SANTO DOMINGO,R.D.- El proceso de negociación del futuro Pacto Eléctrico, está en víspera de su momento cumbre, ya que una vez acabado los aportes de todo los consultados se estará entrando en la etapa mas difícil; la de la negociación entre las partes y a ver quién tiene más saliva, ese tragará mas hojaldre.
Los aportes se concentran en seis áreas principales, siendo la primera el Marco Institucional y Regulatorio donde más se reclama la vuelta al modelo denominado Plan Integral del Sector Eléctrico, la creación de una mesa de combustibles, auditorías y fortalecimiento regulatorio.
La segunda área es la de Generación y donde confluyan los mayores intereses. Aquí lo reclamado incluye las conversiones a gas, transparencia en el cálculo de precios, eliminación del llamada pago por capacidad, auditoria de potencia, licitación pública de contratos, la operatividad de las plantas a carbón de Punta Catalina, entre otros.
La tercera es la Transmisión, se reclama mejoramiento y ampliación de las redes de alta potencia, y reducción de pérdidas técnicas.
En cuanto a la Distribución resurge el tema de las pérdidas, ampliación y blindaje de redes, actualizar valor agregado y delegación de gestiones a privados.
La quinta área son los aspectos Tarifarios y Financieros, donde se reclama la unificación de tarifas, eliminación de clasificaciones y subsidios imperantes, revisión de fianzas exigidas y el régimen de usuarios no regulados, siempre con mayor transparencia y equidad.
La última es la de los Usuarios, donde el subsidio, su aplicación y focalización son elementos importantes, siempre acompañado de la obligación de rendición de cuentas dentro de un sistema confiable a precios competitivos.
Todo lo anterior nos indica lo amplio y variado de la temática del Pacto, lo cual requerirá una conducción firme, clara y desinteresada, primando la razón, los intereses de la sociedad y el bienestar de las generaciones actuales y futuras.
http://eldia.com.do/apuntes-para-el-pacto-electrico/autor/frederichberges/
Las vidas y actividades diarias de la ciudadanía se ven muy afectadas no por la poca legislación, sino por la falta de hacer cumplir con las leyes y reglamentos del tránsito vehicular por las vías públicas.
La Ley 241 del 28 de diciembre de 1968, sobre tránsito de vehículos, ha sufrido varias modificaciones y enmiendas para tratar de ajustar dicho estatuto a las cambiantes realidades sociales y tecnológicas.
Al cabo de 46 años que tiene en vigencia la Ley 241 poco avance se ha logrado, y cada día que pasa la situación del tránsito vehicular se torna más caótica y difícil, pese a ciertas medidas que se han tomado para mejorar y/o aliviar esta situación.
En sus inicios, la Dirección General de Tránsito Terrestre (DGTT) fue un organismo dinámico, integrado por un grupo de ingenieros y técnicos conocedores del tránsito, y se tomaban medidas para mejorar el mismo. Luego la DGII se convirtió en una entidad de venta de las licencias de conducir y hoy está privatizada.
Otros organismos se han creado a la medida de ciertos funcionarios, los cuales han operado y dirigido los mismos a su antojo y conveniencia.
Varios organismos han sido y son completamente inoperantes y no han podido, ni han querido, ejercer cabalmente las funciones para los cuales fueron creados.
El 11 de octubre del 2012 el Ing. Rafael T. Crespo Pérez, Diputado al Congreso Nacional por el Distrito Nacional, presentó un anteproyecto de ley ante el presidente de la Cámara de Diputados, que persigue modificar la Ley 241 de Tránsito y Transporte Terrestre de nuestro país, ley que tiene el nombre de “Ley de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial”.
Hay que darle crédito al ingeniero Crespo Pérez por la laboriosidad, deseo y buen intento de modificar la Ley 241.
Esta ley, según algunos funcionarios del área de transporte del país, la han querido vender como una ley unitiva que resolverá de una vez y por todas los problemas del tránsito y del transporte terrestre.
En los tres años que tiene este anteproyecto de ley de haberse sometido al presidente de la Cámara de Diputados, aún no se ha podido aprobar.
Me he tomado la libertad de leer este anteproyecto de ley, por lo menos dos o tres veces y compararlo con las leyes de tránsito vigentes en Puerto Rico y en Méjico, y me atrevo a afirmar que la misma es defectuosa, y que su principal defecto es que se ha querido hacerla muy amplia y abarcadora, y presenta signos innegables de inadecuación y obsolescencia estructural, tales como una redacción confusa y desorganizada, disposiciones contradictorias, lenguaje repetitivo, extensión excesiva y falta de sistematización.
El requisito de toda ley es que la misma se redacte con un lenguaje sencillo y directo, estableciendo una reglamentación ordenada, y eficiente, para que todo aquel que la lea pueda interpretarla correctamente y así poder cumplirla cabalmente.
La Ley tiene 9 títulos y por lo general estos títulos se subdividen en capítulos y los capítulos en subcapítulos y estos en artículos; además consta de 331 artículos.
El problema de la antigua Ley 241 fue que se crearon varios organismos para el sector tránsito y transporte, como la OTTT que nunca ha podido regular las rutas urbanas e interurbanas, y se ha convertido en un organismo para expedir franjas para nuevas rutas y nunca ha podido establecer una tarifa adecuada en el transporte, debido a las altas y/o bajas en los precios de los combustibles. La OPRET se convirtió en un constructor de las líneas del Metro de Santo Domingo, y su función de reordenar nunca la ha ejercido, y aunque ha recibido sumas millonarias del BID y de la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD) para implementar programas para reordenar el tránsito, nunca se ha presentado un estudio para estos fines.
La AMET funcionó bastante bien al principio de su creación, luego fue militarizada y se les agregaron nuevas funciones y vino su fracaso. Al igual que la OMSA, ésta se convirtió en un cementerio de chatarras.
En la nueva ley se crea el Instituto Nacional de Tránsito Terrestres (INTRANT) organismo rector con fusiones definidas.
En la nueva ley no se menciona ni se regula el tránsito de motocicletas, que es el mayor dolor de cabeza en lo que respecta al tránsito por nuestras calles y los accidentes frecuentes.
http://hoy.com.do/ley-de-movilidad-transporte-terrestre-transito-y-seguridad-vial/