A la hora de realizar un contrato para el suministro eléctrico
con una comercializadora puede surgirnos una duda ante las dos opciones de
facturación existentes: ¿precio fijo o indexado?
En primer caso tenemos la factura a coste fijo por la cual
pagaremos el mismo PREcio RD$/Kwh. para cada período tarifario durante toda la
vigencia del contrato (excepto, la parte regulada por el gobierno). Esto
puede ser de gran utilidad para hacer previsiones de precio en relación a
consumos históricos y en consecuencia permite hacer una planificación de los
costos asociados a energía más certeros.
Por otro lado, está la facturación o tarifa indexada, en la cual
se factura al cliente el precio real de la energía y los costos de operación de
sistema. En este caso no se puede hacer una previsión tan certera ya que el
precio de la energía no queda definido hasta el día anterior, pero el precio al
que finalmente pagaremos la energía será el del mercado real. La tarifa aplicada vigente resulta
menor que la indexada en cada mes.
¿Pero vale realmente la pena tener un contrato indexado con el
riesgo de estar expuesto a las variaciones del mercado?
La respuesta evidentemente no es sencilla y no será la misma en
todos casos pero, actualmente, se podría decir que acostumbra a ser positivo.
Para poder entenderlo mejor es necesario conocer el origen de los precios de la
energía.
Como ya hemos mencionado, un contrato indexado utiliza para
facturar el precio diario, resultado de las subastas entre generadores y
compradores que se realizan en el SENI. Fuentes de energía como la eólica
y la hidraulica son muy dependientes de las condiciones climáticas. Además en
este último caso se trata de unas energías con costos de producción muy bajos.
Así pues, un día en que se prevean grandes cantidades de viento el precio de la
energía caerá ya que se podrá producir mucha energía a bajo costo. Por el
contrario, si no hay viento y además los precios de los combustibles se
disparan.
En un contrato a costo fijo la comercializadora debe preveer los
precios futuros de la energía y aplicarles unos factores de riesgo para
protegerse ante subidas no previstas. Cada comercializadora tiene sus métodos
pero una de las referencias es el mercado de futuros en el que se puede
comprar la energía con hasta dos años de antelación.
Hay que tener en cuenta que el precio de la energía es muy
volátil. En conjunto el precio fijo acostumbra a ser muy conservador, por lo
que si primamos el reducir costos, no tenderá a ser la solución más adecuada.
En definitiva una factura indexada hoy por hoy en general resulta más ventajosa
ya que el riesgo a que se dispare el precio es bajo y el potencial de ahorro es
alto.
https://www.ipsom.com/2013/09/es-mejor-la-factura-comercial-o-indexada-de-electricidad/
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