SANTO DOMINGO,R.D.- El 70% del agua que cae en el territorio nacional es desaprovechada por la falta de depósitos reguladores, o presas, lo que impacta negativamente en los peores períodos de sequía, por lo que se requiere la construcción de nueve embalses en un período de 20 años, con una inversión aproximada de RD$96,000 millones.
Con esas infraestructuras podría utilizarse mejor la disponibilidad del agua del país, estimada en 34,000 millones de metros cúbicos al año, en promedio.
Durante las sequías esa capacidad baja a 7,000 millones de metros cúbicos, mientras la demanda es de 9,000 millones de metros cúbicos.
Esas explicaciones fueron ofrecidas por el arquitecto Alejandro Montás y los ingenieros Olgo Fernández, Elíseo González y Horacio Mazara durante su participación ayer en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, donde señalaron la necesidad de aumentar los recursos que recibe el sector agua para enfrentar las deficiencias en el almacenamiento y la prolongación de los períodos de sequía.
Montás, director de la Corporación del Acueducto y Alcatarillado de Santo Domingo (CAASD), lamentó que no haya actualmente suficientes depósitos reguladores para almacenar las precipitaciones que caen todo el año, por lo que es urgente la construcción nuevas estructuras para satisfacer la demanda.
“Ese es el problema, es la construcción de depósitos reguladores lo que hace falta, si lo aprovecháramos el país no tuviera problemas de sequía, porque desde ahí pudiéramos cubrir la parte agrícola, energética y la parte del consumo humano”.
Con esas infraestructuras podría utilizarse mejor la disponibilidad del agua del país, estimada en 34,000 millones de metros cúbicos al año, en promedio.
Durante las sequías esa capacidad baja a 7,000 millones de metros cúbicos, mientras la demanda es de 9,000 millones de metros cúbicos.
Esas explicaciones fueron ofrecidas por el arquitecto Alejandro Montás y los ingenieros Olgo Fernández, Elíseo González y Horacio Mazara durante su participación ayer en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, donde señalaron la necesidad de aumentar los recursos que recibe el sector agua para enfrentar las deficiencias en el almacenamiento y la prolongación de los períodos de sequía.
Montás, director de la Corporación del Acueducto y Alcatarillado de Santo Domingo (CAASD), lamentó que no haya actualmente suficientes depósitos reguladores para almacenar las precipitaciones que caen todo el año, por lo que es urgente la construcción nuevas estructuras para satisfacer la demanda.
“Ese es el problema, es la construcción de depósitos reguladores lo que hace falta, si lo aprovecháramos el país no tuviera problemas de sequía, porque desde ahí pudiéramos cubrir la parte agrícola, energética y la parte del consumo humano”.
En cuanto al programa de construcción de presas, Fernández, director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), citó la de Alto Yuna, que resolvería el problema de las inundaciones y abastecería de agua a las provincias Duarte, Hermanas Mirabal, Monseñor Nouel y Sánchez Ramírez.
Asimismo la presa Ámina-Magua, en San José de las Matas, Santiago, con la que se garantizaría un metro cúbico de agua adicional para esa zona.
Con la presa La Boca de los Ríos, en Guayubín, Montecristi, se resolvería un problema de control de inundaciones para la Línea Noroeste, expresó Fernández.
“En la región Este tenemos identificada la presa de Chavón, exclusivamente para el consumo humano, para suplir de agua a El Seibo, Hato Mayor, La Romana y La Altagracia”.
De acuerdo con su propuesta, también deberían construirse dos presas aguas arriba de las presas de Tavera y Bao.
“Igualmente tenemos un proyecto identificado en San José de Ocoa, en el río Nizao, con el que también se servirá agua a la provincia Peravia; además la presa de Joca, en Elías Piña, y la de Yásica, en Espaillat”.
Agua disponible. González, director de Planificación del Indrhi, expresó que “el problema es que no tenemos los almacenamientos para transferir agua de un año hidrológico a otro, nosotros apenas tenemos 6,800 kilómetros cuadrados de todo el territorio nacional controlado con presas de propósito múltiple, que son las de gran almacenamiento y las que regulan el agua.
“Eso representa apenas el 14% del territorio, por lo que en el 86% restante no hay control del almacenamiento de agua”.
Al hacer el señalamiento expresó que el almacenamiento útil de agua, en todas las presas, ronda los 1,800 millones de metros cúbicos por persona al año, muy por debajo de los estándares establecidos.
“España tiene 10,000 metros cúbicos por personas al año, y ningún país desarrollado tiene menos de 3,000 metros cúbicos por persona al año. Entonces hay una insuficiencia de la infraestructura, lo cual se suma la obsolescencia de algunas presas y a la sedimentación”, destacó.
Mazara, director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), destacó que la región Este y la zona del Atlántico deben tener prioridad cuando se ejecuten las referidas obras, ya que en estas no hay un solo embalse, lo que contrasta con su pujante sector turístico.
“Estamos proponiendo tres presas de agua potable en los ríos Chavón, Sanate y El Soco, porque el desarrollo del turismo no se detiene y por tanto es de alto consumo de agua, dijo Mazara.
La sedimentación, otro problema. A la falta de presas se suma otra situación grave: la sedimentación en las existentes. En ese sentido Fernández afirmó que esa sedimentación le roba espacio a 370 millones de metros cúbicos de agua, que representan la misma capacidad de las presas más grandes del país. Para extraer el material sedimentado se necesitarían alrededor de RD$4,000 millones, fondos con los que no cuenta el Indrhi.
Asimismo la presa Ámina-Magua, en San José de las Matas, Santiago, con la que se garantizaría un metro cúbico de agua adicional para esa zona.
Con la presa La Boca de los Ríos, en Guayubín, Montecristi, se resolvería un problema de control de inundaciones para la Línea Noroeste, expresó Fernández.
“En la región Este tenemos identificada la presa de Chavón, exclusivamente para el consumo humano, para suplir de agua a El Seibo, Hato Mayor, La Romana y La Altagracia”.
De acuerdo con su propuesta, también deberían construirse dos presas aguas arriba de las presas de Tavera y Bao.
“Igualmente tenemos un proyecto identificado en San José de Ocoa, en el río Nizao, con el que también se servirá agua a la provincia Peravia; además la presa de Joca, en Elías Piña, y la de Yásica, en Espaillat”.
Agua disponible. González, director de Planificación del Indrhi, expresó que “el problema es que no tenemos los almacenamientos para transferir agua de un año hidrológico a otro, nosotros apenas tenemos 6,800 kilómetros cuadrados de todo el territorio nacional controlado con presas de propósito múltiple, que son las de gran almacenamiento y las que regulan el agua.
“Eso representa apenas el 14% del territorio, por lo que en el 86% restante no hay control del almacenamiento de agua”.
Al hacer el señalamiento expresó que el almacenamiento útil de agua, en todas las presas, ronda los 1,800 millones de metros cúbicos por persona al año, muy por debajo de los estándares establecidos.
“España tiene 10,000 metros cúbicos por personas al año, y ningún país desarrollado tiene menos de 3,000 metros cúbicos por persona al año. Entonces hay una insuficiencia de la infraestructura, lo cual se suma la obsolescencia de algunas presas y a la sedimentación”, destacó.
Mazara, director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), destacó que la región Este y la zona del Atlántico deben tener prioridad cuando se ejecuten las referidas obras, ya que en estas no hay un solo embalse, lo que contrasta con su pujante sector turístico.
“Estamos proponiendo tres presas de agua potable en los ríos Chavón, Sanate y El Soco, porque el desarrollo del turismo no se detiene y por tanto es de alto consumo de agua, dijo Mazara.
La sedimentación, otro problema. A la falta de presas se suma otra situación grave: la sedimentación en las existentes. En ese sentido Fernández afirmó que esa sedimentación le roba espacio a 370 millones de metros cúbicos de agua, que representan la misma capacidad de las presas más grandes del país. Para extraer el material sedimentado se necesitarían alrededor de RD$4,000 millones, fondos con los que no cuenta el Indrhi.
Ante esa problemática la entidad le ha ofrecido al sector privado, específicamente a las granceras, la posibilidad de extraer ese material de las presas de Monción, Sabaneta y Valdesia, “pero no ha habido una respuesta positiva porque es más fácil para ellos sacar de la orilla de los ríos el material que se utiliza para la construcción”.
http://hoy.com.do/en-rd-70-agua-se-desaprovecha-por-falta-de-presas/
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