sumidero de CO2 sea un emisor neto y,
por tanto, perjudique a nuestro entorno.
La solución, como hemos mencionado
al principio, diseñar el espacio y su mantenimiento con criterios de
sostenibilidad medioambiental, lo cual da lugar a magníficos parques
perfectamente integrados en su entorno y aportando beneficios netos en todos
los ámbitos.
El
objetivo de las emisiones cero
Ese debe ser el objetivo que nos mueva al gestionar un espacio verde y nos
aproximamos a él si la maquinaria que se utiliza en su conservación es
eléctrica y sus baterías se recargan en el propio parque mediante pérgolas
provistas de paneles fotovoltaicos que suministran in situ toda la energía
eléctrica necesaria y el mismo criterio se ha de aplicar también a las
luminarias y a todo elemento eléctrico del espacio, pues debiera estar
alimentado por paneles solares instalados en el propio parque … ya que no hemos
de olvidar que la energía solar representa una tecnología madura, asequible,
limpia y estéticamente integrable en cualquier entorno.
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