viernes, 27 de septiembre de 2019
Un pacto hacia la Cobertura Universal de Salud
Santo DOMINGO,R.D.- La salud es una condición resultante, en un país o una región, de las dimensiones sociales, económicas y ambientales del desarrollo, porque como derecho humano fundamental e inalienable de todo ser humano, sin distinción de ningún tipo, el disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, es un logro integral centrado en las personas y que no debe dejar atrás a nadie, llegando primero a los más rezagados.
Por lo anteriormente expresado se explica que cada vez más se considera que es necesario un firme compromiso político y social de hacer frente al reto de financiar y crear un entorno propicio a todos los niveles para el desarrollo sostenible, con un espíritu de asociación y solidaridad nacional, en el que la Cobertura Universal de Salud sea fundamental para el logro de vidas sanas a lo largo de toda la vida y para el bienestar para todos, para alcanzar los objetivos de desarrollo social y económico relacionados no sólo con la salud, sino también con la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones; el aseguramiento de una educación de calidad; el logro de la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer; proporcionar trabajo decente y crecimiento económico; reducir las desigualdades; garantizar una sociedad justa, pacífica e inclusiva; y crear y fomentar actuaciones y gestiones participativas. La salud es la inversión más importante en el capital humano y el desarrollo social y económico, por lo que un compromiso político y social por la Cobertura Universal de Salud contribuye significativamente a la promoción y protección de los derechos humanos y al empoderamiento en ciudadanía de todas las personas.
Ahora bien, la Cobertura Universal de Salud implica que todas las personas tienen acceso, sin discriminación, a conjuntos determinados a nivel nacional de los servicios esenciales de salud de carácter promocional, preventivo, curativo, rehabilitador y paliativo necesarios, así como seguros, asequibles, eficaces y de calidad, sin exponer a los usuarios a dificultades financieras, con especial énfasis en los sectores pobres, vulnerables y marginados de la población.
Es por ello que debemos aceptar y promover que es indispensable e irrenunciable procurar que nuestros sistemas nacionales de Salud y de Seguridad Social sean sólidos, resistentes, funcionales, bien gobernados, receptivos, responsables, integrados, basados en la comunidad, centrados en las personas y capaces de prestar servicios de calidad, apoyados por una fuerza de trabajo competente en el ámbito de la salud, una infraestructura de salud adecuada, marcos legislativos, jurídicos y reglamentarios propicios, así como una financiación suficiente y sostenible.
Es irrebatible la premisa, cada vez más reconocida y aceptada por la ciudadanía, de que debe ser una realidad incuestionable el reconocer la necesidad de hacer frente a las desigualdades en materia social, económica y ambiental, con énfasis en la salud, mediante un gran pacto político y social, generador de planes y políticas nacionales, así como de cooperación internacional, centrado en dichos objetivos. Esto es lo que en estos días muchos actores sociales y políticos llaman Pacto por la Salud y que en los sistemas nacionales de Salud y Seguridad Social se denomina Plan Nacional Decenal de Salud (PLANDES), por lo que recientemente han hecho públicos, en un Foro Nacional, con participación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y países de la región, importantes elementos constitutivos de un Pacto por la Salud en el que se asumiría que la Estrategia de Atención Primaria Integral para la Salud (EAPIS) será imprescindible en su ejecución, porque pone a las personas en contacto por primera vez y toda la vida con las iniciativas y los servicios de salud ofertados e implementados por ambos sistemas, lográndose la Cobertura Universal de la Salud.
Este importante componente de un pacto político y social por la salud, que se expresaría en el Plan Nacional Decenal de Salud, es importante señalar que debe ser concebido, propuesto y aplicado reconociendo que la participación de las personas, en particular de las familias, la sociedad civil organizada con misiones en el campo de la salud, los gremios de la salud, las instituciones de educación superior, las iniciativas feministas, las asociaciones profesionales y las comunidades, es un componente básico de la gobernanza del sistema de salud y es clave a fin de empoderar plenamente a todas las personas para que mejoren y protejan su propia salud. La formulación y el consenso participativo, a nivel nacional y multisectorial, de un Plan Nacional Decenal de Salud (PLANDES), para la década 2020-2029, es la clave y la garantía de un verdadero Pacto por la Salud para la Cobertura Universal de Salud.
https://hoy.com.do/un-pacto-hacia-la-cobertura-universal-de-salud/
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