Allí propuso la disposición del Gobierno de aceptar la participación del sector privado en la solución al problema eléctrico, incluyendo inversión nacional y extranjera en la construcción de las plantas de Punta Catalina.
Medina hizo referencia explícita al pedido de organismos internacionales de financiamiento, bancos de inversión y firmas calificadoras de riesgo que venían resaltando, desde hace años, la necesidad de invertir en tecnologías de generación que permitan reducir el costo promedio de producir electricidad en el país.
En este mismo escenario el empresario Rolando González Bunster, de la empresa InterEnergy, le tomó la palabra al mandatario, dando un paso adelante para ayudar a incorporar, con una inversión inicial de US$200 millones, nuevas tecnologías de comercialización, medición y fortalecimiento de las redes de distribución.
La decisión de González Bunster, que de seguro será imitada por otros tantos empresarios dominicanos, además de aquellos potenciales inversionistas, merece un reconocimiento especial. Si realmente se quiere finiquitar con este cáncer que daña la competitividad del país, sin importar el ángulo desde el que se mire, ahora es un momento oportuno.
Ya está el primer paso y una propuesta concreta; el Gobierno está dispuesto a permitir la participación privada en la solución de la crisis crisis eléctrica y los precios del petróleo rondan los US$30.00 el barril. Ponerse de acuerdo, con un escenario tan favorable, no puede ser tan difícil.
El Pacto Eléctrico, que lleva más de año y medio en discusión y conversaciones que se tornan estériles, debería darle paso a acciones más concretas, como es la participación directa del sector privado en la comercialización de la electricidad.
Por supuesto, sin subsidios. Y no se trata de privatizar las distribuidoras o de volver atrás. La participación podría ser, a menos que no se llegue a otro acuerdo, que el sector privado participe en zonas geográficas específicas y tomar esos resultados como punta de lanza para aplicarlo en el resto del territorio.
La implementación de un sistema de medición con tecnología moderna, en el que el cliente pueda decir si quiere ser prepago o pospago, tiene lógica. La inversión necesaria en la rehabilitación de redes, tantas veces iniciadas o sólo ejecutada por zonas, debe ser una prioridad en proyectos con estas características.
El problema energético que padece este país, más que un reto que parece infinito, se ha convertido en una vergüenza. La imagen de República Dominicana, que entre sus metas está ser un destino competitivo para la inversión extranjera y para el turismo, se ve frecuentemente afectada por los problemas de apagones.
Si el presidente Medina quiere quedar bien y cumplir su palabra de que algún día dejará resuelto el problema energético, como lo ha dicho en más de una ocasión, ahora es el momento de casarse con la gloria. Ya el sector privado escuchó. Ahora le toca a él.
http://www.eldinero.com.do/20486/un-primer-gran-paso-hacia-la-solucion-de-la-crisis-electrica/
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